Un papel importante dentro de la música, pero pocos tienen realmente idea de qué se trata: ¿cómo es ser productor musical de un disco?
Creo que existen muchas definiciones que encajan dentro de lo que significa ser un productor musical. En mi caso particular, es algo muy divertido. Lo encaro como un factor externo a la banda o artista ayudándolo a plasmar de una manera realista su potencial. Y ahí, lo que sucede ya depende de cada proyecto . Muchas veces el artista se muestra permeable y paso a ser uno más dentro del proyecto, y otras veces no se da tan así y mi rol pasa más por ser una referencia dentro del estudio. En todos esos casos, me gusta ser el ingeniero de grabación y de mezcla de mis producciones, tener el control sobre lo técnico. Rara vez me involucro en las composiciones de los artistas. Puedo ayudar a resolver algún detalle de arreglo o en algún nudo que tenga la composición, pero es muy raro que le exija a alguien que modifique algo de su música. Creo en los músicos y sus composiciones, y al ser algo tan personal y subjetivo considero que la música hoy en día –y en tiempos recientes– ha sido y es bastardeada con hábitos perfeccionistas y egocéntricos, que prefiero correrme de esa ecuación y ofrecer algo distinto. Seguramente alguna canción no sea de mi agrado o crea que a la hora de registrarla puede llegar a tener alguna complicación, pero es una opinión que se la comunico al artista en la pre-producción, antes de entrar a grabar al estudio, y es decisión del artista tomarla o dejarla.
A la hora de grabar un álbum, ¿qué preferís? ¿Que se genere un buen grupo humano o que haya buena maquinaria en el estudio?
Si se puede, ambas cosas. Pero creo que lo humano y las buenas canciones matan cualquier discusión técnica. Una buena canción captada en el momento dentro del estudio en estado de ebullición y euforia, genera una sensación muy poderosa y extrema. Está en la experiencia y en uno captar eso de la mejor manera posible. En mi opinión, eso es mucho más importante que dónde lo realizas y con qué.
¿Se pueden hacer discos de calidad con bajo presupuesto?
Yo creo que sí. Presupuesto no es sinónimo de calidad. En la actualidad está totalmente descartado que uno necesite sonar en hi-fi o “radiable” para tener credibilidad. Los únicos que piensan lo opuesto a eso son los viejos dinosaurios de la industria y de los estudios de grabación que no quieren ver la realidad del asunto. Si no cambian su forma de pensar y no se adaptan, los estudios de grabación van a terminar siendo los “musimundo” de la próxima década. El avance de la tecnología y el intercambio de información son tendencias cada vez más fuertes dentro de la industria de la producción musical y grabación. En Argentina, los discos y artistas más interesantes están por debajo del radar y tienen una calidad altísima.
¿Notás un crecimiento artístico en el underground argentino?
Sí, y creo que es muy notable. Cada vez hay más bandas, más fechas y más movidas durante la semana. Hace diez años, las bandas solamente tocaban cuatro días a la semana; hoy hay eventos todos los días, y todas las semanas existe por lo menos un evento indispensable para ver.
¿En qué estás trabajando en este momento?
Estoy terminando dos discos que van a ser tremendos, el de Virtual Frizz y el de otra banda llamada Los Darwin.
¿Qué bandas de la nueva escena te gustan?
Hay un montón de bandas y artistas que me gustan. Tengo la fortuna de trabajar con muchas de ellas. Para nombrar algunas: me encantan Las Piñas, Niveas, Pablo Neptuno, Los Muchachos de la Secta, Pyura, Los Canoas, Gativideo, Bicivoladores, The Octocats y muchas más que seguro me olvido. Acabo de descubrir el nuevo disco de Luca Bocci, y me parece increíble. Hay muchas bandas haciendo cosas espectaculares, hay que salir a descubrirlas.