EL PADRE ES EL PADRE

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EL PADRE ES EL PADRE

Luego de ser presentada en Madrid, Puerto Rico, Santiago de Chile, Venezuela, y en varias ciudades de Argentina, Padre Pedro se instala en Espacio de Cultura NoAvestruz para dar vida a la historia de dos hombres y sus miserias, enfrentados entre sí por una situación que los excede a ambos.

La Igle­sia ca­tó­li­ca fue siem­pre un tema que, por lo me­nos, me ge­ne­ró cu­rio­si­dad. Una ins­ti­tu­ción asen­ta­da en el An­ti­guo Ré­gi­men que con­ser­va los va­lo­res de aque­llos tiem­pos y que, in­clu­so cuan­do ha per­di­do cier­ta le­gi­ti­mi­dad en los úl­ti­mos años, se man­tie­ne fir­me y con una gran can­ti­dad de fie­les. Es raro. Ha­blé algo de eso con mi mamá, me con­tó que hace poco vio a una per­so­na sin te­cho pi­dién­do­le a Dios que pro­te­gie­ra a los li­bros, a los ár­bo­les y a los pe­rros. Es de­cir que, aun cuan­do una per­so­na no tie­ne don­de vi­vir, acu­de a la Igle­sia a pe­dir pro­tec­ción para los que no pue­den pe­dir­la. Pien­so en­ton­ces que, si bien es nor­mal, casi co­ti­diano, que las cla­ses al­tas con­trai­gan ma­tri­mo­nio re­li­gio­so o que bau­ti­cen a sus hi­jos, esta ins­ti­tu­ción es más que nada el re­fu­gio de las cla­ses po­pu­la­res. Por eso, de­cía, la Igle­sia siem­pre me ge­ne­ró cu­rio­si­dad.

La his­to­ria que se pone en es­ce­na en Pa­dre Pe­dro, una obra es­cri­ta por José Ig­na­cio Se­rra­lun­ga y di­ri­gi­da por Ma­tías Gó­mez tie­ne que ver en un pun­to con esa cues­tión que men­cio­na­ba: Dan­te, in­ter­pre­ta­do por Ri­car­do To­rre, es un hom­bre de cla­se baja que par­ti­ci­pa, jun­to a su es­po­sa, del rito re­li­gio­so de for­ma asi­dua, como ver­da­de­ros fie­les. Por su par­te, el cura, en­car­na­do por Jor­ge Fer­nán­dez Ro­mán, sabe de la su­pe­rio­ri­dad que le otor­ga su pro­fe­sión, si así pue­de lla­mar­se, y la na­tu­ra­li­za al pun­to de que se ubi­ca él mis­mo en ese es­ca­lón, por en­ci­ma de sus fie­les quie­nes, cla­ra­men­te, acep­tan esta je­rar­quía de for­ma vo­lun­ta­ria. No obs­tan­te, si bien la na­rra­ción se pre­sen­ta de un modo, lue­go gira ha­cia otro lu­gar ines­pe­ra­do, has­ta que ter­mi­na de ce­rrar­se como un círcu­lo.

Fun­da­men­tal­men­te se tra­ta de la his­to­ria de un hom­bre que se en­fren­ta a otro por una mu­jer, pero más que por su amor, se­ría por su po­se­sión. En este sen­ti­do, la mu­jer que­da sin voz y los dos hom­bres se jue­gan su des­tino. Des­ta­ca en el tex­to una cier­ta crí­ti­ca al ce­li­ba­to y otras cues­tio­nes del sa­cer­do­cio que nos ha­blan de lo ab­sur­da que es esta ins­ti­tu­ción. Sin em­bar­go, la for­ma en que se en­ca­ran es­tos te­mas es a tra­vés de la em­pa­tía que se ge­ne­ra en­tre los es­pec­ta­do­res y el per­so­na­je que gol­pea a su pa­re­ja, ase­me­ján­do­lo a una bes­tia sin ra­cio­ci­nio y no a un hom­bre que ejer­ce la vio­len­cia de gé­ne­ro.   

Por otra par­te, lo re­mar­ca­ble de esta obra es que se rea­li­za toda en un acto. No hay apa­gón en nin­gún mo­men­to, ni cam­bio de ves­tua­rio, ni de es­ce­no­gra­fía (que con­sis­te en un cua­dra­do he­cho con so­gas ro­jas, una vir­gen y dos asien­tos que ha­cen las ve­ces de con­fe­sio­na­rio). Es de­cir que la his­to­ria que ve­mos trans­cu­rre en tiem­po real y, no por ello, deja de atraer la aten­ción de los es­pec­ta­do­res en nin­gún mo­men­to. Esto es mé­ri­to tan­to de la di­rec­ción como de los ac­to­res que in­ter­pre­tan de un modo muy acer­ta­do a sus per­so­na­jes y nos trans­mi­ten, gra­cias tam­bién a la quí­mi­ca que hay en­tre ellos, lo que sien­ten en esta si­tua­ción par­ti­cu­lar que a am­bos ex­ce­de.

Por Mercedes Roch


¿Qué? Pa­dre Pe­dro.

¿Dón­de? Noa­ves­truz Es­pa­cio de Cul­tu­ra (Hum­boldt 1857, CABA).

¿Cuán­do? Los do­min­gos a las 20:30 ho­ras.

¿Cuán­to? En­tra­das a $250.  


Ficha técnico artística
Dramaturgia: José Ignacio Serralunga.
Actúan: Jorge Fernández Román y Ricardo Torre.
Vestuario: Patricia Ramírez Barahona.
Escenografía: Javier Parada.
Iluminación: Ricardo Sica.
Música original: Lukas Bustamante.
Diseño gráfico: Verónica Martorelli y Valentina Marvaldi.
Asistencia de dirección: Antonella Estrañy.
Prensa: Kazeta Prensa.
Producción ejecutiva: Mariana Zarnicki.
Dirección: Matías Gómez.