Naturaleza y sci-fi en la pluma de George R.R. Martin

¡Arriba las malditas manos! ¡Esto es un maldito asalto! Dillinger: persecución, disparos y mucho humor
viernes 15 de julio de 2016
El lujo es vulgaridad
jueves 21 de julio de 2016

Naturaleza y sci-fi en la pluma de George R.R. Martin

Si bien es actualmente conocido por la saga de Canción de hielo y fuego, George R.R. Martin también ha tenido su etapa de autor de relatos de ciencia ficción. Te contamos acerca de Los viajes de Tuf: relatos de ciencia ficción con una pizca de ecología.

9788490193297

An­tes de re­la­tar­nos las aven­tu­ras y des­ven­tu­ras de los ha­bi­tan­tes de Wes­te­ros y los Sie­te Reinos, Geor­ge R.R. Mar­tin se de­di­có a la cien­cia fic­ción: pu­bli­có va­rias obras de este gé­ne­ro y al­gu­nas de ellas le han va­li­do nu­me­ro­sos pre­mios. Ha­vi­land Tuf es un per­so­na­je que ha pro­ta­go­ni­za­do sie­te de sus re­la­tos, los cua­les han sido reuni­dos en un for­ma­to que se de­no­mi­na fix-up, pro­ce­di­mien­to por el cual se com­pi­lan una se­rie de na­rra­cio­nes para con­for­mar un úni­co li­bro. Esta obra ha re­ci­bi­do el nom­bre de Los via­jes de Tuf (1986) que reúne “La es­tre­lla de la pla­ga”, “Los pa­nes y los pe­ces”, “Guar­dia­nes”, “Una se­gun­da ra­ción”, “Una bes­tia para Norm”, “Lla­mad­le Moi­sés” y “Maná del cie­lo”, pre­via­men­te pu­bli­ca­dos por se­pa­ra­do en di­ver­sas re­vis­tas en­tre los años 1978 y 1982. Lo que se pone de ma­ni­fies­to en este li­bro es que, por un lado, la pro­sa de Mar­tin no es tan vo­lup­tuo­sa como lo es en Can­ción de hie­lo y fue­go, sino que es más pre­ci­sa. Por otra par­te, hay un plano de lo no di­cho que ge­ne­ra una ten­sión que se man­tie­ne has­ta al fi­nal de cada re­la­to.

Con res­pec­to al pro­ta­go­nis­ta de es­tas aven­tu­ras, Ha­vi­land Tuf, pue­de afir­mar­se con cer­te­za que está le­jos de con­si­de­rar­se un tí­pi­co hé­roe de cien­cia fic­ción (no se pa­re­ce en nada a Luke Sky­wal­ker o a Han Solo). Tuf es ex­cén­tri­co, mi­sán­tro­po, ve­ge­ta­riano y aman­te de los ga­tos. Ob­tie­ne El Arca, una nave de pro­por­cio­nes épi­cas y la úni­ca que que­da del Cuer­po de In­ge­nie­ría Eco­ló­gi­ca de la Vie­ja Tie­rra –un cuer­po des­apa­re­ci­do hace mil años atrás– que lo lle­va­rá a re­co­rrer el uni­ver­so para ayu­dar a eco­sis­te­mas en pe­li­gro (siem­pre des­pués de ne­go­ciar un pre­su­pues­to) y pro­fe­sar la in­ge­nie­ría eco­ló­gi­ca. Gra­cias a una bi­blio­te­ca ge­né­ti­ca enor­me y a la ca­pa­ci­dad de clo­nar cual­quier or­ga­nis­mo, El Arca es ca­paz de res­tau­rar un eco­sis­te­ma de­te­rio­ra­do, cam­biar com­ple­ta­men­te el há­bi­tat de un pla­ne­ta o des­truir por com­ple­to una ci­vi­li­za­ción. El con­trol de este dis­po­si­ti­vo está en ma­nos de Tuf, que via­ja sin tri­pu­la­ción al­gu­na, úni­ca­men­te con la com­pa­ñía de sus cua­tro ga­tos: Duda, In­gra­ti­tud, Des­or­den y Caos.

