Jerzy Grotowski (1933–1999) fue un director y teórico teatral polaco, que investigó la puesta en escena desde la escasez de los medios escénicos. Como parte de la vanguardia del siglo XX, modificó su época y cuestionó aquello que hacía único al teatro respecto de las otras artes. Los dos principios que consolidaron su famosa estética fueron la representación del actor como un acto de transgresión y el desarrollo del Teatro Pobre.
En 1959 fundó el Laboratorio Teatral, un instituto en donde investigó el arte del actor mediante un intenso trabajo y una rigurosa disciplina. Grotowski desarrolló una anatomía especial del actor en busca de una absoluta precisión corporal, que llevara al intérprete a la exposición de su intimidad y su expresión física a un contacto espiritual con el espectador.
Grotowski se mantenía lejos de los actores con egoísmo narcisista, y buscaba a aquellos que fueran capaces de entrenar y someterse hasta alcanzar una completa entrega de su ser e instinto. Formaba grupos de artistas que manifestasen el alma desde su cuerpo, a través del trabajo del canto, acciones físicas y danza.
Cuando Grotowski crea su Teatro Pobre, lo considera autónomo de todos los elementos visuales: deja a los actores y al público despojados de todo aquello que no fuese esencial —como el artificio del maquillaje, la escenografía, las luces y el vestuario—. De esta manera, queda el cuerpo del actor como único instrumento escénico moldeable y su voz como único efecto musical.
El Teatro Pobre logra focalizar el arte teatral desde la confrontación del actor y su técnica personal frente a un grupo reducido de espectadores. Resulta una búsqueda de la autonomía del teatro que elimina todas las cosas “suplementarias”, para consolidar el vínculo del actor con su alma y con el público expectante.
Aunque el método de Grotowski se concentraba más en el campo de la investigación que en el de la acción, el director realizó diversas puestas en escena basadas en los grandes clásicos polacos e internacionales. Algunas de sus obras que adaptó fueron Caín de George Gordon Byron, La historia trágica del doctor Fausto de Christopher Marlowe, Los antepasados (Acrópolis) de Stanislaw Wyspianski, El príncipe constante de Pedro Calderón de la Barca, y Apocalypsis cum Figuris, con textos de La Biblia, Fiódor Dostoiewski, Thomas Stearns Eliot y Simone Weil.
Para aquellos interesados en seguir la increíble obra del maestro y director polaco, recomendamos un número de la Revista Picadero con diversos artículos que reflexionan sobre Grotowski y sus influencias en la creación contemporánea. Es una completa publicación que surgió de un encuentro de investigadores en el año 2000, organizado por el Instituto de Artes del Espectáculo, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
La revista Picadero sobre Jerzy Grotowski puede verse de forma digital en » http://www.infoartes.pe/wp-content/uploads/2015/01/Presencia-de-Jerzy-Grotowski.pdf