Teme al calor y al frío de tu corazón”

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Teme al calor y al frío de tu corazón”

Los hijos de Húrin (The Children of Húrin, 2007) es uno de los grandes relatos que se desarrollan en el magnífico y complejo universo de la Tierra Media creado por John Ronald Ruel Tolkien (1892–1973), célebre escritor y filólogo inglés, conocido por ser el creador de El Hobbit y de El Señor de los Anillos.

Los hijos de Húrin FOTO PORTADA

Los hi­jos de Hú­rin con­for­ma, jun­to con “Be­ren y Lút­hien” y “La caí­da de Gon­do­lin” –am­bas in­clui­das ac­tual­men­te en las edi­cio­nes de El Sil­ma­ri­llion– el con­jun­to de las gran­des le­yen­das del uni­ver­so de la Tie­rra Me­dia crea­do por aquel vie­jo pro­fe­sor de Ox­ford, de cuya plu­ma bro­tó el mun­do mi­to­ló­gi­co más gran­de de nues­tros tiem­pos. Este re­la­to fue pu­bli­ca­do de ma­ne­ra pós­tu­ma en el año 2007, gra­cias a la mag­ní­fi­ca ta­rea edi­to­rial de Chris­top­her Tol­kien –hijo del re­nom­bra­do es­cri­tor–, quien in­clu­yó apén­di­ces con no­tas so­bre la com­po­si­ción del tex­to, ex­pli­ca­cio­nes de tér­mi­nos y ge­nea­lo­gías, ade­más de ma­pas que guían la ima­gi­na­ción del lec­tor y de­jan en­tre­ver la es­tra­te­gia tan desa­rro­lla­da que Tol­kien te­nía de este uni­ver­so.

Si bien el tí­tu­lo nos ha­bla de los hi­jos de Hú­rin en plu­ral y la his­to­ria, en efec­to, en­glo­ba el des­tino de todo su li­na­je, el re­la­to si­gue con de­te­ni­mien­to las vi­ci­si­tu­des de su hijo ma­yor, Tú­rin, cuya vida está mar­ca­da por he­chos ex­tra­or­di­na­rios. En toda la obra, Hom­bres, El­fos, Or­cos, Enanos y Dra­go­nes se en­fren­tan en ba­ta­llas san­grien­tas y des­pia­da­das, cuyo tras­fon­do no es otro que la lu­cha del Bien, res­guar­da­do por los Va­lar (dei­da­des crea­do­ras del mun­do) con­tra el Mal, en­car­na­do en Mor­gorth, sir­vien­te de la Os­cu­ri­dad. En esta obra, Mor­goth lo­gra apre­sar a Hú­rin en sus do­mi­nios y, al te­mer la rui­na a ma­nos de su hijo Tú­rin, lo mal­di­ce de tal ma­ne­ra que todo el li­na­je de su pri­sio­ne­ro que­da su­mi­do en la amar­gu­ra más pro­fun­da:

La som­bra de mis de­sig­nios se ex­tien­de so­bre Arda [la Tie­rra] y todo lo que hay en ella cede len­ta e inexo­ra­ble­men­te ante mi vo­lun­tad. Y to­dos los que tú ames, mi pen­sa­mien­to los cu­bri­rá como una nube fa­tí­di­ca, y los en­vol­ve­rá en os­cu­ri­dad y des­es­pe­ran­za. Don­de­quie­ra que va­yan, el mal les sal­drá al en­cuen­tro. Cada vez que ha­blen, sus pa­la­bras pro­vo­ca­rán ma­len­ten­di­dos. Todo lo que ha­gan se vol­ve­rá con­tra ellos. Mo­ri­rán sin es­pe­ran­za, mal­di­cien­do a la vez a la vida y a la muer­te.”

