Los espectadores entran a la sala del teatro Abasto Social Club y son escoltados por dos actores con máscaras que les dan la bienvenida al carnaval. La historia transcurre a mediados de los años cuarenta, en plenos días de festividad. Aunque el lugar no nos es referido de modo preciso, sabemos que se trata de una ciudad, que puede ser cualquiera o ninguna, tal vez en Uruguay, en su realidad urbana montevideana.
Vida y obra es una creación inspirada libremente en la literatura del escritor uruguayo Felisberto Hernández, principalmente en su obra Las Hortensias. Allí, el escritor presenta la relación simbiótica entre un hombre y sus muñecas, un mundo en donde el misterio y la locura dan vida a los objetos amados.
Todo transcurre en un sótano/taller –un cuarto cerrado repleto de gases sofocantes–, en donde se construye la magia repleta de clandestinidad y erotismo. El señor Horacio es el dueño de la casa, un hombre aterrado por la vida y sus decepciones que busca escapar de la muerte mediante las fantasías representadas por sus muñecas. Su esposa, la señora María Hortensia, sufre una enfermedad terminal que la hace cómplice de la obsesión de Horacio y testigo de sus oscuras fantasías.
La presencia de la inminente muerte de su esposa y el temor a la vida impulsan al señor Horacio a construir una muñeca: la nueva “Hortensia” servirá para anticipar la pérdida de su amada María. Pero el valor de la muñeca y la mujer se intercambian, y los celos y planes de venganza comienzan a tomar forma. El triángulo amoroso entre el matrimonio y la muñeca llegará hasta límites impensados.
La muñeca se convertirá entonces en una fiel cómplice silenciosa a la que se le podrá confesar atroces delitos y sueños. Y al igual que Gepetto y su deseo de convertir a Pinocho en un niño de verdad, el señor Horacio exigirá que su muñeca se transforme en un ser real mediante una serie de transformaciones que logren el tan anhelado calor humano.
Un grupo de operarios —conformados por un escritor, un artista plástico y un ama de llaves— trabajan en conjunto para confeccionar a las muñecas y vitrinas que el señor Horacio observa por las noches. Arman escenarios, visten a las muñecas con ropas de novia o de gala, y crean una atmósfera teatral y onírica en la que se confeccionan las escenas. Es en dicho montaje que las muñecas ocupan las vitrinas de la casa y representan leyendas que el señor Horacio debe adivinar.
La puesta de Mariano González presenta un montaje más que interesante sobre el cuerpo de los intérpretes y su relación con los maniquíes, la cual alude al teatro de Objetos y a su control como un arte intenso y emotivo. Para comprender a la manipulación como montaje de cuerpos —el cuerpo del actor y el del objeto— es inevitable considerar las palabras de Ana Alvarado (dramaturga, directora y fundadora de El Periférico de Objetos), quien establece el sistema del teatro objetal como una batalla entre el actor y la cosa, en donde ambos pueden sintetizarse para formar un uno, o potenciarse para violentarse y dividirse. Pero en esta batalla, el cuerpo del actor —pura fragilidad de la carne— siempre perderá frente a la rotundez del objeto.
En Vida y Obra los cuerpos vivos de los actores se resignifican en la manipulación de los maniquíes, y juntos montan juegos e imágenes que atrapan la escena y la sostienen en una composición de vivos e inertes. Mariano González sabe explotar el poder de la escena, tanto con el magnífico diseño de los objetos y las intervenciones sobre los maniquíes, como con la presencia rígida de Hortensia, quien impregna la puesta con una atmósfera inquietante. Así, logra en los espectadores una contemplación activa —y a veces fetichista— sobre el cuerpo pasivo de la muñeca con mirada artificialmente perdida.
Es necesario destacar el trabajo actoral de todo el elenco, principalmente el minucioso humor de Demián Candal quien interpreta el papel del desquiciado señor Horacio, y a Olave Mendoza, no sólo por su excelente papel como la terrorífica ama de llaves que rebosa con múltiples gestos, sino también por el impecable diseño de vestuario que sostiene a todo momento el mundo y la temporalidad de la pieza.
¿Qué? Vida y Obra.
¿Dónde? En el Teatro Abasto Social Club (Yatay 666, CABA).
¿Cuándo? Los viernes a las 21 horas (Hasta el 7 de abril).
¿Cuánto? La entrada general cuesta $180, y $150 para estudiantes y jubilados.
Ficha técnico artística:
Actores: Demián Candal, Fernando Cellier, Cecilia Marani, Olave Mendoza y Matias Russin.
Diseño de Escenografía: Cia. Vida y Obra.
Diseño de Luces: David Seiras.
Diseño de Vestuario: Olave Mendoza.
Diseño Gráfico: Mauro Panuncio.
Realización de objetos: Gerardo Porión.
Realización de máscara: Catalina Negrete Reid.
Prensa: Correydile.
Asistente de Dirección: Darío Pianelli y Ezequiel Gaitan.
Dramaturgia y Dirección: Mariano González.