Manuela, chef- propietaria de Donnet, es una cocinera con la magia y pasión que se precisa para, a través de la comida, transformar almas y prejuicios como ese de nunca confíes en un chef flaco. Su cocina tiene mucho más que sabores y texturas impecables. Es, sobretodo, comida con propósito, con un discurso tras lo que puede incluso parecer simple. Vegetales de temporada vestidos de sales y aceite místicos, y hongos –la especialidad de la casa– en un sinfín de formas son mucho más que platos sabrosos, balanceados, accesibles, reales, sin poses ni conceptos indescifrables. Es un modo de dejar sin argumentos al que no come vegetales por preferir el asado, de asombrar a los fanáticos de la sacrosanta mila con fritas, porque en Donnet se disfruta. Sus platos abren el alucinante sabor oculto en legumbres y verduras, y su propuesta encausa, en cada mordisco, a la transformación de la mala alimentación a la que tantos estamos acostumbrados.
La influencia crudivegana en Manuela se profundizó cocinando para Máximo Cabrera, pero lo que hizo que se decidiera a cocinar este tipo de comida es una pulsión ética, rebelde y sensible. Busca dar un giro en la alimentación, como ella dice dejar de servir “comida falopa” a sus comensales, es decir: frituras, aditivos químicos, potenciadores de sabor artificiales, colorantes, azúcar refinada, sal yodada, hidratos de carbono, carne y demás derivados de animales. Por el contrario, usan materias primas orgánicas (posta) de temporada y producción local.
Hongos Donnet
Manuela no se encasilla: “yo no quiero darle de comer a veganos, quiero darle de comer a los que aman el churrasco”. Ella quiere iniciar estómagos, diversificar la cultura del paladar porteño, mientras demuestra que alimentarse de forma sana no tiene que ser aburrido: “es mi modo de hacer la revolución” dice.
Donnet no es una rotisería vegana, ni bar de barrio, ni bodegón: es todo y nada de eso a la vez. Es un centro energético que te hace volver, no sólo por todo lo mencionado, sino a pesar de las sillas improvisadas o la espera en la acera en días movidos. Hay algo que vibra más allá de la música, de los ojos grandes y profundos de sus cocineros, de los colores y aromas que se escapan de los platos que marchan en la tranquilidad del barrio y el eco de las risas.
Donnet, transpira pasión,tiene un propósito, hace el cambio plato a plato.
Fotografías: Gloria del Fogón
¿Qué? Donnet.
¿Dónde? Intersección Maure y Fraga (Chacarita, CABA).
¿Cuándo? Abierto de lunes a sábados por la noche.
Teléfono: 011–45511915.