Mar Boliviano: Murales que hacen viajar y conocer otras realidades

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Mar Boliviano: Murales que hacen viajar y conocer otras realidades

Entrevista a Julien Guinet, pintor y muralista francés. Después de haber viajado por Argentina y conocer Latinoamérica, reside en la ciudad de Salta desde hace 10 años. Actualmente se encuentra con los preparativos de “Mar Boliviano”, muestra que presentará en Argentina y Francia.

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El pin­tor no deja de sor­pren­der­se de cómo la co­mu­ni­dad sal­te­ña con­su­me arte y lee sus pro­pias obras. Dice ha­ber en­con­tra­do la po­si­bi­li­dad de ge­ne­rar re­fle­xió­nes a tra­vés de la iro­nía y toma como base de ese pen­sa­mien­to a la cul­tu­ra bo­li­via­na, que ha sido vio­len­ta­da y con­su­mi­da por la in­vi­si­bi­li­za­ción, la de­ni­gra­ción y la ex­plo­ta­ción.

La pa­ra­do­ja de un eu­ro­peo que pro­du­ce arte en Amé­ri­ca, ame­ri­ca­ni­za­do se­gún su sen­tir y pen­sa­mien­to, nos mues­tra la ab­sur­da au­to­ri­dad eu­ro­cén­tri­ca, que le per­mi­te des­ci­frar in­for­ma­ción que tal vez de otra ma­ne­ra cos­ta­ría in­ter­pre­tar.

Emer­gen en su obra Cho­las con des­co­mu­na­les pe­sos en sus es­pal­das, fa­ros irrea­les en sus ca­be­zas, som­bre­ros que se vue­lan por el aire y mu­je­res que bai­lan dis­tin­tas dan­zas.

Imá­ge­nes pro­du­ci­das en Ar­gen­ti­na que re­pre­sen­tan co­ti­dia­ni­da­des bo­li­via­nas so­bre pla­tos de por­ce­la­na fran­ce­sa son al­gu­nas mues­tras de los chis­tes de la glo­ba­li­za­ción que deja tras­lu­cir en su obra.

Si bien en el día a día hay fac­to­res que se re­pi­ten, tan­to en Sal­ta como en Po­to­sí de­bi­do a nues­tras raí­ces, es una reali­dad que en Ar­gen­ti­na las cos­tum­bres eu­ro­peas son mu­cho más co­ti­dia­nas como con­se­cuen­cia de la his­to­ria de la co­lo­ni­za­ción. La glo­ba­li­za­ción, el po­der he­ge­mó­ni­co en nues­tras ca­be­zas y una he­te­ro­gé­nea que se im­po­ne, lo­gran en de­ter­mi­na­dos ca­sos ha­cer­nos ol­vi­dar de las lu­chas de los paí­ses que te­ne­mos al lado.Así ocul­ta­mos  nues­tros orí­ge­nes y le da­mos las es­pal­das a los que hoy día lu­chan por lo que creen pro­pio y quie­ren re­cu­pe­rar­lo.

Ju­lien se pro­po­ne traer el fol­clo­re bo­li­viano, con ras­gos tí­pi­cos, pero re­ver­sio­na­dos. Quie­re dar una vuel­ta de tuer­ca más a la vi­sión tra­di­cio­nal de di­cha cul­tu­ra al en­fa­ti­zar los con­flic­tos que en­car­nan los bo­li­via­nos en este mo­men­to de ex­plo­ta­ción apa­lea­da por una his­to­ria que le si­gue pi­san­do los ta­lo­nes.

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¿Cómo re­ci­be el sal­te­ño el re­cla­mo de los de­re­chos bo­li­via­nos?

Los sal­te­ños que co­noz­co no es­tán muy en­te­ra­dos del tema, ya que Bo­li­via no es real­men­te un país que les im­por­te mu­cho, com­pa­ra­do con Eu­ro­pa o Es­ta­dos Uni­dos….

¿Cómo era tu arte en Fran­cia?

Allí solo pin­ta­ba con ae­ro­so­les, sin pers­pec­ti­va de vi­vir de lo que ha­cía. Pin­ta­ba por­que sen­tía la ne­ce­si­dad de ex­pre­sar­me.

¿Te­nías pers­pec­ti­vas de desa­rro­llar­te, de con­ver­tir­te en un gran ar­tis­ta?

Se­gu­ra­men­te allí mi desa­rro­llo hu­bie­ra sido dis­tin­to. Pue­de ser por la can­ti­dad de ar­tis­tas pre­sen­tes en Fran­cia. Si bien es ma­yor la po­si­bi­li­dad de ven­ta y de lle­ga­da que en el mer­ca­do de arte Ar­gen­tino, es tam­bién chi­co por la can­ti­dad de ar­tis­tas que lle­gan al cir­cui­to. Ellos tie­nen una es­truc­tu­ra muy ar­ma­da para que lle­gues a ser con­si­de­ra­do un ar­tis­ta: te­nés que ex­po­ner mu­cho, ga­nar con­cur­sos y en­trar en el cir­cui­to de ga­le­rías. Por es­tas ra­zo­nes y otros mo­ti­vos, las pers­pec­ti­vas de desa­rro­llar­se en Fran­cia son más com­pli­ca­das.

¿Qué po­si­bi­li­da­des en­con­tras­te en Sal­ta?

