Era una noche calurosa en el Konex. Centenares de visitantes, todos oportunamente equipados con hojas en blanco, nutrían las filas de La noche de los dibujantes a la espera de que diversos ilustradores las llenaran de magia. Entre los stands de exposición encontramos a Silvia Peralta en su Quiosquito de libros, rodeada de curiosos y compradores. En un rinconcito entre la multitud, pudimos preguntarle acerca de su librería y de la actualidad de la historieta argentina.
¿Desde cuándo tenés la librería y cómo surgió?
La librería funciona desde el año 2011 en formato ambulante en ferias o eventos como este y próximamente con tienda virtual. Mi recorrido personal fue un poco extraño. El amor por la historieta y el cómic lo tuve desde la infancia. Fui canillita muchos años y siempre estuve en contacto con la revista periódica. El contacto con mundo de lo literario se produjo a través de una revista literaria llamada Orsai que se vendía de manera online y en la que tuve oportunidad de trabajar, aunque nunca pude despegarme de todo lo ligado a la ilustración. Me parece que, muchas veces, la imagen comunica tanto o más que el texto. Durante mi paso por la revista, en las ferias, comencé a prestarle atención a lo que es el libro álbum (libros en donde el texto y la imagen forman una unidad inseparable).
¿Tienen un catálogo basado en el libro álbum?
Si bien tenemos un catálogo bastante heterogéneo, la mayor parte del stock es de libro álbum.
¿Y se manejan con ediciones europeas o con ediciones argentinas?
Mayormente, argentinas. Cuando podemos, en la medida de lo posible, hemos incorporado libros importados, como por ejemplo Donde viven los monstruos que es como la nave insignia de la literatura infantil ilustrada. Conseguimos obras de autores como Maurice Sendac y Tomi Ungerer. Comprar y tener un stock para exhibir en las ferias lleva tiempo.
Dijiste que fuiste una lectora de cómic e historieta en tu infancia.
Sí, yo me crié en el interior. Tengo cincuenta y tres años, así que te podrás imaginar que la televisión no estaba tan presente como ahora y menos en el interior. Durante la siesta, para que nos entretuviéramos sin hacer ruido, nuestros padres nos ponían una gran pila de revistas, sobre todo las viejas de editorial Columba, Intervalo, D’Artagnan, donde estaban todos los ilustradores que, por suerte, conozco y estoy vendiendo ahora: Horacio Altuna, Domingo Mandrafina, Enrique Alcatena, o guionistas como Robin Wood, Carlos Trillo.
¿Cómo fuiste formado tu catálogo a través de los años?
El catálogo es bastante intuitivo y caprichoso, porque es lo que a mí me gusta. ¡Por suerte, coincide con el gusto en general de la gente! En un mes abrimos la tienda virtual, para facilitar el acceso al catálogo y tener la posibilidad de vender, hacer envíos y tener diversos medios de pago.
¿Cómo ves el mercado de comics argentino, últimamente? ¿Ha cambiado? Siempre me pareció que la historieta argentina tiene un vínculo más fuerte con el cómic europeo que con el norteamericano.
Sí. Si bien hay muchos dibujantes que trabajan para editoriales norteamericanas (DC o Marvel), el referente del dibujante argentino es Europa. En países como Italia y Francia todavía se publica y se lee mucho cómic. Muchos ilustradores argentinos trabajan para editoriales francesas e italianas. En Argentina hay muchas editoriales trabajando para sacar libros sirviéndose de su fondo editorial o con un sistema autofinanciamiento. Durante todo el año pasado hubo muchísima actividad, por ejemplo, de una editorial chiquita como Maten al mensajero, que tiene veinte títulos para publicar y donde todo es autogestión. Hay un universo de editoriales nacionales con un cómic con una una temática autóctona. Hay una gran participación de guionistas –nuevos y consagrados– y lo mismo ocurre con los ilustradores.
¿La historieta argentina tiene características propias?
La historieta argentina tiene un sello de identidad. De hecho, editoriales europeas buscan al ilustrador argentino por su mirada crítica, comprometida con lo social.
¿Algo en particular que quieras recomendar?
¡Hay muchísimo talento y van a quedar muchos afuera! Juan Sáenz Valiente es un dibujante que personalmente me gusta mucho. También recomiendo Ich, una historieta que hicieron Ariel Olivetti como ilustrador y Luciano Saracino como guionista: es una de las pocas que tiene un héroe latinoamericano.
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