Un melodrama de madre

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Un melodrama de madre

En el marco del 11° Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) se presentó la obra He nacido para verte sonreír dirigida por Pablo Messiez. Una puesta hiperrealista que narra el momento de una despedida entre una madre y su hijo. 

Una ma­dre se des­pi­de de su hijo, mien­tras es­pe­ran al pa­dre que ven­drá a bus­car­los en co­che; en­se­gui­da par­ti­rán para un via­je lar­go, aun­que de al­gu­na ma­ne­ra el hijo ya se ale­jó hace tiem­po. El pa­dre ha de lle­var­lo a un hos­pi­tal y de­jar­lo in­ter­na­do para que se cure de su tras­torno men­tal. Aho­ra, la ma­dre bus­ca pa­la­bras para des­pe­dir­se, sin re­ci­bir res­pues­ta al­gu­na por par­te del jo­ven.

El su­pli­cio que con­lle­va el mo­men­to de esta se­pa­ra­ción fa­mi­liar con­for­ma la tra­ma de He na­ci­do para ver­te son­reír, una obra es­cri­ta por San­tia­go Loza, fi­gu­ra cla­ve de la dra­ma­tur­gia ac­tual en La­ti­noa­mé­ri­ca. La obra se es­tre­nó en el año 2011 como cie­rre del Ci­clo Vos, un mon­ta­je de tres obras –Asco, La Vida Te­rre­nalHe na­ci­do para ver­te son­reír– en don­de Loza reali­zó la dra­ma­tur­gia y Li­san­dro Ro­drí­guez la di­rec­ción, que bus­ca­ba ex­pe­ri­men­tar con una es­té­ti­ca de la es­ce­na tea­tral des­de el es­pa­cio y la pa­la­bra. Cin­co años des­pués del ci­clo, la obra lle­gó a la es­ce­na es­pa­ño­la con la di­rec­ción de Pa­blo Mes­siez (un ar­gen­tino afin­ca­do en Ma­drid) y reali­zó una exi­to­sa tem­po­ra­da 2016–2017 en el Tea­tro de La Aba­día (Cen­tro de crea­ción de la Co­mu­ni­dad de Ma­drid). La pues­ta de Mes­siez via­jó a Bue­nos Ai­res den­tro del mar­co del 11° Fes­ti­val In­ter­na­cio­nal (FIBA) y reali­zó tres pre­sen­ta­cio­nes en el Tea­tro Re­gio, des­pi­dién­do­se el do­min­go 15 de oc­tu­bre con una glo­rio­sa fun­ción por el Día de la Ma­dre.

He na­ci­do para ver­te son­reír es una his­to­ria de amor, y como toda his­to­ria de amor, trae con­si­go do­lor. Es un re­la­to de in­co­mu­ni­ca­ción ab­so­lu­ta en­tre una ma­dre y su hijo, del cual no se co­no­ce el diag­nós­ti­co so­bre su en­fer­me­dad. El au­tor no cie­rra con­clu­sio­nes so­bre au­tis­mo, sino que an­cla al per­so­na­je den­tro de una ne­bli­na trá­gi­ca de in­co­mu­ni­ca­ción en don­de el úni­co es­tí­mu­lo re­ci­bi­do y acep­ta­do por el mu­cha­cho es la mú­si­ca que sale de una ra­dio vie­ja ubi­ca­da so­bre la he­la­de­ra de la co­ci­na. La ma­dre, por su par­te, vive una ca­tar­sis ver­bo­rra­gi­ca de pa­la­bras acom­pa­ña­das por un si­len­cio he­ri­do, y ella ex­po­ne su his­to­ria per­so­nal en­ce­rra­da en el reino de la co­ci­na (es­pa­cio icó­ni­co de la so­cie­dad do­més­ti­ca).

San­tia­go Loza pre­sen­ta un tex­to ex­qui­si­to, con una si­tua­ción dra­má­ti­ca sim­ple que se ex­pan­de en el amor y ho­rror de las pa­la­bras de una ma­dre que no pue­de de­jar de ha­blar para in­ten­tar com­pren­der su vida. Asi­mis­mo, Pa­blo Mes­siez lo­gra una pues­ta en es­ce­na hi­per­rea­lis­ta en una pul­cra co­ci­na en án­gu­lo cer­ca­da por ra­mas de ar­bus­tos (que con­for­man el nido fa­mi­liar) di­se­ña­da por la es­ce­nó­gra­fa Eli­sa Sanz. Mes­siez de­ci­de con­te­ner los tex­tos de la ma­dre den­tro de la co­ti­dia­nei­dad do­més­ti­ca, me­dian­te pe­que­ñas ac­cio­nes rea­lis­tas: mien­tras el café se pre­pa­ra en la ca­fe­te­ra ubi­ca­da en la es­qui­na de la me­sa­da, sir­ve un vaso de agua del gri­fo, pela una ba­na­na de la fru­te­ra, pasa el es­co­bi­llón para lim­piar las as­ti­llas de un pla­to roto, cor­ta un li­món, gol­pea la he­la­de­ra para de­te­ner el mo­les­to rui­do de la es­tá­ti­ca y sus­pi­ra al oír el tic tac del re­loj de pa­red que le re­cuer­da el paso in­mi­nen­te del tiem­po. Cada de­ta­lle de la pues­ta con­tie­ne al dúo fa­mi­liar en una es­pe­ra que trans­cu­rre en­tre la me­lan­co­lía y la tris­te­za.

Las in­ter­pre­ta­cio­nes mag­ní­fi­cas de Isa­bel Or­dazNa­cho Sán­chez cie­rran el moño a esta obra ma­ra­vi­llo­sa que nos trans­por­ta a una re­la­ción ín­ti­ma y deses­pe­ra­da de una ma­dre y su hijo, uni­dos en la ter­nu­ra de un mis­mo tiem­po pero per­di­dos en la frial­dad de dos fre­cuen­cias di­fe­ren­tes. El si­len­cio y la ver­bo­rra­gia neu­ró­ti­ca, el amor y la tris­te des­pe­di­da.  


Ficha técnico artística
Autoría: Santiago Loza.  
Compañía: Teatro de la Abadía.
Dirección: Pablo Messiez.
Elenco: Isabel Ordaz y Nacho Sánchez.
Dirección musical: Pablo Messiez.
Diseño de iluminación: Paloma Parra.
Diseño de sonido: Nicolás Rodríguez.
Diseño de escenografía: Elisa Sanz.
Diseño de vestuario: Elisa Sanz.
Producción: Teatro de La Abadía.
Coproducción: Ignacio Fumero Ayo.
Cecilia De Paoli
Cecilia De Paoli
Licenciada y Profesora en Artes Combinadas (UBA). Estudió Dirección de Arte e Imagen aplicada a la escena y los medios de comunicación en el Centro de Arte y Diseño de Evelyn Bendjeskov. También incursionó en actuación y dirección teatral con Mariela Asensio, Alejandro Genes Radawski, José María Muscari y Mayra Carlos. Participó como actriz en obras de la compañía Quirófano Teatral. Actualmente realiza un taller de montaje teatral y entrenamiento actoral en el CELCIT. Fue redactora estable de Originarte.org, revista cultural.