Mattinata (en español: Mañana) es el título de una obra teatral escrita por Jorge D’Elía, un consagrado actor y autor de teatro argentino. La obra fue escrita por encargo para el actor y docente Carlos Gandolfo y obtuvo el Primer Premio Nacional de Teatro 1978–1979 otorgado por la Secretaría de Cultura de la Nación. Mattinata presenta la historia de cuatro personajes: Carlos, el protagonista y narrador de la historia, un muchacho del tipo “intelectual”, inquieto, verborrágico y enérgico; Viky Ortega, una soberbia busca vida, intrépida y astuta ladrona de guante blanco, que siempre lleva puesto un bolso grande al que nunca deja en ningún sitio; Honorio York, un artista lírico, un hombre sensible, elegante y seductor, y dueño de Caruso, un pájaro que sólo canta a la hora señalada; y Raquel, una mujer atractiva y sensual que lee el futuro mediante las cartas del Tarot, que a todo momento se arregla o cambia de ropa y se fastidia por el dolor que los zapatos de taco alto producen en sus tobillos. Estos cuatro personajes conforman dos parejas que se conocen en una misma noche. Jorge D’Elía ubica al vivaz cuarteto en un intento por encontrarse en un espacio en común. Todos, a su manera, buscan crear una mejor versión de sí mismos. Frente a la necesidad, la resignación y el desamparo de los sueños insatisfechos dentro de la urbe porteña, estas dos parejas buscarán no quedar fuera del juego, escapar de sus propios encierros y animarse al amor dentro del sórdido submundo del centro de Buenos Aires.
El texto dramático de Mattinata se construye bajo un estilo propio de escritura, al cual Jorge D’Elía define como “Simultaneidad Cinematográfica”, donde la representación de dos tiempos reales se alternan y la misma acción convive en simultáneo en tres espacios diferentes. Aquí se representan tres espacios escénicos (ficcionales) en el mismo espacio físico. Todos los personajes se cruzan en el espacio sin registrar sus presencias, y sólo a través de las acciones el espectador logra comprender que, en realidad, se trata de dos habitaciones contiguas: Viky/Carlos en una habitación y Raquel/Honorio en la otra.
Luego de casi cuarenta años de la creación de D’Elía, la obra vuelve a ponerse en escena de la mano de la directora Maite Velo en el reducido escenario del Moscú Teatro Escuela. Velo es profesora de teatro en Andamio 90, en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (EMAD), en el Instituto Vocacional de Arte (IVA) y en Timbre 4. Conforma el Grupo Teatral UmaMinga, una compañía que experimenta la creación escénica desde las técnicas y teorías teatrales de Bertolt Brecht y Eugenio Barba, y es una de las organizadoras del Encuentro Latinoamericano de Teatro Independiente (ELTI), que busca fomentar el encuentro entre diversos artistas de distintos países latinoamericanos. La directora de Mattinata fue convocada por un grupo de alumnos de la escuela Andamio 90 que buscaba iniciar un proyecto teatral bajo su tutela. El elenco –conformado por Iván Vitale (como Carlos), Mara Malamud (como Viky), Iñaki Bartolomeu (como Honorio) y Brenda Margaretic (como Raquel)– emprende el desafío de distanciarse de la formación del teatro naturalista para indagar algo diferente y atreverse a una creación atravesada por la disrupción del cuerpo y el espacio escénico.
Desde sus primeros encuentros en agosto del año 2015, el grupo realizó un proceso de exploración del material y una búsqueda de entrenamiento actoral específica, a partir de diversos materiales (secuencias físicas, textos, ideas o personajes) guiados por Maite Velo. La directora nos compartió unas palabras sobre el proceso creativo de la obra y sobre el desafío que resultó llevar a escena el texto de Jorge D’Elía y su “Simultaneidad Cinematográfica”:
Buscamos saltar de los juegos de construcción de personajes y situaciones, al material escrito. Construimos secuencias físicas, el recurso de transformar a los cuerpos como objetos, las repeticiones y la duplicación de los personajes. Unificamos las diferentes estrategias para construir un resultado de la propuesta: darle rienda suelta al juego. Por ejemplo, los cuerpos están al servicio de la escena del otro; un mismo objeto que es compartido por todos los personajes, tiene un uso diferente depende quien lo tome; o de pronto una voz se replica en otro, pero depende quien la dice toma un sentido diferente por la historia de cada uno. Todas las secuencias físicas y las coreografías son producto del juego libre que el grupo construyó durante el proceso de búsqueda.
La puesta en escena de Mattinata se realiza en un espacio reducido y sobrecargado de elementos, en donde los cuerpos se transforman mediante la circulación, en un juego que se torna casi imposible. Una paleta de colores (cuidadosamente estructurada en el naranja, rojo, azul y violeta) tiñen la escenografía, utilería y vestuarios, y establece la estética particular de la puesta. Los jóvenes actores asombran con su constante transformación: por ejemplo, el personaje de Carlos guía el relato y escribe con su cuerpo la historia, que con sus movimientos y palabras se convierten en metáfora de una máquina de escribir. El trabajo corporal de las pausas, las repeticiones, el incremento de la velocidad y las modernas coreografías producen el humor en el espectador. Las risas de la platea nacen de la torpe seducción, de los límites del coqueteo y del miedo que surge de la entrega al amor.
¿Qué? Mattinata.
¿Dónde? Moscú Teatro Escuela (Camargo 506, CABA).
¿Cuándo? Los domingos a las 21 horas.
¿Cuánto? Entradas a $150 o $120.
Ficha técnico artística Autoría: Jorge D´Elia. Actúan: Iñaki Bartolomeu, Mara Malamud, Ivan Vitale y Brenda Margaretic. Diseño Audiovisual: Analía Aizersztein. Operación técnica: Hernan Suarez. Fotografía: Lucila Monauni. Diseño gráfico: Federico Labaronnie. Asesoramiento Corporal: Cecilia Benavidez. Asistencia de dirección: Analía Aizersztein. Dirección: Maite Velo.