Localizada en la hermosa abadía de San Benito, “La Abadía” (Centro de Arte y Estudios Latinoamericanos, en Gorostiaga 1908) abrió sus puertas al público el 2015 con “Tierra de encuentros, cielos y colores”, una muestra curada por Teresa Pereda que buscaba poner en evidencia patrimonio actual y pasado, material e inmaterial, de pueblos originarios de Sudamérica. En una línea similar, este 16 de julio se inauguró su segunda muestra, “Las formas de lo sagrado”. Curada por la historiadora del arte y especialista en arte precolombino María Alba Bovisio, está conformada casi en su totalidad por obras pertenecientes a la colección de la Cancillería Argentina y algunas del Museo Nacional de la Plata.
Los elementos que conforman la muestra son casi todos objetos utilitarios, procedentes de culturas agro-alfareras del Noroeste Argentino, desarrollados entre los siglos Va.C y XI d.C. Los mismos, si bien no entrarían en la categoría de aquello que habitualmente denominamos “arte”, son evidencia tangible del universo cultural de estas poblaciones, de sus mentalidades, ritos y creencias. Según Alba Bovisio, se trata de elementos que “en sí mismos materializan y expresan el orden, los dioses y los ancestros”. Es aquello a lo que se refiere cuando los piensa como las “formas de lo sagrado”: aquellas que encierran secretos respecto a los cultos, sus dinámicas y sustancias (muchos de los objetos se vinculan a la inhalación de hierbas alucinógenas o sagradas), pero también que muestran su complejo entendimiento de la naturaleza y su propia historia.
La muestra es pequeña, y la acompaña un montaje minucioso que ayuda a que cada pieza se luzca y nos sintamos invitados a detenernos en los detalles. Espejos, cuadros explicativos y frases completan el recorrido de manera clara y precisa, mientras que algunos elementos curatoriales dinámicos tiñen de actualidad la exhibición y acercan nuestros sentidos a los contextos de los que los objetos salieron..
Conectados con el pasado a través de los chamanes, curacas o guías, los integrantes de las comunidades del NOA vivían en permanente comunión con su linaje. Lo ancestral camina por el hilo del tiempo a través de la muestra y se hace presente de diversas formas: en el rito, en el fardo mortuorio, en la conexión entre lo antropomorfo y lo animal. La dualidad del tiempo y de los seres está presente constantemente y se hace materia desde el barro, el textil, el metal y la piedra. Lo sintético, que sabe encontrar la belleza del vacío, está cargado aquí de contundencia y profundidad.
La entrada sale $50, pero hay 2x1 para estudiantes y los miércoles es gratis. El espacio es muy prolijo y vale la pena salir a visitar el precioso claustro de la abadía, al costado de la sala de exposiciones. Los sábados y domingos a las 16:00 hs. ofrecen visita guiada por $20 adicionales. Estará hasta el 30 de octubre.