Basta leer unas líneas para sentir plenamente la pasión que desbordan los versos de Emily Dickinson. Es importante aclarar, sin embargo, que la poesía para esta mujer nacida y criada en el pueblo de Amherst, Massachusetts –el cual nunca abandonó– es más que el vehículo de sus sentimientos: es una herramienta de acción esencial. Funciona como medio de apertura hacia lo infinito. Las palabras escritas por ella se abren como una ventana hacia un mondo diverso y contradictorio.
Al escribir, Dickinson se aparta de los temas convencionales y de las normas clásicas. Esto se ve claramente, por ejemplo, en el uso particular de mayúsculas y guiones arbitrarios, que invitan al lector a detenerse en ciertos hitos puntuales de sus poemas.
Habito en Posibilidad -
Una casa más hermosa que la Prosa -
Más numerosa en Ventanas –
Superior – para Puertas –
La poesía es un ámbito de libertad en el cual puertas y ventanas son una representación del infinito: “Basta de Brújula / Basta de Mapa.” La imaginación creativa puesta en escritura le permite actuar sobre el mundo, rebelarse contra su propio cautiverio y contra el papel impuesto a la mujer en la sociedad de su tiempo.
Para entenderla mejor, es interesante leer el valor que Dickinson otorga en su obra al poeta, ya que él:
[…] — Es quien
Destila asombroso sentido
De significados comunes
Un perfume tan inmenso (…)
De imágenes – Revelador –
Es el Poeta –
El Poeta posee tanto el poder de revelar y esclarecer conocimientos confusos, como de encontrar el infinito en elementos cotidianos y ver más allá de las apariencias de las cosas. Es un sabio en el que está contenido el todo: el sol, el verano y el cielo de Dios. En él conviven en paz diferentes elementos contradictorios, ya que incluye en sí habita el universo.
La poesía para Emily Dickinson intensifica, exprime, perfora la mente; cuestiona, deshace y crea una nueva visión del mundo contemporáneo. No hay un significado único: hay líneas de fuga que se expanden en el espacio y hay, también, verdades de carácter oblicuo que lo atraviesan. No hay certezas sino posibilidades latentes.
A través de la escritura, escarba la realidad de manera transversal, al perforar el todo de forma lenta y gradual porque, caso contrario, su potencia nos aniquilaría. “La Verdad debe deslumbrar gradualmente / O todos los hombres se quedarían ciegos.”
Hay, por tanto, que llegar a lo real de manera oblicua. En ese sentido, la poesía tendría un doble poder: revelar y, a la vez, estimular la búsqueda de la verdad. No obstante, también, posee un poder destructivo en tanto que una nueva y múltiple visión, puede desorientar, desequilibrar y, así, afectar al individuo.
Muy al contrario de las sentencias de su padre y de su abuelo, ambos jueces en Amherst, las palabras Emily abre interrogantes múltiples. De hecho, las contradicciones que plantea un poema no se resuelven al finalizar la lectura. ¿Cuál el límite? El infinito: “Extender anchas las angostas Manos/Para recibir el Paraíso.”
Su verso poderoso excede lo que se pueda decir de una época o de una temática determinada. Hoy por hoy, su obra es considerada tan fundamental como la de Walt Whitman o Edgar Alan Poe: “Los Poetas encienden Lámparas / Ellos – se Apagan – ”. Si bien fue una poetisa extremadamente prolífica, convencida de que sus lectores contemporáneos no comprenderían su creación, decidió no publicar. Sus obras fueron descubiertas luego de su muerte en 1886 por su hermana Lavinia, quien echó luz sobre los manuscritos y los rescató del olvido.
Tanto Emily Dickinson como su contemporánea inglesa, la gótica y salvaje Emily Brontë, son más libres que nunca al escribir. “¡Mirad el Átomo que preferí /A todas las filas de Arcilla!” grita Emily en Norteamérica, con una voz que bien podría resonar en las Cumbres Borrascosas de su tocaya. A través de la palabra, ambas creadoras avanzan, con una sonrisa plena y temeraria, hacia las profundidades del alma.