Cuan­do lle­gué a Sal­ta, vi a una ciu­dad que que­ría un cam­bio. Fui uno de los pri­me­ros en pin­tar las pa­re­des con ae­ro­sol, y por eso rá­pi­da­men­te la gen­te em­pe­zó a conocerme.Aportaba algo dis­tin­to.

¿Cómo na­ció tu mi­ra­da com­pro­me­ti­da con la vida de Bo­li­via?

Por ca­sua­li­dad vi un ar­tícu­lo que ha­bla­ba de la his­to­ria del Mar Bo­li­viano-Chi­leno. Em­pe­cé a leer e in­for­mar­me cada vez más. Ya ha­bía es­cu­cha­do un poco la his­to­ria del mar ro­ba­do o con­quis­ta­do (se­gún las pers­pec­ti­vas) y me pa­re­ció un tema im­por­tan­te en una re­gión como Amé­ri­ca del Sur, don­de a me­nu­do se es­cu­cha la gen­te ha­blan­do de la uni­dad. Que hoy en día se le nie­gue a un país como Bo­li­via ac­ce­der al mar (que en al­gún mo­men­to fue suyo) para per­mi­tir­le desa­rro­llar­se totalmente.Pero fue­ra de lo que son es­tos asun­tos geo-po­lí­ti­cos, este tema me in­tere­só tam­bién por la his­to­ria de Bo­li­via. Ten­go mu­cha ad­mi­ra­ción ha­cia las “cho­li­tas”,  que es­tán pre­sen­tes en to­dos mis cua­dros. Las veo como mu­je­res lu­cha­do­ras. Me en­can­ta que si­gan con sus tra­di­cio­nes en este mun­do ac­tual, cuan­do to­dos los paí­ses tien­den a pa­re­cer­se cada vez más. Y sen­tía la ne­ce­si­dad de ha­blar de ellas y re­pre­sen­tar­las.

¿Cómo ves a tus co­le­gas? ¿En­con­tras po­si­ble dia­lo­gar con ellos?

Cada ar­tis­ta es dis­tin­to. En Sal­ta no en­cuen­tro mu­chos ar­tis­tas que to­quen te­mas sen­si­bles. Si bien en Ar­gen­ti­na co­noz­co otros ar­tis­tas que pin­tan te­mas más com­pro­me­ti­dos (como Ma­riano An­te­do­me­ni­co en Bue­nos Ai­res, o Cé­sar Ca­rri­zo en Tu­cu­mán), en Sal­ta sien­to que los ar­tis­tas no se ani­man a usar la pin­tu­ra como un modo de trans­mi­tir men­sa­jes com­pro­me­ti­dos.

 ¿Cómo ves que fun­cio­na hoy la mix­tu­ra la­ti­noa­me­ri­ca­na, en cuan­to al arte y a las per­so­nas en ge­ne­ral?

Pien­so que en la era de in­ter­net, las per­so­nas so­mos como links, mu­ta­cio­nes, nue­vas for­mas…

¿Qué di­fe­ren­cias en­con­trás en­tre lo que se pro­du­ce acá y el arte de tu país?

Para mi for­ma de ver las co­sas, el arte la­ti­noa­me­ri­cano tie­ne una li­ber­tad su­pe­rior al arte que pue­do ver cuan­do voy a Fran­cia. Pien­so que los fran­ce­ses (solo ha­blo de ellos por­que es lo que co­noz­co) tie­nen in­cor­po­ra­das mu­chas es­truc­tu­ras que se re­fle­jan en sus tra­ba­jos ar­tís­ti­cos. En ge­ne­ral son muy exi­gen­tes y eso les per­mi­te te­ner un tra­ba­jo bien he­cho, pero, a mi gus­to, pier­den un poco lo que tie­ne el la­ti­noa­me­ri­cano. Él no tie­ne mie­do de equi­vo­car­se y ex­pre­sar­se. Me pa­re­ce que el arte la­ti­noa­me­ri­cano es más li­bre y lo veo mu­cho en con los co­lo­res que se van usan­do aquí y allá. Solo es una ob­ser­va­ción ge­ne­ral, por­que vuel­vo a re­pe­tir, cada ar­tis­ta es dis­tin­to. Gra­cias a in­ter­net hoy po­de­mos in­for­mar­nos mu­cho y ver qué se hace en to­das par­tes del mun­do. Sir­ve para ha­cer con­tac­tos de ma­ne­ra más fá­cil, des­cu­brir otros ar­tis­tas, en­ten­der otras mi­ra­das. Ló­gi­ca­men­te tam­bién tie­ne una par­te en con­tra, que es la glo­ba­li­za­ción. Así como de­cía­mos que los paí­ses se pa­re­cen cada vez más, per­dien­do un poco de su esen­cia, creo que hay una glo­ba­li­za­ción de los es­ti­los en el arte.
http://www.julienguinet.com

Carlitox Trebliner
Carlitox Trebliner
Profesora de Artes Visuales (Escuela Manuel Belgrano). Artista visual, escritora y actriz. Participó en 2009-2010 de las becas de artes plásticas Proyectarte y de diferentes colectivos autogestivos de difusión cultural: “La cuerpa”, “Feria Fea”, “PicaPica bajada cordón”. Actualmente integra el elenco “Melón” desde donde investiga y produce poesía performática. Ganadora del Slam de poesía oral 2017. Editora de sus propios libros Para Colorear, de poesías y cuentos.