El po­der de El Arca es tan in­men­so como ten­ta­dor pero Ha­vi­land Tuf lo­gra con­tro­lar esta cien­cia eco­ló­gi­ca por­que está en co­mu­nión con ella: su ve­ge­ta­ria­nis­mo y el he­cho de que su úni­ca tri­pu­la­ción sean sus ama­dos ga­tos nos lo de­mues­tra. Los di­ver­sos go­bier­nos de los pla­ne­tas que vi­si­ta Tuf in­ten­tan ha­cer­se con ella. Sin em­bar­go, que­da cla­ro que solo él es el in­di­ca­do para ma­ne­jar­la: no por su co­no­ci­mien­to, sino por­que, mien­tras otros ven a El Arca como un arma, él la con­si­de­ra un dis­po­si­ti­vo para crear vida.

Los mun­dos re­pre­sen­ta­dos en Los via­jes de Tuf se ase­me­jan al nues­tro, en tan­to se en­fren­tan con las mis­mas pro­ble­má­ti­cas: en ellos hay ham­bru­na por na­ta­li­dad des­con­tro­la­da, se ma­ni­fies­tan las con­se­cuen­cias de una des­me­di­da ex­plo­ta­ción de los ma­res y se ejer­ce el so­me­ti­mien­to de los ani­ma­les a com­pe­ten­cias san­grien­tas. Las con­se­cuen­cias oca­sio­na­das por este ac­cio­nar ha­cen pe­li­grar la exis­ten­cia de so­cie­da­des en­te­ras que, en su de­ses­pe­ra­ción, acu­den a Tuf –quien, a esta al­tu­ra, más que a un in­ge­nie­ro eco­ló­gi­co, se ase­me­ja a un dios.

Los via­jes de Tuf pue­den con­si­de­rar­se como par­te de una li­te­ra­tu­ra eco­ló­gi­ca: la re­la­ción de la ci­vi­li­za­ción con la na­tu­ra­le­za se da en tér­mi­nos de do­mi­na­ción y con­trol, las so­cie­da­des bus­can con­quis­tar y con­tro­lar la na­tu­ra­le­za a su be­ne­fi­cio y, cuan­do ésta se re­ve­la para de­fen­der­se, la de­ses­pe­ra­ción y el caos se ma­ni­fies­ta. ¿Po­de­mos con­tro­lar a Na­tu­ra? La cien­cia se eri­ge como el ca­mino a en­ten­der­la, pero tam­bién como la po­si­bi­li­dad de ma­ni­pu­lar­la. Como su­ce­de en Fran­kens­tein de Mary She­lley, el de­seo de om­ni­po­ten­cia di­vi­na a tra­vés de la crea­ción de vida tie­ne su con­tra­ca­ra en las con­se­cuen­cias mons­truo­sas que esto con­lle­va: como Víc­tor Fran­kens­tein, an­he­la­mos el po­der pero no la res­pon­sa­bi­li­dad de nues­tros ac­tos.

Los via­jes de Tuf es una fic­ción nos in­vi­ta a re­fle­xio­nar acer­ca de nues­tra re­la­ción con el mun­do que ha­bi­ta­mos. So­mos, en de­fi­ni­ti­va, quie­nes de­be­mos ha­cer­nos car­go de su con­ser­va­ción ya que, la­men­ta­ble­men­te, no dis­po­ne­mos de un Ha­vi­land Tuf para sal­var­nos.

 

 

LOS VIA­JES DE TUF
de Geor­ge R.R Mar­tin
EDI­TO­RIAL B
AÑO 2009
Dato: re­co­mien­do esta ver­sión de bol­si­llo que es más trans­por­ta­ble y tie­ne una bre­ve in­tro­duc­ción acer­ca de la pu­bli­ca­ción de los re­la­tos.

Samanta Gamarra
Samanta Gamarra
Estudiante avanzada de la carrera de Letras (UBA), orientación en teoría literaria. Presentó la ponencia "Este es mi diseño: la estética del crimen en la serie Hannibal de Brian Fuller" en el II Coloquio de Humanidades y Ciencias Sociales sobre Culturas y Consumos Freaks (2015).Co-creadora de “KAPOW!”, un taller introductorio sobre la historia del cómic y la novela gráfica, en la plataforma de contenidos de Horno Cerebral.