Andy siempre encuentra la manera de transgredir lo preestablecido y las fechas del recital Adiós Andy Chango del viernes 5 y sábado 13 de mayo no fueron la excepción. En esta ocasión lo hizo con un encuentro íntimo e interactivo en donde dejó muy en claro que no iba a hacer apología, sino stand-up. De esta manera, ese fue el medio para poder hablar sin pelos en la lengua.
Rompedor de mitos empedernido, ocupó el escenario para explicar su punto de vista sobre diferentes temáticas. Un banco alto en donde se sentó fue el espacio que tomó para cuestionar a Dios, sin entender cómo no se había dado cuenta antes de que la tierra era redonda. Una pizarra le sirvió para explicar la figura del adicto, en un rincón al extremo del escenario, con un sillón y una luz tenue daba inicio a escenas íntimas. Calificó en su relato al amor como un “sentimiento bajo y patético” que explica el mundo de las relaciones monogámicas y funcionales en este sistema. Para ilustrar las diferentes temáticas, contó divertidas anécdotas que le pasaron con ex parejas, amigos y enemigos. Habló de su situación de celibato e impotencia frente a las presiones sociales que le resultan absurdas. Nos habló del rol del rockero, clasificándose a sí mismo y a sus amigos como “vagos empedernidos” y puso como ejemplo el proceso de grabación de sus discos: los realizó en un corto lapso de tiempo y el resto de su carrera la llevó a cabo con el fruto de ese trabajo y no sabe cómo más.
Este músico nunca deja de querer estar en el borde de las situaciones, de declarar las cosas como son según su punto de vista y a partir de allí, crear su obra. Aprovecha el espacio y hace una nueva ruta para transitar esas cosas que nos pasan a todos pero que, en general, no se hablan demasiado por miedo a ser políticamente incorrectos. Andy se planta en el escenario y no hace apología, sino que hace. Cuenta, declara, canta, comparte la fiesta mientras reparte alcohol y risas con todos los presentes en Niceto, y se enorgullece de que los espectadores lo elijan para pasar ese hermoso rato.
Las anécdotas y reflexiones fueron intercaladas con sus canciones más emblemáticas como Neuronas, El viejo lexatin y también canciones como Muchacha ojos de papel, El oso e Imagine, entre otras. Para no quedarse con las ganas después de un paseo por las diferentes temáticas, Andy cumplió un sueño y se transformó en dinosaurio. Nos compartió algunas canciones y las últimas reflexiones con su vestuario. Finalmente cerró el show con Que lindo es drogarse en familia con una banda conformada por una niña en la batería, un niño en la guitarra y los coros, más la madre de las criaturas (y la abogada de Andy) en el ukelele.