1Los hijos de Hurin Foto 2

Tú­rin es un hé­roe trá­gi­co por­que no pue­de es­ca­par al des­tino im­pues­to a su li­na­je. El lec­tor in­gre­sa al re­la­to en tiem­pos de su in­fan­cia y es tes­ti­go de que el desaso­sie­go no sólo lo acom­pa­ña des­de muy tem­pra­na edad, sino que es su úni­ca com­pa­ñía cons­tan­te en su lar­go exi­lio. En su ado­les­cen­cia y adul­tez, lle­va una vida erran­te en­tre pue­blos de Hom­bres, reinos él­fi­cos y bos­ques fron­do­sos, ase­dia­dos de pe­li­gros. Como lec­to­res, no po­de­mos de­jar de ad­mi­rar su co­ra­je, pero mal­de­ci­mos su ím­pe­tu y su ter­que­dad. Per­ma­nen­te­men­te, el hijo de Hú­rin ocul­ta su iden­ti­dad con áni­mos de es­ca­par a los de­sig­nios de su casa, pero la des­di­cha lo aguar­da a la vuel­ta de la es­qui­na, con con­se­cuen­cias te­rri­bles para él y quie­nes lo ro­dean.

En es­tas pá­gi­nas se ve cla­ra­men­te que, al su­mer­gir­nos en el mun­do de la Tie­rra Me­dia, es­ta­mos fren­te a la crea­ción de una mi­to­lo­gía si­mi­lar a la re­tra­ta­da en las sa­gas es­can­di­na­vas o en los re­la­tos ar­tú­ri­cos. Los lec­to­res de El Se­ñor de los Ani­llosEl Hob­bit re­co­no­ce­rán en este, un mun­do de alian­zas, trai­cio­nes, amo­res trá­gi­cos y ba­ta­llas sin cuar­tel. En él, las ar­mas sue­len ser re­li­quias de li­na­jes, car­ga­das de sig­ni­fi­ca­do, y mu­chas ve­ces aso­cia­das a ha­za­ñas rea­li­za­das en an­ti­guas gue­rras. Como los Hom­bres y los El­fos, las es­pa­das han sido bau­ti­za­das y lle­van nom­bres pro­pios (a la ma­ne­ra de la es­pa­da del Rey Ar­tu­ro, Ex­ca­li­bur, en la tra­di­ción de la li­te­ra­tu­ra me­die­val) y son por­ta­do­ras de ca­rac­te­rís­ti­cas es­pe­cia­les. Es el caso aquí del Yel­mo de Dra­gón o de la Es­pa­da Ne­gra, alia­das o enemi­gas del hé­roe en dis­tin­tas oca­sio­nes.

1Los hijos de Hurinn Foto 3

El paso por este uni­ver­so te­rri­ble y fas­ci­nan­te a tra­vés de esta le­yen­da de los Días An­ti­guos, –como la bau­ti­zó el pro­pio au­tor– está acom­pa­ña­do de imá­ge­nes crea­das por Alan Lee, ilus­tra­dor bri­tá­ni­co, quien, jun­to con el ilus­tra­dor ca­na­dien­se John Howe, es­tu­vo a car­go del di­se­ño con­cep­tual de las adap­ta­cio­nes ci­ne­ma­to­grá­fi­cas ba­sa­das en El Se­ñor de los Ani­llosEl Hob­bit.

Los hi­jos de Hú­rin es una joya que res­plan­de­ce con bri­llo pro­pio en la co­ro­na de la crea­ción tol­ke­nia­na, la obra mi­to­ló­gi­ca más gran­de y en­tra­ña­ble que ha co­no­ci­do el si­glo XX. Es, sin lu­gar a du­das, una pa­ra­da obli­ga­da para aque­llos que quie­ran dis­fru­tar de la li­te­ra­tu­ra fan­tás­ti­ca en su má­xi­ma ex­pre­sión.

Lucía Imbrogno
Lucía Imbrogno
Estudiante avanzada de Letras en la UBA, particularmente interesada en los vaivenes de la Literatura Inglesa. Lectora buscadora de ratos libres, corredora amateur, convencida de que el chocolate, la ópera, el café y Shakespeare son lo más en este mundo. Co-creadora de "Haciendo Bardo" (un curso de Shakespeare) en Horno Cerebral.