Matías Carranza: “el blues de trinchera argenta, esa música del conurbano que supura brea por los cuatro costados”

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Matías Carranza: “el blues de trinchera argenta, esa música del conurbano que supura brea por los cuatro costados”

Con­ver­sa­mos con Ma­tías Ca­rran­za, oriun­do de Ber­nal, pro­vin­cia de Bue­nos Ai­res, un mú­si­co con 9 tí­tu­los edi­ta­dos, con di­ver­sos pro­yec­tos como Ele­fan­te Mu­tan­te, Mon­ta­ña Eléc­tri­caLas Es­po­ras Sal­va­jes. Este hom­bre del blues con­fía en que esta nue­va ge­ne­ra­ción de mú­si­cos en Ar­gen­ti­na lle­va­rá las co­sas a otra di­men­sión.

ELEFANTE MUTANTE

 

 

¿Ar­tis­ta se nace o se hace?

Creo que na­cés con esa efer­ves­cen­cia. Yo sien­to que nací así, con una sen­si­bi­li­dad, un do­lor, algo que tie­ne el sen­ti­mien­to del ar­tis­ta, como ese anti-hé­roe. Pero tam­bién te ha­cés ar­tis­ta cuan­do com­pren­dés las ba­rre­ras que se tras­cien­den ejer­cien­do ese rol. Es una res­pon­sa­bi­li­dad y un gran com­pro­mi­so, so­mos pri­vi­le­gia­dos de po­der su­bir­nos a un es­ce­na­rio. Cuan­do en­ten­dés que exis­te la obra y sus por­ta­les, como ellas que­dan en el éter para siem­pre, te em­pe­zás a co­no­cer.

Sigo pen­san­do en po­der mo­di­fi­car­me cons­tan­te­men­te. Es como con las re­la­cio­nes hu­ma­nas, fra­ca­san por­que nin­guno está a la al­tu­ra de los cam­bios. Yo quie­ro es­tar­lo, por­que si no se­ría todo de­ma­sia­do abu­rri­do”.

¿Te pre­gun­tas­te al­gu­na vez por­que ha­ces mú­si­ca?

Pue­de ser. Yo ven­go de una fa­mi­lia de mú­si­cos. Mi vie­jo fue mú­si­co de la dé­ca­da del ’60 y ‘70. Es­ta­ba en el cir­cui­to de Pap­po, La Pe­sa­da, Vox Dei, so­bre todo con es­tos úl­ti­mos que eran de Quil­mes tam­bién como no­so­tros, que vi­vi­mos en Ber­nal. La­men­ta­ble­men­te la dic­ta­du­ra lo guar­dó un poco, y lue­go se de­di­có más como hob­bie, pero su amor por la mú­si­ca siem­pre fue zar­pa­do. De pibe mi casa es­tu­vo lle­na de LP´s, cd´s e ins­tru­men­tos, mi her­mano tam­bién toca la gui­ta­rra, y creo que hago mú­si­ca un poco por esa raíz, y otro poco por­que es mi me­dio de co­mu­ni­ca­ción con un mun­do bas­tan­te hos­til.. La mú­si­ca es amor.

Al es­cu­char Ele­fan­te Mu­tan­te más es­pe­cí­fi­ca­men­te “Los Ele­fan­tes y el Ár­bol So­lar” (2015) y “Ac­ci­den­te”, (2016) noto que has te­ni­do un gran cam­bio en la for­ma de ha­cer mú­si­ca, en la so­no­ri­dad de las can­cio­nes ¿a qué se debe esto?

Soy una per­so­na que es­cu­cha mu­cha mú­si­ca, todo el tiem­po. Mi casa es­ta­ba ates­ta­da de dis­cos. Mi vie­jo lle­ga­ba de tra­ba­jar y mien­tras mi mamá le co­ci­na­ba, él po­nía dis­cos en el li­ving, ahí so­na­ban Charly, Pur­ple, Pap­po, La pe­sa­da, Sab­bath, Doors, Cree­den­ce, etc.
Mamé mu­cha mú­si­ca “mo­der­na” por de­cir­lo de al­gu­na for­ma. Tam­bién tan­go, jazz, y mú­si­ca de Áfri­ca. “Ac­ci­den­te” fue uno de mis dis­cos más re­ve­la­do­res, lue­go de diez años de ca­rre­ra me ani­mé a su­bir­me a un es­ce­na­rio solo con mi gui­ta­rra. Gra­cias a rom­per esas ba­rre­ras, pude en­con­trar­me con mi tro­va­dor in­terno. Sien­to que este dis­co tie­ne las me­jo­res poe­sías que es­cri­bí has­ta aho­ra. Sigo pen­san­do en po­der mo­di­fi­car­me cons­tan­te­men­te. Es como las re­la­cio­nes hu­ma­nas, fra­ca­san por­que nin­guno está a la al­tu­ra de los cam­bios. Yo quie­ro es­tar­lo, por­que si no se­ría todo de­ma­sia­do abu­rri­do.

La mú­si­ca es amor”

En tus re­des so­cia­les ha­ces cons­tan­te men­ción al tér­mino “blues crio­llo” ¿Lo po­drías de­fi­nir?

