¿Cuál fue tu primer acercamiento al arte?
Siempre hice muchos talleres en paralelo al colegio. De chiquita hacía cerámica y cocina.
¿Cuándo decidiste que querías estudiar Diseño Gráfico?
A los ocho años, cuando en la feria del libro vi un stand lleno de afiches y dibujos. Después, mientras cursaba me di cuenta que no me sentía muy diseñadora y, en paralelo, fui haciendo otras cosas. Empecé a trabajar en una fábrica textil, donde hacía estampas en serigrafía. Me interesa hacer lo que me gusta, lo que va surgiendo, sin necesidad de definir si es arte o diseño.
¿Cómo surgió Yes Oui Si?
En el 2007 con Alejo -que también trabajaba en la fábrica textil- nos abrimos y creamos este estudio de diseño integral, que unía disciplinas como arquitectura, arte, diseño gráfico e industrial. Trabajamos con objetos, imágenes, y espacios conjuntamente. Fue una etapa muy rica, de mucha experimentación.
¿Cómo empezaste a explorar el mundo del papel?
De forma muy intuitiva. Empecé a cortar porque una amiga me regaló un cúter. Es una técnica que no requiere mucha preparación, entonces me resultaba fácil trabajar en algo, dejarlo y después seguir.
¿Qué es lo que más te gusta del papel?
Me parece increíble todo lo que se puede hacer con una hoja de papel. Me gusta la fragilidad y esa simpleza del material en sí y en la limitación a un solo color. En general trabajo con crudo, negro o escalas de colores muy desaturados.
¿Qué herramientas utilizás?
Plancha de corte, bisturí y todo lo que sirva como textura en el papel, como sacabocados o troqueles.
¿Cómo es tu proceso de trabajo?
Caótico. No tengo una rutina de trabajo sino que dejo que todo fluya. Las exposiciones me sirven para ordenar todo ese caos de laburo, porque genero cosas nuevas profundizando en un tema en particular o trabajando en serie.
¿Cómo se modificó ese proceso?
Al principio era una exploración, intuitiva e inocente. Ahora, es mucho más consciente porque todo el proceso va abocado a algo. Se transformó en un lenguaje de diseño aplicado a diferentes cosas.
¿Qué le aporta la serigrafía a tus calados?
Con Manu (CHOCHO) siempre tratamos de aprovechar la técnica sobre soportes que sino no se podrían imprimir como madera, blondas y acrílico. El resultado es muy diferente. Y es una forma más accesible de reproducción.
¿Qué te inspira?
La mezcla de todas las cosas; un libro, una canción, un amigo, una charla. Me gustan tantas cosas que es muy fácil generar las ganas de hacer algo.
¿Trabajás a partir de bocetos o de manera espontánea?
Hay una parte que es más libre, pero en general boceto. Empiezo por un esbozo chiquito, en lápiz, de cómo me imagino la estructura. Después voy mezclando y componiendo; hay partes que las dibujo a mano, las scaneo y las convierto en texturas. Otras que dibujo en la compu o tomo de imágenes. El boceto impreso, a escala, es otra cosa; entonces lo sigo modificando.
¿Qué diferencia hay entre editar una publicación y una exposición?
Cada trabajo es un proceso diferente. Y siempre es difícil porque hay mil cosas que tenés que probar para ver si funcionan, si te gustan, si te generan un desafío… Todo aterra un poquito al principio. Y después, bueno, es ir resolviendo.
¿Qué temas abordás en tus muestras?
Para Soñé que dormía (Galería Santa, 2013) hice retratos de amigas mías a partir de una foto de perfil y un sueño que me habían contado. En esa época yo venía durmiendo muy mal y estaba obsesionada con los sueños y el insomnio; fue una forma de liberar todo eso. Estuvo buenísimo, tenía mucha alma. En el 2015 en Abra Galería (Tandil) expuse Herbarios, investigación y desarrollo; una mezcla de mundos, personas, animales y naturaleza. Y este año en Galería Mar Dulce realicé Sombras alrededor, una exhibición más morfológica que presenta los calados en un degradé de blanco a negro.
¿Cómo surgieron las proyecciones en vivo?
Empezó medio de casualidad cuando Lola García Garrido me invitó a participar de Dealers, una muestra en la que nos asignaban una pareja de otra disciplina para trabajar en conjunto. Con Tálata Rodríguez decidimos combinar su poesía cantada con mis calados, proyectando éstos sobre el escenario. Tiene algo muy lindo el vivo; la gente lo ve y flashea.
¿Improvisabas?
Al principio, sí. Después, al ser más temas, lo tenía pautado por una cuestión de tiempo y espacio.
¿Cómo fue dirigir Cruzada para SIMA?
Fue un laburo bastante rápido y analógico; tratamos de aprovechar el vivo y hacer la mayoría de las cosas en la toma. Después, agregamos algunos efectos en posproducción. La dirección y la propuesta fue en conjunto con Fede (Lamas), que también lo filmó y editó. Justo Isol estaba embarazada así que lo incorporamos al personaje. Eran increíbles sus movimientos proyectados; parecía una marionetita.
¿Qué extrañás de dar clases en Gabriele?
La facu es impresionante. El grupo docente, la cátedra, las teóricas, los pibes, los ejercicios… todo es muy intenso y te mantiene muy activo. Para poder enseñar había que investigar mucho, ver obras de teatro, películas, leer… Fue una experiencia muy linda; hay alumnos con los que todavía me sigo encontrando. También es muy cansador, por eso dejé. Para compensar, empecé a dar talleres de calado.
¿Hay algo nuevo que quieras explorar?
Sí, es interminable. Me gustaría hacer cosas cada vez más grandes, como instalaciones. Hay algo de la escala que está bueno, funciona muy diferente.
Describite en tres palabras:
Caótica. Curiosa. Creadora.
Lotte Reiniger (cineasta alemana, pionera en la animación de siluetas, 1899–1981)
Elsa Mora (artista cubana, 1971)
Marcel Dzama (artista canadiense, 1974)
Henri Matisse (pintor francés, 1869–1954)
“El elogio de la sombra” de Junichiro Tanizaki (1933)
“Vacío y plenitud” de François Cheng (2004)
Podés ver más del trabajo de Johanna en Facebook.