Los seis varones que integran la banda se acercaron a sus instrumentos vestidos completamente de negro apenas pasadas las ocho de la noche. Detrás de ellos, una pantalla gigante mostró coloridas animaciones visuales durante de todo el recital. De esta manera, la banda porteña nacida en 2011 inauguró el ciclo semanal Renacimiento POP, que se desarrollará todos los jueves de julio en el noveno y último piso del CCK.
Cerca –la primera canción de su último disco– rompió el hielo entre seguidores, amigos y familiares que dejaron de lado el locro y los pastelitos para acompañarlos en esa presentación. Lennon Pie, el corte difusión del mismo trabajo, fue el segundo tema de la noche y preparó a la audiencia para un recorrido psicodélico apto para todo público.
Recién después del quinto tema (Aire), la voz principal de la banda, Federico Schujman, tomó el micrófono para dirigirse a quienes se acercaron sin importar la molesta llovizna y les agradeció su presencia. Esa fue, hasta el final del show, la única interrupción que los músicos realizaron en su viaje musical.
Instantes después, sonaron los primeros dulces acordes de Pasos, perteneciente al trabajo discográfico titulado Asomándose, que fue producido por Javier Malosetti en 2013. Ellos, recién calentaban los motores.
La formación de Sambara se completa con Gabriel Kerman en guitarras y coros, Andrés Elijovich en teclados y coros, Marcos Inchausti en sintetizadores y voz, Ariel Schujman en bajo y coros y Julián Malosetti en una batería que va directo al hueso. El estilo de esta joven banda suele ser clasificarse como una herencia entre el legado de Charly García y Luis Alberto Spinetta. El sexteto, por su parte, asegura que reproducen un estilo de concebir a la música y se alejan de la “pose” adoptada por algunos artistas en boga. Quizás por eso, el cover elegido para continuar la velada fue Atado a tu frontera, del eterno Flaco. La extensión de las canciones es otra característica que hace al sello personal de Sambara, porque en apenas tres minutos no puede condensarse el meticuloso trabajo requerido en piezas como Transmutar o Revancha, presentes en la lista interpretada esa noche.
Cuando Serpientes del alba empezó a sonar, hasta los menos enérgicos –que sentados en el piso de madera se resistían a los encantos psicodélicos– se pararon y bailaron de principio a fin el anteúltimo tema. Para este momento, el clima en la cúpula del CCK nada se parecía al gris otoño presente al otro lado de los ventanales iluminados con leds celestes y blancos. El final llegó con Sello, el quinto tema de Siempre hubo riesgo en el cielo (2016), y le siguió un agradecimiento por parte de los músicos al público. La banda se encuentra en estos momentos haciendo una gira por Israel y Europa: claramente es un grupo de músicos que crecen y que prometen marcar –aún más– la diferencia en la escena musical porteña.