Sí, el blues es la mú­si­ca que más amo. Hay algo en su sim­ple­za, en sus mo­vi­mien­tos y en su so­no­ri­dad con la que me sien­to in­men­sa­men­te iden­ti­fi­ca­do.
Nues­tras cos­tum­bres son una mez­cla de va­rias cul­tu­ras, pero no­so­tros nos bau­ti­za­mos como crio­llos. Eso lo es­cu­cha­ba siem­pre en casa, cuan­do ha­bla­ban de mi abue­lo que era del cam­po. Algo me sor­pren­dió cuan­do es­cu­che las pa­la­bras “gui­ta­rra crio­lla”. De­bía te­ner unos diez años cuan­do no de­ja­ba de mi­rar la gui­ta­rra de mi papá. Co­men­cé a to­car en una ban­da (pri­me­ro el bajo) y gra­cias a ser un “Crio­llo de Ley” pude desa­rro­llar mi pro­pio es­ti­lo. Lle­vo 9 tí­tu­los edi­ta­dos de for­ma in­de­pen­dien­te y/o con se­llos como Fau­na, Blan­der o Cor­di­lle­ra.

El “Blues Crio­llo” para mi es, el Blues de trin­che­ra ar­gen­ta, esa mú­si­ca del conur­bano que su­pu­ra brea por los cua­tro cos­ta­dos. Es­toy por edi­tar “El Ho­gar” un dis­co de 8 can­cio­nes, de es­tric­ta­men­te blues crio­llo.

Cam­bian­do un poco de tema ¿cómo ves la si­tua­ción so­cio cul­tu­ral en la Ar­gen­ti­na?

Es una pa­ra­do­ja que está siem­pre cru­za­da por lo ne­gro y lo blan­co. Por un lado, sien­to que des­de hace años cre­ci­mos un mon­tón cul­tu­ral y so­cial­men­te. La ju­ven­tud está más sen­si­ble, más des­pier­ta, hay mu­chas ex­pre­sio­nes ar­tís­ti­cas, gen­te que es­cri­be, que toca, que pin­ta, que saca fo­tos, que ges­tio­na, que ama. Eso hizo que a to­dos los ar­tis­tas nos va­lo­ren más. Tam­bién hizo que más gen­te in­de­pen­dien­te abra lu­ga­res, como cen­tros cul­tu­ra­les, ba­res, etc. El Es­ta­do no nos ayu­da en nada, por el con­tra­rio, pre­go­na cier­tas le­yes que no ter­mi­nan im­ple­men­tan­do­se, como la ga­nan­cia del 70 por cien­to de la ven­ta de en­tra­das para la ban­da, la co­mi­da y be­bi­da para los ar­tis­tas.

¿No­tas un cre­ci­mien­to, una nue­va iden­ti­dad en los mú­si­cos ar­gen­ti­nos?

Sí y a pa­sos agi­gan­ta­dos. Le­van­tas una bal­do­sa y te­nés una ban­da nue­va, y bue­na. Me sien­to tan afor­tu­na­do de creer en lo que hago, me sien­to tan vivo de ir a un bar y ver chi­cos o chi­cas como yo, que es­tán ha­cien­do algo in­creí­ble, con amor y es­pí­ri­tu. En este país hay co­sas bue­nas y sin­ce­ras. Vol­vi­mos a las raí­ces de la mú­si­ca. Veo cómo so­mos más pro­fe­sio­na­les, cómo nos in­vo­lu­cra­mos zar­pa­do con la obra. Nos ayu­da­mos en­tre to­dos, hace años na­die que­ría pres­tar­te un equi­po, una ba­te­ría. Hoy se te cor­ta una cuer­da y te­nes a otro mú­si­co con su pro­pio ins­tru­men­to al lado para que lo uses.

¿Qué ban­das nue­vas es­cu­chas?

Yo soy fa­ná­ti­co de Car­ca, que es para mi uno de los mú­si­cos más gran­des que dio este sue­lo. Me gus­tan mu­cho Nu­vem Leo­par­do, Fu­si­bles, Pan­chi­ta la Pis­to­le­ra. KNEI creo que es el me­jor trío de Ro­can­Blues de acá. El jazz cor­do­bés y fres­co de Nau­ti­lus, Ayer­ma­nia­na y Pe­rro Vo­la­dor. Los Es­pí­ri­tus y la obra de Priet­to; Los Cu­los y Los Ro­lin­gas del Es­pa­cio. Es­toy su­per con­ten­to de que haya cada vez más ban­das de nues­tras com­pa­ñe­ras mu­je­res como Ama­zo­nas de Vul­ka­nia o Las Me­ló­ma­nas que ha­cen blues. Tam­bién me gus­tan Sa­tur, San­tia­go Mo­raes y Henry Ua­se­chail.

 

 

Po­dés des­car­gar su mú­si­ca en : Band­camp

 

 

Gaston Blander
Gaston Blander
Es periodista egresado del Instituto Superior de Periodismo Deportivo (UNTREF). Baterista, guitarrista y cantante desde hace quince años. Productor musical. Integró varios proyectos como Malos Aires, Los Ouiea y Dead Berlin, banda con la cual estuvo de gira en Europa y Estados Unidos y con quienes compuso la banda sonora de la película Dreamlike Journey. Actualmente parte de la banda Motor Mental. Es el líder del sello discográfico digital Blander Records, que lleva lanzados más de quince álbumes. A su vez produce eventos musicales en diferentes espacios culturales del país.