Señaladores: Un viaje por las letras de la A a la Z

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Señaladores: Un viaje por las letras de la A a la Z

El pasado 13 de agosto tuvimos cita de lectores en Café Cortázar. Nicolás Artusi y Eugenia Zicavo realizaron una edición offline del podcast que publican semanalmente en Posta.fm y nos invitaron a compartir con ellos un momento de cronopios, café y clásicos.

Invitación al evento crónica

Ni­co­lás Ar­tu­si y Eu­ge­nia Zi­ca­vo re­vuel­ven en­tre mi­les de pá­gi­nas para con­tar­te qué no po­dés de­jar de leer: el club de lec­tu­ra que siem­pre qui­sis­te es­cu­char.” Así reza la des­crip­ción del pri­mer epi­so­dio de Se­ña­la­do­res, ci­clo que ya lle­va tre­ce emi­sio­nes: doce li­bros com­par­ti­dos y co­men­ta­dos des­de un rin­cón de In­ter­net a toda la co­mu­ni­dad lec­to­ra que se quie­ra acer­car a tra­vés de di­fe­ren­tes dis­po­si­ti­vos.

El sá­ba­do tu­vi­mos la opor­tu­ni­dad de vi­vir­lo des­de otro lu­gar. La pro­pues­ta esta vez fue una cita de lec­to­res en Café Cor­tá­zar, don­de Zi­ca­vo y Ar­tu­si rea­li­za­ron una edi­ción of­fli­ne –es de­cir, en per­so­na– de su pro­gra­ma.

No ha­bía te­ni­do opor­tu­ni­dad de vi­si­tar el café has­ta ese mo­men­to. Cuan­do lo vi por pri­me­ra vez, en la es­qui­na de Ca­bre­ra y Me­drano, me pa­re­ció ex­tre­ma­da­men­te opor­tuno el que esté ubi­ca­do en un pun­to de in­ter­sec­ción, de en­cuen­tro, algo te­rri­ble­men­te cor­ta­za­riano (bas­ta re­cor­dar, sin más, el pri­mer ca­pí­tu­lo de su no­ve­la Ra­yue­la y los en­cuen­tros ca­sua­les en­tre la Maga y Oli­vei­ra, aque­llos que re­sul­tan ser los me­nos ca­sua­les de to­dos).

Los que nos agol­pa­mos a las cua­tro de la tar­de del sá­ba­do a las puer­tas del café per­se­guía­mos tam­bién un en­cuen­tro. Una vez aden­tro, en un ca­mino de la tie­rra al cie­lo –es­ca­le­ra me­dian­te– nos ubi­ca­mos en las me­sas del pri­mer piso, dis­pues­tas para no­so­tros. Si bien –como apun­tó Ar­tu­si más tar­de, con cier­to des­con­sue­lo– no tu­vi­mos una tem­pe­ra­tu­ra in­ver­nal que jun­to con li­bros y una in­fu­sión ca­lien­te es una de las for­mas de fe­li­ci­dad, nos en­con­tra­mos rá­pi­da­men­te a gus­to. Eu­ge­nia y Ni­co­lás apa­re­cie­ron con sus li­bros y la trans­mi­sión no tar­dó en co­men­zar.

Zicavo y Artusi

De la Z a la A: María Eugenia Zicavo es doctora en Sociología (UBA) y periodista. Se identifica, ante todo, como una gran lectora. Conduce el programa Libroteca que se transmite todos los miércoles a las 21 horas por el Canal de la Ciudad y que ya va por su tercera temporada. Nicolás Artusi es EL sommelier de café –sí, el del blog homónimo con un libro publicado acerca de la historia de este inquietante brebaje–, coleccionista, corredor y conductor en varios medios. Entre sus trabajos se destaca su ciclo Diverso, que se emite también por el Canal de la Ciudad de lunes a viernes a las 20 horas.

El tema de la tar­de fue un “due­lo de clá­si­cos”, en el que cada uno ha­bía ele­gi­do cin­co li­bros cuya elec­ción de­bía ser jus­ti­fi­ca­da en cin­co mi­nu­tos, no ne­ce­sa­ria­men­te des­de un pun­to de vis­ta li­te­ra­rio, sino te­nien­do en cuen­ta las re­so­nan­cias que esa lec­tu­ra ha­bía te­ni­do en nues­tras vi­das.

