A fines de los años ’60, el movimiento hippie se había consolidado en los Estados Unidos. Sus políticas de “amor, paz y drogas libres” eran la antagonía perfecta para contrarrestar la tensión generada en el país por la atroz Guerra de Vietnam, y el epicentro de este movimiento fue la ciudad de San Francisco, en el estado de California. La revolución de la contracultura llevó a comercializar las ideologías pacifistas de una nueva forma y la movida hippie no tardó en extenderse a Los Ángeles para hacerse un lugar definitivo en la cultura popular. Artistas de renombre y figuras públicas comenzaron a apoyar las causas antibélicas y a defender ideales de igualdad y tolerancia.
En agosto de 1969 tuvo cita uno de los eventos más recordado de la cultura hippie: el Festival de Woodstock. Durante más de dos días, decenas de artistas de primera línea musicalizaron el predio una granja invadida por casi medio millón de personas en las afueras de Nueva York. Entre actos como The Who y Jimi Hendrix, una de las participaciones destacadas fue la del recién conformado grupo que integraban David Crosby, Stephen Stills, Graham Nash y Neil Young (CSNY), tratándose de su segundo concierto. Todos habían tenido pasados en bandas de renombre: a Crosby lo habían echado de The Byrds, Nash acababa de dejar a The Hollies y viajado desde Inglaterra; Stephen Stills y Neil Young, por su parte, habían sido compañeros en Buffalo Springfield, un grupo recién disuelto. Los cuatro se establecieron rápidamente como artistas emblemáticos de la escena folk del Sunset Boulevard de Los Ángeles, y sus canciones representaban a la perfección la libre expresión y el amor por el prójimo además de atacar a los poderosos que se llenaban los bolsillos a expensas de las peores aberraciones en el campo de batalla al sur de Asia. El primer álbum de estudio del cuarteto, Déjà Vu, fue publicado en marzo de 1970. Grabaciones de varios conciertos fueron recopilados en el doble álbum 4 Way Street.
La administración del presidente Richard Nixon se convirtió en un blanco frecuente luego de que revelara sus políticas de invasión y comenzara a reclutar adolescentes. Las muertes aumentaban día a día y la imagen negativa del gobierno de turno comenzaba a crecer con fuerza.
Mientras tanto, Neil Youngingre, de veinticuatro años, retomó su acelerada carrera solista. Su primer álbum (el homónimo Neil Young) había sido concebido al momento de su salida de Buffalo Springfield en 1968; el segundo (Everybody Knows This is Nowhere) salió a la venta apenas seis meses después, en mayo de 1969. A fin de año comenzó las grabaciones de su próximo material en los prestigiosos estudios Sunset Sound de Hollywood acompañado por Crazy Horse, la misma banda que lo había secundado en Everybody Knows… Las sesiones habían comenzado a dar buenos frutos cuando la salud del guitarrista Danny Whitten comenzó a deteriorarse rápidamente debido al abuso de drogas. Sin dudarlo, Young desechó a los Crazy Horse, reteniendo sólo al baterista Ralph Molina, y cambió las calles de Hollywood, donde era fácil obtener todo tipo de vicios, por un rancho en las montañas en las afueras de la ciudad. Allí montó un estudio casero y para completar el material de grabación contó con los servicios de Greg Reeves, bajista de CSNY y Stephen Stills, entre otros. Sin embargo, la incorporación más acertada a este proyecto fue la de un joven multiinstrumentista de apenas dieciocho años llamado Nils Logfren cuyos pianos y guitarras se convirtieron en aportes fundamentales al disco en camino. El LP, titulado After The Gold Rush, fue editado en septiembre de 1970.
Para comienzos de 1971 Young interpretaba en vivo nuevas composiciones, donde la acongojada “The Needle and the Damage Done” era una de las más escuchadas: “He visto la aguja y el daño causado. Un poquito de eso en cada uno. Cada junkie es como un sol poniente”, cantaba Young con la voz entrecortada. La canción trataba sobre los abusos de sustancias sostenidos por muchos colegas y amigos suyos en aquel entonces, un tema recurrente y que había cobrado mayor repercusión a partir de la muerte de dos íconos de la psicodelia lisérgica como lo eran Jimi Hendrix y Janis Joplin.
