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Siniestra, no hay otra palabra

Javier Daulte logra conmovernos otra vez en Siniestra, una obra dividida en dos historias que no dejan de ser perturbadoras en ningún momento. 

Lo pri­me­ro que ve­mos al en­trar a la sala de Es­pa­cio Ca­lle­jón es una es­truc­tu­ra en for­ma de cubo he­cha con ca­ños. Una es­ce­no­gra­fía que se pre­sen­ta en sí mis­ma como dis­rup­ti­va, por­que no nos per­mi­te sa­ber qué es o a qué es­pa­cio re­mi­te. Pero sí po­de­mos afir­mar que es una fiel mues­tra de las dos his­to­rias que se re­pre­sen­tan en Si­nies­tra, un th­ri­ller psi­co­ló­gi­co que si bien se basa en ideas dis­tó­pi­cas acer­ca de un fu­tu­ro cer­cano, tam­bién re­mi­te a la pre­gun­ta más an­ti­gua que nos he­mos he­cho los se­res hu­ma­nos: ¿quié­nes so­mos?

La pri­me­ra his­to­ria ini­cia cuan­do una pa­re­ja (Sil­via Gó­mez Gius­toFe­de­ri­co Buso) in­gre­sa en el cubo y so­bre el fon­do del mis­mo se pro­yec­ta la pa­la­bra “Cro­no­te­ra­pia”, el nom­bre de esta pri­me­ra par­te. A par­tir de ahí el tiem­po co­mien­za a co­rrer para el ma­tri­mo­nio que mues­tra una re­la­ción des­gas­ta­da y ha acu­di­do a la te­ra­pia para re­sol­ver sus pro­ble­mas. Des­de un pri­mer mo­men­to no ocul­tan que es­tán mal, los dos so­los den­tro del cubo dis­cu­ten y sa­can bien to­dos los tra­pos al sol. No obs­tan­te, se ase­gu­ran a sí mis­mos que lo que quie­ren es so­lu­cio­nar­lo, se re­pi­ten “por algo es­ta­mos acá”. Los es­pec­ta­do­res no sa­be­mos de qué se tra­ta pero en­ten­de­mos que algo raro está su­ce­dien­do por­que ellos ven ob­je­tos den­tro del cubo que no­so­tros no ve­mos y no solo eso, sino que ellos ven co­sas di­fe­ren­tes en­tre sí. Has­ta ahí, como dije, es raro, pero se vuel­ve todo más ex­tra­ño cuan­do los que lle­gan para so­lu­cio­nar los pro­ble­mas en­tre ellos son sus mis­mos yos del pa­sa­do (Car­la Sca­ta­re­lliMa­tías Bro­glia). Si bien la in­ter­ac­ción en­tre ellos po­dría dar para mu­chas his­to­rias, el he­cho es que las dos pa­re­jas (o la mis­ma) tie­nen so­la­men­te me­dia hora para re­sol­ver el pro­ble­ma, pues eso es lo que les per­mi­te la cro­no­te­ra­pia.

En prin­ci­pio se me plan­teó una pre­gun­ta: ¿qué su­ce­de­ría si su­pié­ra­mos el fu­tu­ro? igual­men­te lo acep­ta­ría­mos así como así o es ne­ce­sa­rio re­vi­vir la ex­pe­rien­cia? Por otro lado, aun­que de­ci­dié­ra­mos cam­biar y se­guir los con­se­jos de nues­tros yos del fu­tu­ro, ¿el des­tino es mo­di­fi­ca­ble? Sin em­bar­go la obra no apun­ta ha­cia ese lu­gar, sino que en­tra en un es­ce­na­rio mu­cho más com­ple­jo y os­cu­ro que real­men­te enal­te­ce la ca­pa­ci­dad crea­ti­va de su di­rec­tor y dra­ma­tur­go Ja­vier Daul­te.

A la pri­me­ra his­to­ria –que ya era bas­tan­te si­nies­tra– le con­ti­núa “El ac­tor”, una se­gun­da obra que nos pre­sen­ta una em­pre­sa que se en­car­ga de re­vi­vir a los muer­tos por un ins­tan­te, pero en­car­na­dos bajo la piel de un ac­tor que los imi­ta a la per­fec­ción. Al lu­gar asis­ten So­nia y Uriel, dos her­ma­nos que quie­ren re­en­con­trar­se con el ter­ce­ro, el me­nor, el muer­to. Al igual que en “Cro­no­te­ra­pia”, al prin­ci­pio la his­to­ria pa­re­ce una cosa, pero lue­go nos sor­pren­de con otra to­tal­men­te di­fe­ren­te, ya que se basa en un ar­gu­men­to que nos ter­mi­na de con­ven­cer de lo real­men­te si­nies­tra que es esta obra. 

Res­pec­to de los ac­to­res, es ad­mi­ra­ble cómo re­pre­sen­tan dis­tin­tos per­so­na­jes en el mar­co de una hora, lo cual ha­bla de su gran ver­sa­ti­li­dad. Ade­más es des­ta­ca­ble la la­bor cor­po­ral de ellos y la di­rec­ción de Daul­te, pues todo trans­cu­rre en un cua­dra­do re­la­ti­va­men­te pe­que­ño para ser un es­pa­cio es­cé­ni­co, mien­tras que la es­ce­no­gra­fía, la mú­si­ca y las lu­ces son casi mí­ni­mas. Sin em­bar­go, lo más re­mar­ca­ble de esta obra son las his­to­rias, his­to­rias muy si­nies­tras.

 

Por Mercedes Roch


¿Qué? Si­nies­tra.

¿Dón­de? Es­pa­cio Ca­lle­jón (Hu­mahua­ca 3759, CABA).

¿Cuán­do? Los vier­nes a las 20:30 ho­ras.

¿Cuán­to? En­tra­das $300. Est. y jub. $260


Ficha técnico artística
Dramaturgia: Javier Daulte.
Actúan: Matías Broglia, Federico Buso, Silvia Gomez Giusto y Carla Scatarelli.
Vestuario: Jam Monti.
Escenografía: Julieta Kompel.
Diseño de luces: Sebastián Francia.
Video: Franco Gabriel Verdoia.
Diseño gráfico: Franco Gabriel Verdoia.
Asistencia de dirección: Rocío Literas.
Prensa: Duche&Zarate.
Producción ejecutiva: Matías Luna.
Dirección: Javier Daulte.