Víctor Malumián: “Se está logrando un espacio que sentimos como propio tanto de cara al lector como de cara al sector”

El Bardo en Broadway
martes 06 de junio de 2017
¿Para qué morir? ¡Queda mucho por vivir! — Gjira Fiesta
jueves 08 de junio de 2017

Víctor Malumián: “Se está logrando un espacio que sentimos como propio tanto de cara al lector como de cara al sector”

PH: Matías Moyano

A partir del viernes 9 de junio hasta el domingo 11 se llevará a cabo la sexta Feria de Editores en la sala Santos 4040 (Santos Dumont 4040). Desde rMUTT, Manuel Pedrosa y Natalia Avila  tuvieron la oportunidad de hablar con dos de sus fundadores, Victor Malumian y Hernán Lopez Winne, directores de Ediciones Godot, acerca de la creación de este encuentro, la labor editorial en estas épocas y los avatares de la circulación del libro “independiente”.

PH: Ma­tías Mo­yano

¿Cómo y cuán­do sur­gió la idea de una fe­ria de edi­to­res in­de­pen­dien­tes?

Víc­tor Ma­lu­mián: La Fe­ria de Edi­to­res em­pie­za en el 2013 en el Bar de FM La Tri­bu con vein­te edi­to­ria­les ami­gas y la in­ten­ción de ge­ne­rar un es­pa­cio para re­ci­bir feed­back de los lec­to­res y char­lar so­bre li­bros. Du­ran­te la pri­me­ra edi­ción cayó sin pie­dad la tor­men­ta de San­ta Rosa, las ca­lles se anega­ron y lo to­ma­mos como una se­ñal de que no te­nía­mos que ha­cer más esas co­sas. A la hora, el agua em­pe­zó a ba­jar y la gen­te a vi­si­tar la fe­ria. Al fi­nal es­tu­vo bue­ní­si­mo. Pa­sa­ron va­rias edi­cio­nes y la fe­ria fue cre­cien­do pau­la­ti­na­men­te. En la úl­ti­ma edi­ción con­vo­có a seis mil lec­to­res y se ge­ne­ró un am­bien­te muy in­tere­san­te de in­ter­cam­bio de in­for­ma­ción en­tre co­le­gas. 

Creo que uno de los in­cen­ti­vos más in­tere­san­te para ve­nir a vi­si­tar la fe­ria es en­con­trar un mon­tón de edi­to­ria­les que qui­zás no tie­nen el re­co­rri­do co­mer­cial más efi­caz ya sea por el ta­ma­ño de la ti­ra­da, ya sea por pro­ble­mas lo­gís­ti­cosy de­jar­se lle­var por la char­la con sus edi­to­res, co­no­cer au­to­res nue­vos y es­cu­char re­co­men­da­cio­nes.

Her­nán Ló­pez Win­ne: Sub­ra­yo una cues­tión que no me pa­re­ce me­nor: de­ci­di­mos lla­mar­la “Fe­ria de Edi­to­res” por­que, más allá que el ad­je­ti­vo “in­de­pen­dien­tes” nos aho­rra mu­chas ex­pli­ca­cio­nes y por eco­no­mía ver­bal lo usa­mos todo el tiem­po, en­ten­de­mos que es un tér­mino muy com­ple­jo y muy di­fí­cil de de­fi­nir. Por eso, yo al me­nos pre­fie­ro ha­blar, sim­ple­men­te, de edi­to­ria­les que, con es­truc­tu­ras de ta­ma­ños di­ver­sos (que pue­den ir des­de Adria­na Hi­dal­go, que tie­ne más de cua­tro­cien­tos tí­tu­los, has­ta Ode­lia, que re­cién está em­pe­zan­do), se dis­tin­guen de los gran­des gru­pos y cons­tru­yen sus ca­tá­lo­gos sin guiar­se úni­ca­men­te por lo que pien­san que tal o cual li­bro pue­de lle­gar a ven­der.

¿Cuá­les fue­ron las prin­ci­pa­les trans­for­ma­cio­nes que no­ta­ron en es­tos años? 

V.M.: 2016 fue un año de quie­bre por va­rios mo­ti­vos. Re­ci­bi­mos edi­to­ria­les de Chi­le, Mé­xi­co, Uru­guay y Co­lom­bia, lo cual dio la pau­ta de que la Fe­ria ve­nía cre­cien­do; por otra par­te, la pren­sa es­pe­cia­li­za­da le dio una co­ber­tu­ra in­creí­ble y eso ayu­dó mu­cho a que un pú­bli­co más am­plio co­no­cie­ra la pro­pues­ta.

¿Qué ob­je­ti­vos tie­nen para la fe­ria de este año?