Las grabaciones del próximo disco de estudio de Neil Young comenzaron de manera espontánea cuando este fue convocado por el legendario Johnny Cash para aparecer en su programa de TV que se transmitía desde Nashville, cuna de la música country. Allí un productor le ofreció a Young su estudio en caso que quisiera grabar en el futuro. Sorpresivamente, las sesiones comenzaron esa misma tarde cuando el hombre cumplió con la única demanda del músico: que le consiguieran un baterista, un bajista y un guitarrista en el día. El conjunto fue bautizado The Stray Gators y hasta Linda Ronstadt y James Taylor, invitados también al programa de Cash, se acercaron a participar en aquella primera sesión. Dos temas fueron grabados esa noche y en abril Young volvería al mismo estudio para registrar otras dos composiciones. Gran parte del material restante fue grabado en un estudio casero montado en el granero del rancho que el propio músico tenía en Topanga Canyon. El álbum se completó con grabaciones en vivo de tres canciones: dos correspondían a una presentación para la BBC y contaban con el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de Londres. La otra era una de las interpretaciones en vivo de “The Needle and the Damage Done” registradas a comienzo de año y que cobrara aún más sentido luego de la muerte de otro de los referentes musicales de Los Ángeles, Jim Morrison, en el mes de junio. El disco se tituló Harvest y vio la luz en febrero de 1972 en medio de la campaña de Nixon en busca de la reelección.
Las elecciones se llevaron a cabo el 7 de noviembre y el republicano renovó su mandato cuando se le adjudicó la victoria con un amplio margen sobre su rival demócrata.
Esa misma semana, Young volvió a convocar a los Stray Gators para que lo acompañen en una nueva gira. La intención era la de grabar las presentaciones para luego editar un disco en vivo, el primero en su hasta entonces corta pero intensa carrera. En un gesto esperanzador, decidió sumar al conjunto a su ex compañero Danny Whitten con la intención de que el trabajo lo ayudara a sobrellevar sus serios problemas de adicción. Whitten se hizo presente en los primeros ensayos. Intentaba dejar la heroína, pero había comenzado a tener problemas con el alcohol, al que consideraba un sustituto menos nocivo. Pese a los esfuerzos de su amigo por darle una oportunidad, el guitarrista estaba tan deteriorado que ya no podía concentrarse durante las reuniones ni tocar a la par del resto de la banda. En consecuencia, Young le informó que no lo tendría en cuenta para el tour que estaba por comenzar y le pidió que se marchara. En la noche sonó el teléfono en casa de Neil: Whitten había muerto producto de una sobredosis, luego de consumir altas cantidades de Valium y alcohol.
Profundamente afectado por la pérdida, y convencido de que él había sido el máximo responsable de semejante tragedia, Young se volcó también a la bebida y en ese oscuro contexto se dio comienzo a la gira de tres meses. Nuevos temas fueron estrenados en vivo noche a noche. El guitarrista y cantautor, desbordado de tequila, era acompañado por una formación eléctrica con desmedida intensidad, también ebria y de muy mal humor. El público, atraído a las presentaciones por el suave e íntimo material de After The Gold Rush y Harvest rara vez quedaba satisfecho al terminar la función y cada semana las críticas se volvían más duras. Con el correr de las fechas la gira fue volviéndose cada vez más caótica; el baterista renunció en mitad de los compromisos y un reemplazo fue convocado en su lugar, mientras que en el último tramo de la gira una infección en la garganta afectó a Young considerablemente. De todas formas, suficiente material fue registrado noche a noche y el disco en vivo estaba ya en camino y sería editado a fin de año bajo el título de Time Fades Away.
Una vez terminada la gira, no faltó mucho para que la muerte volviera a golpear al entorno de Young. Esta vez la víctima fue su amigo y asistente de escenario, Bruce Berry, y la causa: sobredosis, una vez más. Young estaba cada vez más abatido y sus composiciones solo se habían vuelto tristes y deprimentes. Atrás habían quedado los festivales por la paz apoyando el amor libre y sus nuevas canciones solo hablaban de las vidas que se estaba cobrando abuso de drogas. En prácticamente una sola sesión un día de agosto de 1973 completó el material necesario para todo un nuevo disco, pero la discográfica con la que trabajaba lo rechazó por ser demasiado oscuro. Para colmo, los arriesgados lanzamientos de Journey Through The Past y Time Fades Away fueron considerados un fracaso rotundo y el veto de su más reciente material puso por primera vez a la carrera de Neil Young en jaque. Solamente la firma de la paz consigo mismo pondría fin a semejante conflicto.