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La medicina y la crueldad

Un ala psiquiátrica convertida en playa de estacionamiento y cinco personajes que se apropian de ese espacio.

El Ci­clo In­vo­ca­cio­nes le pro­po­ne a dis­tin­tos di­rec­to­res de tea­tro con­tem­po­rá­neo en­trar en diá­lo­go con otros ar­tis­tas em­ble­má­ti­cos del cam­po tea­tral del si­glo XX. Es en este mar­co que Ser­gio Bo­ris –di­rec­tor de obras como Vie­jo, solo y puto– fue con­vo­ca­do para re­pen­sar la fi­gu­ra y obra de An­to­nin Ar­taud. Para lle­var a cabo esta ta­rea, Bo­ris se ins­pi­ró en las car­tas que el poe­ta fran­cés es­cri­bió des­de Ro­dez a su mé­di­co psi­quiá­tri­co en 1945. En ellas se re­la­ta la vida en el ma­ni­co­mio, las alu­ci­na­cio­nes y los pa­de­ci­mien­tos que su­frió a cau­sa de las se­sio­nes de elec­tros­hock. Es­tos tex­tos son el pun­ta­pié que lle­van al di­rec­tor y al elen­co de Ar­taud a in­ves­ti­gar el mun­do de la lo­cu­ra, las ins­ti­tu­cio­nes men­ta­les, y –so­bre todo– los víncu­los hu­ma­nos.

Artaud1

Lo pri­me­ro que nues­tra mi­ra­da en­cuen­tra al in­gre­sar a la sala es una es­ce­no­gra­fía lú­gu­bre: mam­pa­ras sin pa­ne­les, ca­ños, un baño se­miocul­to con una puer­ta im­pro­vi­sa­da, una he­la­de­ra vie­ja y otros ob­je­tos que de­no­tan el de­te­rio­ro del tiem­po. Es­tos ele­men­tos son los que con­for­man una sala de un ex ma­ni­co­mio de­ve­ni­do en pla­ya de es­ta­cio­na­mien­to.

El he­cho de que una ins­ti­tu­ción men­tal sea clau­su­ra­da no evi­ta que quie­nes la ha­bi­ta­ban se ale­jen de ella, sino todo lo con­tra­rio. Es­tar en una si­tua­ción de ex­tre­mo aban­dono trae como con­se­cuen­cia que un mé­di­co, una en­fer­me­ra y al­gu­nos ex pa­cien­tes creen una mi­cro so­cie­dad para com­ba­tir la so­le­dad y las ca­ren­cias eco­nó­mi­cas. Para ha­cer­lo, se ocu­pan de ma­ne­jar la en­tra­da y sa­li­da de los co­ches que de­jan los in­vi­ta­dos del sa­lón de fies­tas de en­fren­te. El tra­ba­jo es lle­va­do a cabo siem­pre con cau­te­la por el mie­do de que al­guien “pase a co­rro­bo­rar” y el ne­go­cio clan­des­tino sea des­cu­bier­to.

Este con­tex­to sin­gu­lar sir­ve de es­ce­na­rio para ex­plo­rar los víncu­los hu­ma­nos y ex­po­ner los la­zos de po­der que se ge­ne­ran en la re­la­ción mé­di­co-pa­cien­te. El Doc­tor Na­cho fun­cio­na como au­to­ri­dad in­cues­tio­na­ble de este gru­po: es él quien da las ór­de­nes y ad­mi­nis­tra la caja chi­ca. Co­la­bo­ra en su ta­rea Mar­ta, una ex en­fer­me­ra de ca­rác­ter ma­ter­nal y ges­tos que re­cuer­dan a los de las ac­tri­ces de la eta­pa clá­si­ca de Holly­wood. Tam­bién lo asis­ten Cé­sar –un ex pa­cien­te de­ve­ni­do en per­so­nal de ma­nu­ten­ción– quien res­pon­de a las ór­de­nes del jefe como un au­tó­ma­ta; Moni –no­via del mé­di­co y ex de un pa­cien­te– y Fa­bio, quien no for­ma par­te de la em­pre­sa pero vuel­ve al pa­be­llón con una car­ta lle­na de ora­cio­nes con­fu­sas con las que in­ten­ta de­cir­le algo in­com­pren­si­ble a Na­cho.

La di­fi­cul­tad de ex­pre­sar­se no es ex­clu­si­va de Fa­bio. La co­mu­ni­ca­ción en­tre to­dos los per­so­na­jes no re­si­de en la pa­la­bra ha­bla­da y cohe­ren­te, sino más bien en los ges­tos, los bal­bu­ceos y las fra­ses re­pe­ti­das casi me­cá­ni­ca­men­te. Este tipo de ac­tua­ción es acor­de con la con­cep­ción de tea­tro pro­pues­ta por Ar­taud en la cual las pa­la­bras son sólo un ele­men­to más de la pues­ta en es­ce­na, dán­do­le im­por­tan­cia tam­bién a las en­to­na­cio­nes, las ex­pre­sio­nes vi­sua­les, los ges­tos y el es­pa­cio.

