Un 10 de noviembre de 1834 nacía el escritor, periodista, militar y político José Rafael Hernández y Pueyrredón. Ferviente defensor de la autonomía de las provincias argentinas frente al gobierno de Buenos Aires, luchó contra él tanto en la esfera política como en la de las letras. En 1872, luego de haberse rebelado en defensa de los gauchos y haberse exiliado en Brasil a causa de su derrota, publicó El gaucho Martín Fierro, obra en la que transfirió toda su euforia política y poética en favor de la causa gauchesca. Más tarde, en 1879 publicó La vuelta del Martín Fierro, donde continúa su poema épico, y conformó de esta manera una de las obras más importantes de la literatura argentina.
En 1937, el poeta Francisco Timpone propuso que se conmemore el Día de la Tradición gauchesca en honor al nacimiento de José Hernández. Hoy, mucho tiempo más tarde, desde este espacio decidimos desoír el prejuicio de los años y, en cambio, retomamos el poema para escuchar en él las voces del campo argentino congregadas en el canto de Martín Fierro, quien sólo precisa una vigüela para puntear su argumento:
Yo no soy cantor letrao,
Mas si me pongo a cantar
No tengo cuándo acabar
Y me envejezco cantando;
Las coplas me van brotando
Como agua de manantial.
José Hernández despliega su talento en verso, poniéndose las botas del gaucho, simple y sin rodeo. Recordar su obra es retomar hablar su dialecto, extraño y familiar, suyo y nuestro.
(…) ni un pedazo de tabaco
le dan al pobre soldao,
Y lo tienen de delgao
más ligero que un guanaco.
El gaucho Fierro sabe su situación; relegado y pobre, aplastado por el zapato más poderoso. Puede perderlo todo, echar de menos a sus cachorros como un tigre magullado, pero en definitiva lo que nadie puede quitarle es su canto. ¡Que no se le trabe la lengua! Él no dejará de cantar sus penas y las de todos los gauchos. Los hijos de Fierro son los marginados, los que siempre vivieron abajo y se cansaron de sufrir.
Dándole voz a sus cantos encendemos la llama de la memoria e iluminamos aquellos tiempos que forjaron nuestra tradición patriótica. Al mismo tiempo, también tomamos conciencia de los gauchos del presente, los que no poseen voz, y les damos nuevamente la virtud de escucharlos y mirarlos a través de los cantos de Fierro. Martín es y seguirá siendo más que un gaucho, es el nombre de todos los hijos de José Hernández, que son de fierro, firmes e inexpugnables.
Lo que pinta este pincel
ni el tiempo lo ha de borrar;
Ninguno se ha de animar
a corregirme la plana;
No pinta quien tiene gana
sino quien sabe pintar.¡El MUTTespecial del Día de la Tradición continúa en la sección de Visuales! Hacé click acá para continuar con esta fascinante lectura.