Lo vemos en el cine y nos parece futurista, pero si algún despistado viajero en el tiempo cayera de casualidad en nuestra actualidad, seguro podría jurar que la fantasía del androide, mitad humano mitad robot, ya es realidad.
El avance tecnológico ha integrado celulares a la punta de nuestros dedos y pantallas al final de nuestras pestañas. La inclusión de la tecnología en nuestra vida alcanza altos niveles de simbiosis, alimentándose y creciendo con la información aportada por nuestra constante interacción. En este proceso, la música cumplirá un rol fundamental. Ya en 1975 Brian Eno decía durante una conferencia de prensa:
“Creo que estamos yendo hacia un uso de la música y del sonido grabado con la variedad de opciones con que se usa actualmente el color. Podemos usarla simplemente para teñir el entorno, podemos usarla en forma diagramática, podemos usarla para modificar nuestros estados de ánimo de maneras casi subliminales.”
David Toop profundiza sobre estos conceptos impulsados por Eno en su libro Océano de Sonido, pero no cuesta mucho esfuerzo conectar sus palabras con nuestra experiencia diaria.
Nuestro día suele arrancar con la canción que hayamos elegido como despertador y no pasa el par de horas para que un arreglo de notas musicales organizadas y planificadas empiece a orquestar nuestra existencia en ese otro mundo paralelo, el virtual. Mientras tanto, auriculares en el bondi, la música bizarra del supermercado chino y los jingles de las marcas comerciales prometiéndonos la solución a todos nuestros problemas. De este nuevo mundo hiperconectado nacen nuevos mercados, nuevos oyentes y nuevos motivos para hacer música.
Pero esta saturación de estímulos, no solo auditivos, ha resultado a través de los años en la insensibilización del consumidor hacia su colmado entorno. Se tiene menos atención por lo tanto se presta menos atención y por lapsos más cortos. Internet y los celulares se ocuparon de acabar con la vieja estructura de temporalidad lineal y la reemplazaron con el famoso multitasking. Y en el corazón de estos eventos, llevamos a cabo cientos o miles de micro interacciones diarias con pequeñas computadoras.
El arte en los nuevos medios y la música por consecuencia, estará fuertemente relacionado con la interactividad. El diseño visual, el diseño de interfaces, el diseño de videojuegos, la realidad aumentada, la realidad virtual y muchos nuevos campos que seguirán emergiendo se encontrarán íntimamente entrelazados con el diseño músical y es fundamental la colaboración interdisciplinaria del artista para conseguir esta meta.
Pareciera entonces un desafío ponerse a la altura, pero para las nuevas generaciones de jóvenes que crecen pegados a una consola, querer formar parte un juego no resulta sino natural. Este es el caso del productor electrónico Flying Lotus, responsable de la impronta musical del canal Adult Swim y curador de una radio e incluso parte de la historia en el famoso juego GTA V. FlyLo suele acompañar sus álbums con experiencias interactivas o juegos, y cabe hacer una mención especial a la aplicación de realidad aumentada que diseño junto al programador Aaron Meyers para su álbum Cosmogramma, donde es posible manipular tanto la tapa del disco como una de sus canciones a través de la cámara web de la computadora o celular:
Flying Lotus ocupa el segundo lugar del cartel del Soundhearts, festival que se llevará a cabo durante el 2018 en Buenos Aires y que estará encabezado por Radiohead, quienes justamente, también tienen un interés especial en la producción en los nuevos medios. En el 2014 Thom Yorke y los suyos junto con el estudio Universal Everything lanzaron una app llamada “Polyfauna”, donde nos toca deambular por distintos mundos virtuales interactuando con criaturas poligonales mientras escuchamos parte de su álbum “King of Limbs”, específicamente la canción inicial “Bloom”:
Artistas de todos los géneros y generaciones participan cada vez más de experiencias digitales interdisciplinarias: desde Bob Dylan renovando un clásico mediante un video interactivo, Gorillaz (quienes merecen tal vez un artículo propio al respecto) realizando una entrevista en vivo a través de avatares 3D, Brian Eno y su app generativa Scape o Bjork y su hermosa visión del universo de Biophilia.
En este último, la voz de David Attenborough nos introducirá a la experiencia rezando: “Estamos al borde de una revolución que reunirá a los humanos con la naturaleza mediante nuevas innovaciones tecnológicas”.
Y aunque a simple vista no pareciera este el fin perseguido con mayor frecuencia, el futuro de nuestra relación simbiótica es incierto. Tendremos mucho que aprender como sociedad sobre el consumo adecuado de la tecnología y las redes, pero mientras se sigan utilizando dichos espacios para realizar estas experiencias artísticas, yo creo que vamos a estar bien.