Así fue que nos em­bar­ca­mos en un via­je li­te­ra­rio de dos ho­ras a tra­vés del tiem­po y del es­pa­cio: via­ja­ron en el mis­mo bar­co Ho­me­ro y Ray­mond Car­ver. Se en­con­tra­ron, en­tre ve­los y se­duc­cio­nes, la Jus­ti­ne del Mar­qués de Sade con la Jus­ti­ne de El cuar­te­to de Ale­jan­dría de Law­ren­ce Du­rrell y Lo­li­ta de Vla­di­mir Na­bo­kov. La con­di­ción de la pro­ta­go­nis­ta de La cam­pa­na de cris­tal de Syl­via Plath –la pre­sen­cia fe­me­ni­na en esta se­lec­ción de au­to­res– en­tró en con­so­nan­cia con la me­lan­co­lía de Ham­let y el sen­ti­mien­to de desaso­sie­go de Is­mael en el Moby Dick de Her­man Mel­vi­lle.

Mien­tras to­ma­ba el café con cre­ma que me ha­bía pe­di­do, no pude evi­tar pen­sar lo in­tere­san­te de lo que se es­ta­ba vi­vien­do en aquel pe­que­ño cie­lo de Café Cor­tá­zar. Esta so­cia­li­za­ción de la ex­pe­rien­cia lec­to­ra im­pli­ca la aper­tu­ra de la lec­tu­ra par­ti­cu­lar a nue­vos sen­ti­dos. No digo sim­ple­men­te que cuan­do es­cu­cha­mos un pod­cast como Se­ña­la­do­res po­ne­mos en jue­go un nue­vo sen­ti­do (el del oído), sino que tam­bién nos abri­mos a mu­chos otros sen­ti­dos que sur­gen de la re­va­lo­ri­za­ción de la pro­pia ex­pe­rien­cia con el tex­to fren­te a tan­tas otras que se ex­pre­san en la co­mu­ni­dad con­for­ma­da a tra­vés las re­des so­cia­les. Sea que lo es­cu­che­mos an­tes o des­pués de leer la obra, el pod­cast pue­de co­men­zar a for­mar par­te del mis­mo acto de lec­tu­ra, tan­to como sen­tar­nos en un si­llón y abrir el li­bro de nues­tra elec­ción.

Es evi­den­te la ne­ce­si­dad que te­ne­mos, in­clu­so en esta épo­ca don­de es­ta­mos per­ma­nen­te­men­te co­nec­ta­dos, de re­la­cio­nar­nos efec­ti­va y afec­ti­va­men­te en­tre no­so­tros. Me sor­pren­de –muy po­si­ti­va­men­te– que lo ha­ga­mos a par­tir de una ac­ti­vi­dad, en un prin­ci­pio, so­li­ta­ria. Si bien el goce y la an­gus­tia son ex­pe­rien­cias in­di­vi­dua­les, esa tar­de en Se­ña­la­do­res of­fli­ne me re­cor­dó que de vez en cuan­do ne­ce­si­ta­mos –cor­ta­za­ria­na­men­te ha­blan­do– ten­der puen­tes y ha­cer una pues­ta en co­mún con otros.

Cuan­do ter­mi­nó el en­cuen­tro me di cuen­ta de que, en reali­dad para mí, todo es­ta­ba em­pe­zan­do.

Los epi­so­dios de Se­ña­la­do­res se pue­den es­cu­char aquí: http://posta.fm/senaladores

Lucía Imbrogno
Lucía Imbrogno
Estudiante avanzada de Letras en la UBA, particularmente interesada en los vaivenes de la Literatura Inglesa. Lectora buscadora de ratos libres, corredora amateur, convencida de que el chocolate, la ópera, el café y Shakespeare son lo más en este mundo. Co-creadora de "Haciendo Bardo" (un curso de Shakespeare) en Horno Cerebral.