Lo que resulta interesante de las obras de teatro dedicadas a un público infantil es su capacidad para mantener la atención de una audiencia tan exigente, en tanto se dispersan con facilidad. En este sentido, resulta cabal que los artistas logren conquistar la mirada de los niños, y para eso recurren a diferentes recursos escénicos.
Al mundo en clarinete es un musical con una amplia variedad de instrumentos de viento acompañados por una batería, algo que siempre resulta un éxito entre los pequeños. El director de la orquesta es el alma del espectáculo y logra captar la atención tanto de niños y como de padres en la hora y veinte que dura la presentación.
En la obra se propone un viaje por el mundo representando a los distintos países a partir de canciones. El criterio de selección de las obras musicales se basa en la popularidad de las melodías, priorizando las que denotan frescura y alegría. Así, se incluyeron composiciones como Shima Uta de Japón, la pegadiza Pata Pata africana, un can can francés, algunas piezas de jazz, Verdi y Strauss, entre tantas otras, en un repertorio extenso y variado. Consideramos que la ejecución musical de la obra fue increíble debido al carisma y pasión que le imprimen los músicos, quienes logran crear un clima festivo en donde niños y adultos comparten la sensación de juego.
En el caso de Shakespearito, el desafío era otro: ¿cómo adaptar grandes obras de William Shakespeare –Romeo y Julieta, Noche de reyes, Sueño de una noche de verano y Hamlet– para una audiencia de escasa edad? Y como si fuera poco… cada obra debía durar quince minutos. Realmente consideramos que las directoras de cada segmento –Natalia Chami, Maruja Bustamante, Tamara Kiper y Melisa Hermida– se llevan el mérito al lograr mantener los núcleos dramáticos de cada texto.
En ambos casos, la invitación a la participación del público es clave para sentirse parte activa del show, y aquí radica la principal diferencia con el tipo de teatro al que los adultos estamos acostumbrados: solemne, espectatorial –en cuanto no se espera ninguna acción por parte de la audiencia más que la de observar el espectáculo–, pasiva. Las obras que pretenden una participación activa por parte del público, como aquellas que inducen a la reflexión metateatral o filosófica, también parten desde una formalidad en la que hay reglas: nada puede distraer a los actores, y es por ello que las charlas y el uso de dispositivos electrónicos por parte de la audiencia están mal vistos.
En el teatro infantil, la participación del público es fundamental, y es lo que garantiza el éxito de cada función. Durante ambas funciones se respiraron aires de respeto por la sensibilidad e inteligencia de los pequeños humanos, en las que se propuso siempre acercarlos a la cultura de maneras sanas y divertidas. En el caso de Shakespearito/Hamlet, fueron particularmente emotivos dos momentos: el primero, en el que un niño le explicaba al rey Claudio todas las fechorías que había cometido –es decir, le explicaba la trama en su totalidad– mientras los adultos aplaudíamos; al terminar la obra, otro niño preguntó “Mamá, ¿me comprás el libro de Hamlet para mi cumpleaños?” No debe haber tenido más de ocho años.
En conclusión, el teatro es una herramienta fundamental para acercar conocimiento a los niños, pero también para mostrarles que hay numerosas formas de divertirse, y las artes escénicas son una de ellas. Si tienen hijos, primos pequeños, sobrinos, ahijados, llévenlos al teatro. Y si no, no importa: los adultos siempre vamos acompañados de nuestro niño interior.
Fichas técnico artística
Al mundo en clarinete
Idea: Sergio Feferovich.
Intérpretes: Javier Banchio, Gastón Basegio, Valeria Bosio, Andrés Conte-grand, Bruno Espinola, Hugo Espinola, María Belén Firrincieli, Fabio Goy, María Eugenia Lauritto, Leonardo Longhi, Santiago Pedernera, Guadalupe Planes, Moisés Quiroz, Lis Rigoni, Ignacio Risso.
Dirección: Sergio Feferovich.
Shakespearito
Producción general: Jimena Del Pozo.
Dirección: Maruja Bustamante, Nati Chami, Melisa Hermida y Tamara Kiper.
Hamlet
Intérpretes: Fernando del Gener, Jose Frezzini, Cristian Jensen, Magui Grondona.
Musica: Thiago Petit.
Vestuario: Mariana del Gener.
Diseño de luces: Lucia Feijo.
Direccion: Melisa Hermida.
Noche de reyes
Intérpretes: Lucía Aduriz, Aldana Belen Illan, Diego Lorenzo, Andres Passeri.
Vestuario: La Polilla .
Música: Lucia Aduriz.
Cover: Ariel Gangemi.
Asistente de direccion: Maximiliano Muti.
Producción: Nicolas Capeluto.
Dramaturgia y Direccion: Maruja Bustamante.
Sueño de una noche de verano
Intérpretes: Mariana Bruno, Matías López Barrios, Emilia Rebotaro, Juan Zuluaga Bolívar.
Colaboración artística: Macarena Trigo.
Diseño y realización de vestuario: Abril Bellati, Martín D´agosto.
Diseño de luces: Lucía Feijoó.
Asistencia técnica y de Dirección: Ramiro García Zacarías.
Dirección: Tamara Kiper.
Romeo y Julieta
Intérpretes: Romina Bulacio Sak, Sabrina Pace, Fagner Pavan, Pedro Risi.
Vestuario: Macarena García.
Adaptación del texto: Fernando Rodil y Sabrina Pace.
Dirección: Natalia Chami.