¿Qué significa para ustedes el blues?
El blues que nos interesa dentro de lo que hacemos es el argentino, el de aquellos músicos de antaño como Manal y Pappo que, en un principio, supieron interpretar esta música tan hermosa, volcarla a nuestro lenguaje y cultura. Que en una época complicada de censura supieron abrirse paso y generaron un espíritu musical muy fuerte que perduró por muchos años.
¿Cuál es el secreto para que una banda cumpla diez años de trayectoria y siga vigente?
No hay un secreto en esto de los diez años; la verdad es que nos une una amistad muy fuerte desde hace mucho tiempo. Eso es lo que mantiene viva la llama, junto con nuestro trabajo constante, como el del resto de nuestros amigos que también tocan y se encuentran en la misma; realmente disfrutamos mucho de esto. El tiempo pasa y a medida que vamos creciendo se hace más interesante porque vamos evolucionando y mutando musicalmente. Lo más lindo es poder crecer a la par de tus amigos de toda la vida, en todo sentido. El resto es sólo tiempo que pasa.
Este año editaron un nuevo disco, Juventud de la gran ciudad, un álbum con mucha personalidad. ¿Cómo fue hacerlo?
La idea inicial de Juventud de la gran ciudad surgió de plasmar una lista de temas que ya sonaban como queríamos y grabarlo en vivo, los tres juntos tocando en una sala (en este caso fue Fauna Records), sintiendo esa magia de una música pesada y consistente, con timbres setentosos argentinos. Conseguimos unos aparatos, algunos nuestros, otros prestados, y logramos un sonido que se acercaba mucho a lo que veníamos craneando. De la mano de nuestros amigos técnicos, músicos y gente que la tiene clara en el tema pudimos darle forma. Este disco se mezcló en La Aldea por nuestro sonidista Maxi Leivas y lo masterizó Patricio Claypole en cinta en Estudio El Attic; además, está editado en formato físico en Argentina por Exiles Records y Aquatalan Records, y en Perú por Necio Recors.
Vienen de viajar bastante: tour transandino en Chile, Patagonia argentina, su Pampa natal y recientemente Córdoba. ¿Qué es lo que más disfrutan de las giras?
Tocar en vivo, para gente que le gusta nuestra música, que la descarga, que la escucha online, que compra el disco, que se interesa realmente por nuestra carrera y nos sigue. Esa gente que nos frena y nos felicita por lo que hacemos. Eso es lo más gratificante, saber que tu sonido le saca una sonrisa a las pibas y los pibes que te escuchan. Es lo más lindo que hay, estar en el escenario tocando al palo y ver que la pasan bien y que piden más.
¿Cómo ven la escena local emergente?
La escena está en llamas y eso nos mueve a hacer cosas. Las calles porteñas están estalladas de buenas bandas y de gente que arma shows, que se preocupa por la verdadera identidad musical rockera argentina. Sin embargo, hay una parte de la cultura musical muy limitada a un mensaje banal de competencia, mercadotecnia y pose que, en definitiva, son grupos efímeros que no entienden esta cuestión de la identidad. El rock argentino necesita identidad y un ideal al que seguir, nosotros lo tenemos en claro y vamos a por ello con bandas que están en la misma, el resto no nos interesa.
¿Qué bandas under les gustan?
Los Siberianos, Las Sombras, Los Espíritus, Neuvem Leopardo, Las Ceremonias y Las Diferencias, entre tantas otras.