A veces la memoria es una condena

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A veces la memoria es una condena

Hay obras que duran mucho más que el tiempo que transcurren en escena. Obligan a ser repensadas una y otra vez ya que vuelven a plantear conceptos que se creían establecidos. Eso hace Los ignorantes (o la función del olvido). ¿Cuál es la función de la memoria y cuál la del olvido?

Pre­cau­ción: este ar­tícu­lo con­tie­ne de­ta­lles so­bre el fi­nal de la tra­ma

El ar­gu­men­to es sim­ple: José e Ire­na se re­en­cuen­tran en un ae­ro­puer­to –lu­gar de tran­si­ción si los hay– de ca­mino a la ciu­dad don­de com­par­tie­ron un fu­gaz amor que que­dó trun­co. Ella lo re­cuer­da tal cual era, él no sabe quién es ella. La tra­ma es la ex­cu­sa per­fec­ta para ha­blar, más que de amor y ju­ven­tud, de otras cues­tio­nes como la me­mo­ria, el ol­vi­do y la nos­tal­gia.

La obra está acom­pa­ña­da por una bre­ve ex­pli­ca­ción al res­pec­to de La Odi­sea y su pro­ta­go­nis­ta, Uli­ses, ca­ta­lo­ga­do como el ma­yor nos­tál­gi­co de to­dos los tiem­pos. Ire­na su­fre, des­afor­tu­na­da­men­te, del mis­mo mal. Pue­de re­crear cada mo­men­to, cada sen­sa­ción vi­vi­da en el bre­ve tiem­po que es­tu­vie­ron jun­tos, sin dar­se cuen­ta que la res­ti­tu­ción to­tal de un re­cuer­do es im­po­si­ble, y que todo lo que ella sabe de él pro­ba­ble­men­te haya cam­bia­do con el tiem­po, tal como lo ha he­cho ella. Tam­bién es in­tere­san­te la re­la­ción que se plan­tea des­de la dra­ma­tur­gia y di­rec­ción –a car­go de Ana Lau­ra Suá­rez Cas­sino– en­tre la pues­ta en es­ce­na y La Odi­sea en sí como re­la­to oral: los ac­to­res re­la­tan más si­tua­cio­nes de las que per­so­ni­fi­can, ha­cien­do pro­pio el rol del rap­so­da1 de los tiem­pos de Ho­me­ro.

Ol­vi­dar sig­ni­fi­ca en la­tín “des­li­zar­se de la me­mo­ria”. Por el con­tra­rio, re­cor­dar –del la­tín re­cor­da­ri (re: de nue­vo, cor­dis: co­ra­zón)– es vol­ver a pa­sar por el co­ra­zón. Ire­na re­cuer­da una y otra vez, pero José no. La obra re­fle­xio­na so­bre la fun­ción del ol­vi­do des­de la tra­ma, pero tam­bién des­de los pro­ce­di­mien­tos tea­tra­les, va­lién­do­se del mo­vi­mien­to cor­po­ral para ex­pre­sar aque­llo que la men­te no re­cuer­da. De esta ma­ne­ra, los ac­to­res rea­li­zan en dis­tin­tos mo­men­tos de la pues­ta los mis­mos mo­vi­mien­tos, al pun­to de la re­pe­ti­ción me­cá­ni­ca, como si el recordar/olvidar im­pli­ca­ra ese mis­mo acto in­cons­cien­te.

La obra plan­tea, de ma­ne­ra muy poé­ti­ca, mu­chas pre­gun­tas pero nin­gu­na res­pues­ta. Yo me atre­vo a aven­tu­rar una, lue­go de mu­cho hur­gar en­tre mis pen­sa­mien­tos: sin me­mo­ria, es­ta­mos con­de­na­dos a re­pe­tir­nos. En el me­dio de lo que po­dría ha­ber sido un amor ado­les­cen­te, José des­apa­re­ce de la vida de Ire­na. Lue­go de una no­che de pa­sión en­tre am­bos trein­ta años des­pués, él hace lo mis­mo. Sin em­bar­go, la ob­se­sión ante un even­to tam­bién nos pue­de con­de­nar al fra­ca­so: Ire­na se en­cuen­tra sola una vez más, an­tes en una fies­ta, aho­ra en una ha­bi­ta­ción de ho­tel. ¿Se dará cuen­ta en al­gún mo­men­to que des­per­di­ció trein­ta años de su vida afe­rra­da a un re­cuer­do, a una reali­dad que no era tal?

La obra Los ig­no­ran­tes (o la fun­ción del ol­vi­do) pue­de ver­se to­dos los sá­ba­dos a las 20 ho­ras en Ha­bi­tar Gó­mez Es­pa­cio Cul­tu­ral (Va­len­tín Gó­mez 3155) has­ta el 29 de oc­tu­bre de 2016.

 

Re­ci­ta­dor de poe­mas de la An­ti­gua Gre­cia, que se va­lía de su me­mo­ria y re­glas ne­mo­téc­ni­cas para crear y re­crear su re­la­to se­gún las reac­cio­nes del pú­bli­co. La Ilía­daLa Odi­sea son ejem­plos de ta­les poe­mas épi­cos, y se pre­su­me que Ho­me­ro fue la per­so­na que los re­co­pi­ló por es­cri­to y no su crea­dor ori­gi­nal.

 

Fi­cha téc­ni­co ar­tís­ti­ca
Dra­ma­tur­gia: Ana Lau­ra Suá­rez Cas­sino.
Ac­túan: Ce­ci­lia Co­lom­bo, Ni­co­lás Se­rrai­ti.
Ves­tua­rio: Dia­na Al­va­rez.
Di­se­ño de lu­ces: Fa­cun­do Es­tol.
Mú­si­ca ori­gi­nal: Nor­ber­to Mo­reno.
Asis­ten­cia de di­rec­ción: Jaz Men­di.
Pren­sa: Co­rrey­Di­le Pren­sa.
Di­rec­ción: Ana Lau­ra Suá­rez Cas­sino.

Delfina Moreno Della Cecca
Delfina Moreno Della Cecca
Editora, redactora y traductora de contenidos. Crítica de cine y teatro. Traductora e intérprete de inglés. Casi Licenciada y Profesora de Cine y Artes Audiovisuales (FFyL - UBA). Fotógrafa especializada en retrato y foto fija. Fundadora de Horno Cerebral, plataforma de contenidos. Fue editora de Originarte.org, revista cultural, redactora de Revista Funcinema y redactora del sitio A Sala Llena.