ArteBA cuenta con diversos stands ocupados por galerías nacionales e internacionales ya establecidas y amateurs, áreas de recreación y de experimentación, una Isla de Ediciones, donde es posible adquirir libros de arte y una serie de conferencias, generalmente ligadas al mercado y la gestión de arte. Además, este año se sumó la performance box, una nueva adquisición que funcionó como sede de la Bienal de Performance 2017 (BP17), donde se proyectaron y se llevaron a cabo diversas “perfos” de artistas locales y extranjeros.
El recorrido, distinto de un museo, es libre. Cada galería tiene su propuesta y si bien muchas se encuentran englobadas dentro de un mismo proyecto curatorial (Dixit, Solo Show Zurich, Barrio Joven Chandon), no hay una linealidad narrativa ni temática que guíe al visitante por las distintos zonas y stands. Esto se debe, en gran medida, a que se trata de una feria comercial, donde cada galería expone a sus artistas y sus obras con un fin claro y conciso: vender. En ella es posible no solo ver arte sino también conocer a los artistas que se encuentran produciendo hoy (en la mayoría de los casos, se encuentran en las mismas galerías que venden sus obras), conversar con los galeristas acerca de sus criterios de selección, y enterarse de los precios que se manejan tanto a nivel nacional como internacional.
¿Qué se pudo ver en esta 26ª edición de la feria? Más allá de lo habitual, ArteBA 2017 contó con varias actividades off site (por fuera): un desfile de remeras producidas en Villa Fiorito, un Barrio Joven renovado y un helicóptero encerrado en una habitación.
El equipo curatorial de Dixit 2017, Javier Villa y Sarah Demeuse, se centró en una mirada hacia el futuro desde la incertidumbre y la preocupación ante un presente en shock a nivel mundial. Para esto, decidieron utilizar el nombre “Rro”, onomatopeya de raw (crudo), entendido como algo aún no elaborado y por ende, no comprendido. “Exposi2ción, excursión, intervención y acción” es como describen sus propios curadores a “Rro: un completo programa que comprende tanto lo expuesto dentro de su stand como las intervenciones realizadas hacia afuera, en el predio de la Rural y en diversos espacios de Buenos Aires. El fin perseguido desde las actividades off site (hacia afuera) es “reconectarse con la ciudad (…) más que suspender el flujo”, no hay un interés en interrumpir el hacer cotidiano porteño sino, fundirse con él. Esta serie de intervenciones y performances se encuentran funcionando desde abril y seguirán hasta fines de septiembre. Para seguirlas, se puede visitar: https://rrodixit.tumblr.com/
A su vez, dentro del stand de Dixit fue posible ver, entre otras cosas, “Belleza y Felicidad Fiorito”, el proyecto de Fernanda Laguna que lleva más de diez años en la homónima villa de Lomas de Zamora. Durante la exposición, se llevó a cabo la venta de remeras patrocinadas por la marca A.Y. NOT DEAT con consignas emblemáticas de cara al próximo #NiUnaMenos (3 de junio), tales como “Amo la cumbia pero sus letras no me quieren”, realizadas por jóvenes y adultos pertenecientes al proyecto de la artista. Además los días miércoles y viernes se realizó el desfile, momento durante el cual “Rro” se puso en pausa.
Por otro lado, el sector de Barrio Joven Chandon, tal como su nombre lo indica, está destinado a galerías y espacios amateurs nacionales e internacionales, seleccionados por medio de un equipo curatorial autónomo, este año compuesto por Raúl Flores y Miguel A. López. Esta sección se orienta a lo nuevo, al devenir en todas sus formas, respetando las variedades de proyectos y exposiciones, propuestas desde cada galería y/o espacio artístico en crecimiento. Distinto de otros años, esta edición de BJC contó con la presencia de actividades performáticas que fueron dándose en perfecta armonía con el espacio, entremedio de los visitantes que se acercaban a ver una y otra cosa
Uno de los grandes nombres con los que contó el BJC fue Eduardo Basualdo, el joven artista que decidió instalar un enorme helicóptero negro con su hélice en funcionamiento dentro de una estructura de cuatro paredes y un techo con una abertura. “Freelancer” fue el nombre que dio a esta obra con la que buscaba retratar su opinión respecto al quehacer artístico y el rol del artista en la sociedad. De todos modos, el gesto de colocar un helicóptero a punto de levantar vuelo hoy en día y en una feria de arte, no deja de ser provocador. Esta obra, por demás bella y osada, dio mucho qué hablar.
ArteBA es un espacio donde el arte se mueve de una manera diferente a lo que estamos acostumbrados. Más allá de los controversiales cuestionamientos en torno a esta feria, no deja de ser una grata oportunidad para acercarse al arte moderno y contemporáneo desde otras de sus aristas, el mercado, dando lugar a conocer su funcionamiento, sus particularidades y sus múltiples posibilidades.