Este año in­ten­ta­mos ar­mar un pri­mer ca­tá­lo­go de li­bre­rías que tra­ba­jan con las edi­to­ria­les par­ti­ci­pan­tes de la Fe­ria; como cual­quier ca­ta­lo­ga­ción está des­ti­na­da a es­tar in­com­ple­ta e im­per­fec­ta. Es­pe­ra­mos me­jo­rar­la y com­ple­tar­la a cada edi­ción. La idea es que to­dos los lec­to­res que nos vi­si­ten se lle­ven de for­ma gra­tui­ta un pe­que­ño ca­tá­lo­go con más de dos­cien­tas li­bre­rías de todo el país para se­guir la char­la y las re­co­men­da­cio­nes en las li­bre­rías que tra­ba­jan los ca­tá­lo­gos todo el año, con los li­bre­ros que son los prin­ci­pa­les di­fu­so­res de los li­bros. En ese mis­mo im­pre­so tam­bién en­con­tra­rán los da­tos de las edi­to­ria­les par­ti­ci­pan­tes. Con un poco de suer­te, qui­zás, se ge­ne­ren nue­vos ne­xos.

Esta es la sex­ta edi­ción de la Fe­ria, ¿con­si­de­ran que es un es­pa­cio que ayu­dó a con­so­li­dar una iden­ti­dad para las nue­vas edi­to­ria­les?

V.M. : No sé si tan­to, lo que sí no­ta­mos es que para las edi­to­ria­les de nues­tro ta­ma­ño es un es­pa­cio don­de se pue­de mos­trar el ca­tá­lo­go, com­par­tir ex­pe­rien­cias y te­ner feed­back di­rec­to con el lec­tor. Creo que, en ese sen­ti­do, se está lo­gran­do un es­pa­cio que sen­ti­mos como pro­pio tan­to de cara al lec­tor como de cara al sec­tor.

¿Qué tipo de re­la­ción se da en­tre el edi­tor y el lec­tor?

H.L.W.: Creo que la Fe­ria de Edi­to­res se in­ten­ta re­cu­pe­rar ese es­pa­cio de in­ter­ac­ción en­tre edi­to­res y lec­to­res que es muy di­fí­cil que se pro­duz­ca. Como lec­tor, cuan­do uno com­pra un li­bro y lo lee, no pien­sa en todo el pro­ce­so que acon­te­ció para lle­gar a ese pro­duc­to ter­mi­na­do. Lo que su­ce­de en la Fe­ria es que los lec­to­res pue­den pre­gun­tar a los edi­to­res por la he­chu­ra de ese li­bro, por la elec­ción de de­ter­mi­na­da es­té­ti­ca, de un di­se­ño de tapa, in­clu­so pue­den su­ge­rir tí­tu­los o es­bo­zar al­gún co­men­ta­rio o crí­ti­ca res­pec­to de las edi­cio­nes.

¿Y en­tre los edi­to­res?

H.L.W.: En ese caso, es un es­pa­cio muy in­tere­san­te para co­no­cer pro­duc­cio­nes de los co­le­gas que se pier­den en la vo­rá­gi­ne del tra­ba­jo co­ti­diano a lo lar­go del año. Ade­más, hay tan­tas no­ve­da­des y tan­tas edi­to­ria­les que es im­po­si­ble es­tar al tan­to de todo. Por eso, en la Fe­ria de Edi­to­res tam­bién se pro­mue­ve este in­ter­cam­bio por­que, como siem­pre de­ci­mos, en­tre los edi­to­res nos lee­mos todo el tiem­po y sa­be­mos qué li­bro o li­bros re­co­men­dar.

Mu­chos edi­to­res hoy en día son al mis­mo tiem­po es­cri­to­res, li­bre­ros y has­ta ges­to­res cul­tu­ra­les. ¿Cuán­to pien­san que ha cam­bia­do el rol del edi­tor en es­tos tiem­pos?

V.M.: Creo que los edi­to­res que es­tán al fren­te de este tipo de edi­to­ria­les, cada vez más, to­man en cuen­ta que sólo la mi­tad de su tra­ba­jo se com­ple­tó cuan­do el li­bro está im­pre­so. La di­fu­sión del li­bro, su pren­sa, su dis­tri­bu­ción, la ges­tión de ac­ti­vi­da­des (más allá que al­guien más ayu­de en esa ta­rea) no pue­de es­tar des­li­ga­da del edi­tor. Por dos ra­zo­nes: la pri­me­ra es que los nú­me­ros no dan para te­ner gran­des de­par­ta­men­tos abo­ca­dos a es­tas ta­reas, en­ton­ces el edi­tor sí o sí tie­ne que ser par­te del pro­ce­so, no pue­de sen­ci­lla­men­te de­sen­ten­der­se; la se­gun­da es que el edi­tor asu­me una obli­ga­ción cuan­do de­ci­de pu­bli­car un li­bro y es la de dar­le la me­jor di­fu­sión po­si­ble, la me­jor lo­gís­ti­ca po­si­ble (en la me­di­da de sus po­si­bi­li­da­des). Por eso cada vez es más fre­cuen­te ver cier­ta hi­bri­da­ción en los ro­les.

¿Cuá­les son las prin­ci­pa­les ven­ta­jas y des­ven­ta­jas de ges­tio­nar una edi­to­rial in­de­pen­dien­te?

