ANTES DE ADQUIRIR LA PENTAX 1000, SU FLAMANTE CÁMARA POST SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, CON LA QUE SE MUESTRA ENCARIÑADA Y HASTA EN CIERTO PUNTO OBSESIONADA, FLORENCIA MONTES NOS CUENTA QUE LA FOTOGRAFÍA LLEGÓ A SU VIDA POR MEDIO DE UNA PEQUEÑA Y MALA CÁMARA COMPACTA. LUEGO, CON UNA SONRISA TÍMIDA Y MUY VIVAZ DICE QUE UN NOVIO DE LA ADOLESCENCIA, A MODO DE ESTÍMULO, LE REGALÓ UNA CÁMARA DIGITAL DE PÉSIMA CALIDAD.
“Eso sucedió cuando tenía 15 años. Igual más bien fue una casualidad la llegada de la foto a mi vida. Siempre me gustaron las imágenes y lo armónico, son el eje de mi persona”. Florencia se muestra firme en su manera de entender la fotografía. Su meta profesional es mantener el amor por lo que hace por sobre todas las cosas y que jamás se contamine con ningún sentimiento pedante.
“Me gustaría poder llegar a todos los ojos y que sientan mi mensaje de la forma mas certera posible, con la misma energía con la que fue sacada la foto”. Se muestra segura con sus manos rodeando y sopesando la cámara, de la misma forma cuenta sus proyectos. “Tengo muchos. Ahora estoy preparando de a poco una exposición de la serie Tierras y estoy empezando una serie de retratos femeninos basada en Modigliani (pintor italiano, 1884–1920). Otra cosa que tengo en lista es incursionar en fotogramas. Mis proyectos fotográficos por ahora van por el lado de los retratos”. Para eso camina por las calles de Buenos Aires en busca de rostros de personas a quienes decide, a golpe de vista, que son indicadas para llevar adelante el proyecto o la serie de fotos que tiene en mente. Un ejercicio intelectual que va más allá de la composición que logra en cada toma. “La persona es el eje, el humano. Ese ser tan interesante me emociona profundamente, me parece un ser increíble, hermoso, poderoso, imaginativo, es cautivante. Me deja sin palabras constantemente porque me parecen geniales las respuestas de la gente. Por eso es que embarro a una persona, para ver como responde. Más allá de la foto, es estar en ese momento y verlo. Somos seres primitivos y nos cuesta mucho ensuciarnos. Poder llevar a la gente a ciertos extremos en los que no sepan como manejarse es un aprendizaje para ellos y para mi.”
Cuando se le pregunta sobre qué técnicas utiliza duda unos instantes y empieza a contar. “No trabajo una técnica especial. Creo que soy más bien clásica, pero utilizo bastante el forzado. Me gusta mucho como queda, lo que hace es aumentar el grano y el contraste de la película. La única desventaja que tiene es que pierde calidad, no mucha. Aunque eso depende de cuantos puntos uno fuerza. Recomiendo forzar uno, no mucho más que eso. La base del forzado en verdad, es mentirle a la cámara. La película tiene más sensibilidad que la real, se usa más en caso de poca luz.”
Casi todo lo hace con su Pentax K1000. “Es una cámara profesional del ‘70. Es muy austera y mecánica. Soporta todo, por eso generalmente se dice que es una cámara de guerra más allá de los antecedentes de su fábrica. Es una réflex completamente manual. Lo único que necesita es una pila de reloj para el fotómetro. Yo la defino como un caño por lo confiable que es y su dureza. Fue un auto-regalo. Me la compré en la famosa calle Libertador”. Titubea con la vista perdida en su cámara y agrega, “utilizo muchas películas. Me emociona comprar películas que no utilicé antes. Recomiendo comprar y probar para poder encontrar cual es la película para cada situación y qué es lo que más nos agrada porque cada rollo es para cada fotógrafo.
Florencia no sólo sobresale por sus fotografías, su energía y su profesionalidad, sino por la clara visión sobre el mundo que la rodea cuando hace a un lado las fotos para mirar desde otro lugar el oficio del fotógrafo. “¿Qué ves?, ¿qué buscas?, ¿aplausos?, ¿compartir? -pregunta y responde-. Busco educación a cada paso de mi vida, busco la educación de mi persona para poder transmitirla a la futura generación. No me interesa volverme cultura, ni pilar, ni talentosa, ni famosa. Talento sé que tengo, belleza sé que tengo, inteligencia sé que tengo, bondad sé que tengo. Y eso no es soberbia, eso es conocerse y tomarse como uno es. Porque esas cosas positivas, también son negativos. ¿Dónde quedaron los reales maestros y los reales alumnos? ¿Dónde quedó aquel que hablaba desde el amor al arte y no a través del ego estúpido? ¿Dónde quedaron los alumnos que amaban al arte más allá de todo? Amo lo que hago y sólo encuentro estructuras creadas por un sistema alimentado por profesores y alumnos superficiales. ¿Qué le pasa a una persona que está a tu misma altura y compite porque sacaste una foto mejor que ella? ¿Le genera celos? ¿No le resulta bastante básico eso? ¿Por qué no aplaudir desde el corazón a la obra más allá del autor? ¿Por qué no aplaudir al ojo más allá de todo? Pero no, los maestros crearon la competencia y los cerdos alumnos, la aceptan y le dan más fuerza. Yo no busco que me aplaudas, yo busco que me ayudes, que me alimentes, que me critiques constructivamente.” Aunque después afirma que hay jóvenes que hacen cosas muy buenas, hace una pausa en la que parece pensar la forma de decirlo y agrega entre risas, como ejemplificando, “el constante proyecto que tengo es educarme.”
¿Qué recomienda Florencia Montes?
Man Ray (Fotógrafo, Filadelfia 1890–1976) http://www.manraytrust.com/
Abelardo Morell (Fotógrafo, La Habana 1948) http://www.abelardomorell.net/
Jorge Mónaco (Fotógrafo, Buenos Aires 1957) mas info
Matías Otamendi (Dibujante, Buenos Aires) http://matiasotamendicv.blogspot.com/
Gonzalo Nogueira (Fotógrafo, Buenos Aires) http://gonzalonogueira.blogspot.com/
Fotos de Florencia