A este con­jun­to hu­mano se le suma un ob­je­to que in­ter­vie­ne casi como si fue­se otro per­so­na­je: la he­la­de­ra. Este elec­tro­do­més­ti­co, al so­nar más fuer­te du­ran­te los mo­men­tos de ten­sión de la obra, se con­vier­te en una pre­sen­cia so­no­ra que no pasa inad­ver­ti­da. Tam­bién fun­cio­na como re­cor­da­to­rio cons­tan­te de los tiem­pos del elec­tros­hock. Fa­bio, quien no pue­de adap­tar­se a las con­tra­rie­da­des de la vida fue­ra del pa­be­llón, vuel­ve para “dar­se con la he­la­de­ra”. El elec­tros­hock le pro­du­cía al mis­mo tiem­po sen­sa­cio­nes de do­lor y ali­vio, al pun­to de que se con­vir­tió en una adic­ción te­rri­ble. Este tra­ta­mien­to psi­quiá­tri­co mar­ca un an­tes y un des­pués en los pa­cien­tes que le re­pro­chan a Na­cho ha­ber te­ni­do una vida an­tes de ser in­ter­na­dos.

Artaud2

El uni­ver­so que Ar­taud cons­tru­ye no se an­cla en la bio­gra­fía del poe­ta, sino que la uti­li­za como ex­cu­sa para evi­den­ciar las pro­ble­má­ti­cas que atra­vie­san los hos­pi­ta­les de sa­lud men­tal y los pa­cien­tes en Bue­nos Ai­res hoy en día. Se­gún el di­rec­tor[1], ha­blar de lo­cu­ra aquí ne­ce­sa­ria­men­te im­pli­ca re­mi­tir­se al epi­so­dio de re­pre­sión su­fri­do en el Hos­pi­tal Mu­ni­ci­pal José Ti­bur­cio Bor­da en 2013. Este con­jun­to de re­fe­ren­cias, las cua­les nin­gu­na es men­cio­na­da de for­ma di­rec­ta (con la úni­ca ex­cep­ción del tí­tu­lo mis­mo de la obra), es­tán di­lui­das en un mun­do de mar­gi­na­li­dad que evi­den­cian la fal­ta de in­te­rés por par­te del Es­ta­do, el ci­nis­mo de la me­di­ci­na y las prác­ti­cas te­ra­péu­ti­cas que ro­zan la tor­tu­ra.

 

La obra pue­de ver­se los do­min­gos a las 21 ho­ras en Bec­kett Tea­tro (Guar­dia Vie­ja 3556) has­ta el 30 de oc­tu­bre.

 

[1]Be­ne­det­to, Ju­lia. “‘Ha­blar de lo­cu­ra en Bue­nos Ai­res es ha­blar de lo que pasó en el Bor­da’” pu­bli­ca­do en In­fo­jus No­ti­cias el 17 de sep­tiem­bre de 2015. Dis­po­ni­ble en http://www.avestruz.com.ar/2015/09/17/infojus-borrada-hablar-de-locura/

 

Fi­cha téc­ni­co ar­tís­ti­ca
Ac­túan: Die­go Cre­mo­ne­si, Pa­blo De Nito, El­vi­ra Onet­to, Ve­ró­ni­ca Sch­neck y Ra­fael So­lano.
Ves­tua­rio: Mag­da Ba­nach.
Ilu­mi­na­ción: Ma­tías Sen­dón.
Di­se­ño de es­ce­no­gra­fía: Ariel Vac­ca­ro.
Di­se­ño so­no­ro: Car­men Ba­lie­ro.
Rea­li­za­ción es­ce­no­grá­fi­ca: Ariel Vac­ca­ro.
So­ni­do: Mar­cos I Zop­pi.
Asis­ten­cia de di­rec­ción: Adrián Sil­ver.
Pro­duc­ción eje­cu­ti­va: Cla­ra For­tin y Ma­ría Lau­ra San­tos
Pro­duc­ción ge­ne­ral: Ca­ro­li­na Mar­tin Fe­rro.
Di­rec­ción: Ser­gio Bo­ris.

Karina Korn
Karina Korn
Licenciada y profesora en Artes Combinadas (UBA). En febrero fue seleccionada para participar en Talents Press Buenos Aires 2017. Fue premiada con la beca JIMA (Jóvenes Intercambio México Argentina) para estudiar en la Universidad Veracruzana. También fue seleccionada para participar del Programa País para el Festival de Cine de Mar del Plata (2015). Fue investigadora del Área de Investigación en Ciencias del Arte (AICA) a cargo del Dr. Jorge Dubatti y jurado del Premio Teatro del Mundo del Centro Cultural Rector Ricardo Rojas.