V.M.: La eco­no­mía es siem­pre mala. Es­tás a mer­ced de to­dos los vai­ve­nes que pue­das ima­gi­nar. Te­nés a fa­vor que no ne­ce­si­tás ven­der diez mil o vein­te mil ejem­pla­res de un li­bro para que la edi­to­rial per­mi­ta un suel­do o dos. Po­dés ele­gir los tí­tu­los por tu gus­to per­so­nal y no por un aná­li­sis de mer­ca­do o una ten­den­cia. Todo lo de­más es vien­to en con­tra, pero eso, la li­ber­tad de pu­bli­car lo que te gus­ta, no es un de­ta­lle, es la ra­zón por la cual in­ver­tís todo tu tiem­po y ener­gía. Por­que ese li­bro te dejó algo a vos y que­rés que otra per­so­na lo lea. Des­pués de todo, no so­mos tan ori­gi­na­les, si te gus­tó a vos, le va a gus­tar a otro. Solo res­ta en­con­trar a ese otro.

¿Cómo pien­san que el cam­po edi­to­rial fue afec­ta­do a raíz de la aper­tu­ra de la im­por­ta­ción, el au­men­to de los cos­tos de fa­bri­ca­ción y la mer­ma del po­der ad­qui­si­ti­vo en la gen­te?

V.M.: No creo que pue­da res­pon­der con pre­ci­sión esta pre­gun­ta por­que es­ta­mos en pleno pro­ce­so. Creo que, en ge­ne­ral, la so­cie­dad tuvo que re­cor­tar drás­ti­ca­men­te to­dos sus con­su­mos, de todo tipo, con lo que eso im­pli­ca. Los bie­nes cul­tu­ra­les son los pri­me­ros en su­frir por­que no tie­nen el mis­mo ni­vel de ne­ce­si­dad que la co­mi­da, el gas o la elec­tri­ci­dad. Se pue­de re­cor­tar la com­pra de li­bros; vi­vir sin elec­tri­ci­dad es ex­tre­ma­da­men­te más com­ple­jo. Por otra par­te, todo aquel rui­do que se hizo acer­ca de la aper­tu­ra de im­por­ta­cio­nes re­sul­tó cier­to, como era de es­pe­rar­se. Es muy di­fí­cil sa­ber si la gran caí­da del sec­tor está dada por uno de los fac­to­res o por la suma de am­bos. Adi­cio­nal­men­te, creo que los que peor la es­tán pa­san­do en la ca­de­na del li­bro son los li­bre­ros (au­men­tos en los al­qui­le­res, el agua, la elec­tri­ci­dad, el gas, las pa­ri­ta­rias, baja en las ven­tas, et­cé­te­ra) y que se de­be­rían to­mar me­di­das al res­pec­to ob­ser­van­do ca­sos don­de, más allá de las di­fe­ren­cias, se lo­gra­ron po­lí­ti­cas que apo­ya­ban a la red de li­bre­rías.

¿Qué opi­nan al res­pec­to del rol del Es­ta­do en tan­to re­gu­la­dor o no del cam­po edi­to­rial?

V.M.: Me pa­re­ce que hay una fal­se­dad gran­de en la idea de un Es­ta­do que no in­ter­vie­ne y una cul­tu­ra, eco­no­mía, o lo que sea que se au­to­rre­gu­la. A mí for­ma de ver (pue­do es­tar muy equi­vo­ca­do), cuan­do el Es­ta­do no in­ter­vie­ne gana el que está me­jor plan­ta­do eco­nó­mi­ca­men­te; rara vez gana el que me­jor hace las co­sas. Con esa idea de que el mer­ca­do es apo­lí­ti­co, se es­con­den las con­di­cio­nes de pro­duc­ción de las mer­can­cías. Si com­pi­ten de igual a igual un li­bro que vie­ne de un país don­de el pa­pel no tie­ne IVA, el par­que in­dus­trial de im­pren­tas está me­jor ac­tua­li­za­do por­que gana en eu­ros y está cer­ca de los paí­ses pro­duc­to­res de ma­qui­na­ria, su­ma­do a que qui­zás tam­bién re­ci­bió al­gún apo­yo del Es­ta­do; cla­ra­men­te ese li­bro lle­ga con una ma­nu­fac­tu­ra y un cos­to que hace im­po­si­ble com­pe­tir con él si no se con­ta­ron con las mis­mas ven­ta­jas. Por más ex­cel­so que sea el di­se­ño de tu li­bro y li­bre de erra­tas, hay con­di­cio­nes (so­bre todo eco­nó­mi­cas) que no se sub­sa­nan con es­fuer­zo o mu­cha ca­pa­ci­dad. Por ende, el li­bro es­pa­ñol y el li­bro ar­gen­tino, por ejem­plo, no lle­gan en igual­dad de con­di­cio­nes a un mer­ca­do dado. A nin­gún mer­ca­do.

» Por Ma­nuel Pe­dro­sa Na­ta­lia Avi­la

¿Qué? Fe­ria de Edi­to­res.

¿Cuán­do? Vier­nes 9, sá­ba­do 10 y do­min­go 11 de ju­nio, de 15 a 20 ho­ras.

¿Dón­de? San­tos 4040 (San­tos Du­mont 4040, CABA).

¿Cuán­to? En­tra­da li­bre y gra­tui­ta.