Los medios de comunicación constituyen una fuente vital de información para los sujetos que se precien de pertenecer a una sociedad occidental y capitalista. Pero también significan una constante forma de reproducción de conductas y actitudes que pueden catalogarse como violentas; sin embargo, no todo el mundo lo piensa así, y es en los medios donde se gesta la lucha por “qué es lo natural” y “qué es lo que debería (o no) censurarse (y por qué)”.
Al ingresar a la pequeña sala del Teatro La Tertulia2, escuchamos grabaciones de radio, programas de televisión y música que reproducen, critican o caricaturizan de alguna forma, la violencia de género y la constitución de estereotipos alrededor del mal llamado “sexo débil”. Y ni bien se inicia la obra, descubrimos que piensan hablar de todo aquello que es tabú: los pezones femeninos, el orgasmo femenino, el acoso callejero, la prostitución, la competitividad, el sexo lésbico, las travestis, el suicidio. En resumidas palabras, la constitución del cuerpo femenino como aquel que puede ser comprado, vendido y analizado como un objeto más cuya única finalidad es satisfacer aquellas miradas masculinas y dominantes.
La obra Sexo De-vil, del grupo Los Algo nunca fuimos Nada, podría ser catalogada como una “obra fuerte” por las escenas y su contenido temático. ¿Pero es reamente una obra fuerte? ¿No son cuestiones cotidianas que deberían extraerse del tabú que las encierra? Las cinco protagonistas –Lucía Asín, Pamela Campos, Priscila Favre, Carolina Pitetti y Cecilia Slamecka, a quienes luego se le suma Miguel Patiño– ofrecen magistralmente sus cuerpos, trabajando sobre inquietudes que, de a poco, se empiezan a discutir más abiertamente: ¿por qué censurar los pezones femeninos (en redes como Instagram, por ejemplo), pero no los masculinos? ¿Por qué usar la palabra travesti para insultar la apariencia física de una mujer? ¿Por qué las mujeres fingen orgasmos? ¿Será que no lo tenemos permitido?
Los cuerpos son los protagonistas de esta puesta: dicen mucho más que quienes los portan, y dicen al respecto de una sociedad que nos limita a ser cuerpos y no sujetos. En una fila de cinco mujeres y un travesti, se autoconstituyen como un muestrario en el que lo físico es el atributo más valorable: el metraje corporal que ofrecemos al mundo es el que importa, y el 90–60-90 es lo más cercano a llegar al éxito. La comparación con computadoras programables sale a relucir, una vez más desnaturalizando la subjetividad de estas mujeres. Estos cuerpos hablan al respecto de una violencia que está institucionalizada y naturalizada, sacándola de la oscuridad e incitándonos a reflexionar.
¿Pero por qué llamarla Sexo De-vil? ¿Dónde podemos ubicar el juego de palabras que se hace con el inglés devil (diablo, demonio) y el español débil? Harto conocida es la relación que se hizo siglos atrás de la brujería con las mujeres que no se ajustaban a una cierta “normatividad”. ¿Será que la mujer sigue siendo algo malévolo que debe reprimirse? En este sentido, la escena que refleja el acoso cotidiano que sufre una mujer en la vía pública es, en mi opinión, la mejor lograda en toda la obra. Las voces se suceden, los “piropos” se tapan unos a otros, y quien camina en círculos está aturdida ante tanto comentario no solicitado. Las armas para la caza de “brujas”, que en otra época era la hoguera, hoy son estos comentarios irrespetuosos, nacidos en el seno de una sociedad patriarcal. A la bruja se la quema, y públicamente. Y a la puta, o la mujer libre, también.
La obra ofrece muchas preguntas pero ninguna respuesta, ya que ello depende de cada espectador. Se encarga de situarlo en el medio del lenguaje corporal que muestra y significa, pero dicho significado sólo se completa en la relación de esos cuerpos con nuestras miradas, y por supuesto, de la posterior reflexión.
A casi dos años de su estreno, la obra puede verse el día sábado 28 de mayo a las 20 y a las 21.30 horas en el Teatro Indigo (Calle 144 número 1536, Berazategui) o el sábado 04 de junio a las 21 horas en el Centro Cultural El Escudo (Calle 10 número 1373, entre 60 y 61, La Plata).
1Sinopsis de la obra que acompaña todo lo referente a su publicidad.
2Este artículo fue publicado el 30 de agosto de 2014 en la sección “Teatro en cartel” de la revista digital Originarte.org
Ficha técnico artística
Trailer: Javier Perrone, Paula Schweizer.
Intérpretes: Pamela Campos, Priscila Favre, Sonia Isola, Miguel Patiño, Carolina Pitetti, Cecilia Slamecka.
Voz en Off: Emilio Espinoza.
Diseño de luces: Cristian Domini.
Diseño Audiovisual: Paula Bruzzese, Javier Perrone.
Fotografía: Javier Perrone, Paula Schweizer.
Ilustrador: Matías Páez.
Diseño gráfico: Juan Lillo.
Diseño de imagen: Matías Páez.
Asistencia de dirección: Gisela Aroldo.
Prensa: Tehagolaprensa.
Producción ejecutiva: Hernan Stibanelli.
Dirección: Elías Miguez.