Líneas, pentagramas, mapas sin nombres, mapas con nombres, más líneas. La exposición Perspectiva de Jorge Macchi en el MALBA nos otorga un tipo de percepción que rápidamente se desvanece con la aproximación corporal a las obras. El resultado: el ojo se encuentra constantemente sometido a la duda.
La muestra repasa los 25 años de producción artística de Jorge Macchi e incluye obras en distintos formatos: papel, pintura, videose instalaciones, entre otros. Además de su exhibición en el MALBA, se incluyen otras dos instalaciones, Refracción, ubicada en la Sala de Exposiciones de la Universidad Torcuato Di Tella, y La noche de los museos, situada en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Al ser titulada Perspectiva y no retrospectiva, las posibilidades interpretativas se expanden ofreciendo un relato que excede a la mera exposición de la trayectoria artística de Macchi. Destacar este término se condice con una lectura recurrente a lo largo de la muestra: el cuestionamiento de la representación. Puesto que la perspectiva es considerada tanto como una manera de representación y como un punto de vista, resulta inevitable entender ala percepción como un eje central de las obras. Algunas de estas se caracterizan por contar con efectos o engaños ópticos, citando como ejemplo la instalación Hotel, donde un sector de la pared aparece aparentemente iluminado por una lámpara que en realidad está apagada. Este efecto se consigue a través del dibujo de un empapelado azul que se desvanece gradualmente al igual que lo haría una habitación oscura dónde se ilumina sólo un sector. La sensación es la de una constante paradoja entre lo que es y lo que no es. Una impresión similar se produce con la obra Incidental Music, conformada por tres páginas de partituras supuestamente vacías pero integradas por textos de noticias periodísticas y un auricular a través del cual se puede escuchar la obra. ¿Es una partitura? ¿Es un texto? Los límites tajantes sobre las definiciones y sus significados se vuelven cada vez más difíciles de establecer.
Es importante resaltar que en este conjunto de obras la relación física es un condicionante. El alejamiento y acercamiento corporal intervienen directamente sobre la lectura del espectador, de forma tal que ofrece posibilidades interpretativas que cambian según la posición en el espacio. Es el caso de Doppelgänger, instalación compuesta por diez vinilos reposados sobre una pared. Una posición distanciada de la obra permite percibir una primera lectura formal similar a las imágenes del test de Rorschach, sin embargo, al acercarse se evidencia que estamos ante textos compuestas por noticias periodísticas. Nuevamente la visión es sometida a un interrogante sobre la veracidad de lo que observa. ¿Es un engaño óptico o lo visible puede tener distintas realidades? ¿Existe una realidad o un mismo objeto puede tener una múltiple existencia?
Es posible preguntarse entonces cuál es el rol de la imagen. Según la Real Academia Española, la representación es “la imagen o idea que sustituye a la realidad”. Tomar esta definición como máxima, implicaría asumir que las representaciones son siempre sustitutas de una idea y que la realidad es siempre una. De esta manera, el pentagrama compuesto por noticias periodísticas sólo puede ser pentagrama en función de la sustitución de la idea del mismo, eliminando la posibilidad de ampliar la definición del término. Creer en lo visible y aceptar las posibilidades que exceden a la convención del término, amplía el espectro de la imagen habilitando un nuevo conocimiento. La sugerencia de estos interrogantes se figura como una constante que recorre todas las obras delegando la toma de una posición al espectador que transita la muestra.
Hasta el 30 de mayo, en MALBA (Av. Figueroa Alcorta 3415)
Por Sofía Jallinsky
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