Juguemos en el bosque

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Juguemos en el bosque

El canto invisible es una adaptación de Olaf Liljekrans de Henrik Ibsen, inspirada en la colección de Baladas Populares Noruegas recopiladas por el párroco Magnus Brostrup Landstad. Narra la unión de dos mundos paralelos como consecuencia del amor entre una mujer elfo y un mortal.

El can­to in­vi­si­ble fue el pro­yec­to de gra­dua­ción de Juan Cruz For­gno­ne en su Li­cen­cia­tu­ra en Di­rec­ción Es­cé­ni­ca del De­par­ta­men­to de Ar­tes Dra­má­ti­cas de la UNA. Lue­go el es­pec­tácu­lo for­mó par­te de la Bie­nal Arte Jo­ven Bue­nos Ai­res 2017, y fue tu­to­ria­do por el di­rec­tor Ru­ben Szuch­ma­cher que co­la­bo­ró en la ver­sión del tex­to ori­gi­nal y en la con­cep­ción dra­ma­túr­gi­ca.

La pie­za se pre­sen­ta en tres ac­tos. El con­flic­to dra­má­ti­co se des­en­ca­de­na cuan­do se pone en ries­go un pac­to en­tre dos fa­mi­lias para ca­sar a sus hi­jos: In­grid y Olaf. El ob­je­ti­vo de po­ner fin a una his­tó­ri­ca dispu­ta te­rri­to­rial en­tre los cla­nes en­tra en cri­sis, cuan­do el no­vio huye del acuer­do a los te­rre­nos al­tos y re­gre­sa enamo­ra­do de Alf­hil­da, una mu­jer elfo. Al mis­mo tiem­po, In­grid no tie­ne nin­gún in­te­rés en con­traer ma­tri­mo­nio con Olaf, ya que está enamo­ra­da del sir­vien­te de su pa­dre. Pero los je­fes de am­bas fa­mi­lias de­ci­den se­guir ade­lan­te con el tra­to pese a to­dos los in­con­ve­nien­tes. Lue­go de va­rias ne­ga­ti­vas, Olaf de­ci­de aban­do­nar a su enamo­ra­da y con­traer ma­tri­mo­nio con In­grid. Alf­hil­da se sien­te trai­cio­na­da e in­cen­dia la igle­sia don­de se lle­va­rá a cabo la ce­re­mo­nia, mien­tras In­grid huye a las mon­ta­ñas con el la­ca­yo, pero la nue­va vida allí no le re­sul­ta gra­ta y de­ci­de vol­ver a su casa. Los pa­dres de los no­vios quie­ren en­jui­ciar a Alf­hil­da por sus ac­tos pero Olaf sal­va su vida a úl­ti­mo mo­men­to.

Tan­to en la es­ce­no­gra­fía como en el di­se­ño so­no­ro y mu­si­cal está el pun­to fuer­te de la obra. A tra­vés de esos ele­men­tos se ge­ne­ra el cli­ma de la pro­pues­ta: can­tos nór­di­cos que con­tie­nen his­to­rias de co­mu­ni­da­des an­ti­guas. El es­pa­cio está de­li­mi­ta­do por una gran es­truc­tu­ra me­tá­li­ca de la que cuel­gan re­ta­zos de plás­ti­co trans­pa­ren­te, los cua­les si­mu­lan una gran cor­ti­na que (gra­cias al apor­te lu­mí­ni­co) cam­bia de co­lor adap­tán­do­se al cli­ma de cada es­ce­na. A su vez, fun­cio­na como el muro que se­pa­ra a los dos mun­dos an­ta­gó­ni­cos.

Con la fun­ción de apor­tar da­tos y es­ta­ble­cer un con­tra­pun­to crí­ti­co –con co­men­ta­rios a pú­bli­co– al cos­ta­do del es­ce­na­rio en­con­tra­mos a un hom­bre y una mu­jer que to­can el piano, can­tan las com­po­si­cio­nes no­rue­gas y re­ci­tan fra­ses del tex­to dra­má­ti­co. Si bien se man­tie­nen al mar­gen de la tra­ma de la obra, in­ter­vie­nen para fa­ci­li­tar­nos in­for­ma­ción so­bre la mis­ma.

El can­to in­vi­si­ble es una obra con gran car­ga sim­bó­li­ca, da­tos his­tó­ri­cos y abun­dan­cia de per­so­na­jes que en­tran y sa­len cons­tan­te­men­te de es­ce­na. Lo que deja en cla­ro es que la mez­cla en­tre los dos mun­dos an­ta­gó­ni­cos pro­vo­ca la tra­ge­dia. El hom­bre mor­tal nun­ca de­bió pi­sar esas tie­rras, y los el­fos nun­ca de­bie­ron ba­jar al pue­blo. Esa re­la­ción pone en ries­go el or­den na­tu­ral de la vida de las cria­tu­ras del bos­que y la de la so­cie­dad hu­ma­na. La ac­tua­li­dad de la pro­ble­má­ti­ca del res­pe­to por otras co­mu­ni­da­des y otras for­mas de vida, se cue­la en este re­la­to que nos per­mi­te pen­sar has­ta qué pun­to la in­clu­sión y el acer­ca­mien­to pro­vie­nen de un sin­ce­ro ejer­ci­cio de sus de­re­chos. El des­cu­bri­mien­to de Olaf del mun­do de los el­fos le pro­du­ce un pro­fun­do im­pac­to en su con­cien­cia y la po­si­bi­li­dad de pen­sar en nue­vos pa­ra­dig­mas. La apa­ri­ción de esos per­so­na­jes mis­te­rio­sos trans­for­ma­rá para siem­pre a todo el pue­blo.


¿Qué? El can­to in­vi­si­ble.

¿Dón­de? Tim­bre 4 (Me­xi­co 3554, CABA).

¿Cuán­do? Los jue­ves a las 20:30 ho­ras.

¿Cuán­to? En­tra­das a $180.


Ficha técnico artística
Autoría: Henrik Ibsen.
Adaptación: Juan Cruz Forgnone.
Traducción: Else Wasteson.
Actúan: Maiamar Abrodos, Julieta Alfonso, Leilén Araudo, Federico Gonzalez Bethencourt, Emanuel Gaston Moreno Defalco, Rubén Parisi, Manuel Reyes Montes, Agustín Scipione
Músicos: Florencia Barral y Ulises Martínez.
Vestuario: Cecilia Gómez García.
Escenografía: Jorgelina Herrero Pons.
Diseño de luces: Jessica Tortul.
Diseño De Sonido: Delinda Ravone.
Música original: Ulises Martínez y Delinda Ravone.
Fotografía: Pablo Carabias.
Diseño gráfico: Agustín Scipione.
Asistencia de iluminación: Vilo.
Asistencia de dirección: Daniela González.
Producción ejecutiva: Vanina Dubois.
Dirección: Juan Cruz Forgnone.
Melina Martire
Melina Martire
Licenciada en Artes Combinadas (UBA). Especialización en Diseño y Planificación de Proyectos Culturales en la Alianza Francesa. Cursando el Posgrado en Gestión Cultural y Comunicación en FLACSO. Trabajó en múltiples obras de teatro como gestora de prensa. Fue redactora de Revista Cultural Originarte.org, ha publicado en Revista Telón de Fondo. Actualmente es redactora estable de críticas del área escénicas de Revista Funcinema, Revista Mutt y Revista Colofon.