Ubicada en el barrio porteño de Palermo, La Tangente es un bar de música, cuenta con un escenario que recuerda al de La Trastienda, aunque de dimensiones menores. Su interior presenta paredes negras con pequeñas luces circulares tanto en los costados como en el techo, muy interesante. Esta fue la locación donde los jvlianes decidieron despedirse de su gente, previo viaje a Córdoba con el mismo fin, ya que están a punto de encerrarse en estudio para sacar una nueva placa.
La banda está conformada por Joni Chacón (batería), Ignacio Martin (bajo, voz), Julián Tello (a veces guitarra), Julián Larquier Tellarini y Pablo Anglade (piano), siendo los tres últimos cantantes, con sintetizadores constantemente a su cargo. El quinteto destaca por su originalidad, ya sea por los electrónicos beats, las letras osadas o su actitud en el escenario (mención aparte para las visuales en pantalla, a cargo de I NEED SPONSORS). Hasta el día de la fecha, cuentan con un disco homónimo, JVLIAN (2014) y un single de dos canciones, Fin de Año (2015), disponibles ambos en Spotify.
Cerca de las once de la noche los muchachos se subieron al escenario con toda la calma, ajustaron sus instrumentos, saludaron y comenzaron con Fin de Año seguido de El Viaje del Escorpión (“¡mucho más ligero vas a estaaar!”). Dato curioso: parecía que los músicos tenían el setlist en su celular, ya que no había a la vista hojas impresas, por lo que cada tanto miraban rápidamente la pantalla del móvil.
Pronto llegó la hora de presentar nuevo material. Nuevamente las visuales en la pantalla del fondo del escenario acompañaban al positivo desenlace del show: aparecían paulatinamente burbujas de diálogo que decían “un tema nuevo”, “se llama Escorpio”, “todavía no salió”, sumándole humor carismático a una noche de hip-hop, rap y electrónica. Otro tema nuevo presentado más tarde fue Desencanto.
Dos de los temas pertenecientes a su primer álbum, de entre los más enérgicos de la noche, fueron Desintegrador y Tu divino error. Todo tipo de colores, carteles, sustancias ilegales y animaciones del estilo del videojuego GTA se proyectaban a espaldas de los músicos acompañando a la perfección sus melodías. El punto más alto de la velada se dio cuando sonó Rap de L’amour, esta canción de más de siete minutos donde cada uno canta una estrofa, cuya letra de lo más gráfica y explícita despierta en mí una sonrisa, ya que celebro que tengan el coraje de componerla, grabarla y salir a tocarla.
Como aquella vez en el Konex, teloneando a El Kuelgue, pero esta vez mucho más excitante ante la falta de valla, Julián Larquier se bajó del escenario y se puso a cantar y bailar enérgicamente a centímetros de sus seguidores.
El último tema de la noche fue Lobogamia, el otro tema de su single Fin de Año. Tras esto, Larquier exclamó “Gracias loco, fue una lista re larga, se la re bancaron”. Mencionaron que se iban a Córdoba “todos en el mismo auto” y que luego se ausentaban de los escenarios para grabar lo que se viene.
Energía, sustancias, psicodelia, fusión de estilos y mucho talento caracterizan a este grupo todavía joven que promete dar que hablar.
Fotografías: Evelin Cerdan