Viejo Calavera levanta fuerte la bandera del cine boliviano y deja perplejo al público

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Viejo Calavera levanta fuerte la bandera del cine boliviano y deja perplejo al público

Presentada en el BAFICI, en la categoría de Competencia Oficial Internacional, Kiro Russo nos trajo su ópera prima. Una película con un trabajo técnico abrumador y de una poética acusadora, que ahuyenta y consume, pero no sin antes tocar los sentidos del espectador.

La tra­ma na­rra la his­to­ria de El­mer Ma­ma­ni, un mu­cha­cho des­ho­nes­to y bo­rra­cho que no para de me­ter­se en pro­ble­mas. Fran­cis­co, su pa­dre, ha muer­to, pero a él no pa­re­ce im­por­tar­le. Lue­go de un in­ci­den­te, el pa­drino de El­mer lo lle­va a la casa de su abue­la en las afue­ras del pue­blo mi­ne­ro Hua­nu­ni y allí co­mien­za a tra­ba­jar en la mina.

El film está ro­da­do en lo­ca­cio­nes reales y con los tra­ba­ja­do­res del Sin­di­ca­to Mix­to de Tra­ba­ja­do­res de Hua­nu­ni. Rus­so se po­si­cio­na en el ho­ri­zon­te del do­cu­men­tal ya que lo­gra ge­ne­rar una fuer­te im­pre­sión de ve­ro­si­mi­li­tud. Sin em­bar­go, el di­rec­tor di­bu­ja una pe­lí­cu­la en la que lo­gra sis­te­ma­ti­zar un diá­lo­go que so­bre­pa­sa la cons­truc­ción fic­ti­cia, no sin que el pro­ce­so evo­lu­cio­ne a tra­vés de una mez­cla de imá­ge­nes en las que im­pe­ra el con­ti­nuo trán­si­to en­tre mis­ti­cis­mo y reali­dad, má­qui­nas y na­tu­ra­le­za.

No se pue­de de­jar de men­cio­nar el tra­ba­jo de Pa­blo Pa­nia­gua Bap­tis­ta que, a car­go de la di­rec­ción de fo­to­gra­fía, con­si­gue real­zar la pro­fun­di­dad de cam­po a tra­vés del uso de lu­ces y, ale­ja­do de ten­ta­cio­nes pre­ten­cio­sas, lo­gra una pers­pec­ti­va de gran ex­pre­sión es­té­ti­ca. Ade­más, el film con­quis­ta al es­pec­ta­dor por me­dio de los des­li­za­mien­tos sua­ves y me­ticu­losos de la cá­ma­ra, de la lim­pie­za de la ima­gen y el so­ni­do. En este sen­ti­do, las téc­ni­cas ci­ne­ma­to­grá­fi­cos son uti­li­za­das en pos de su ca­li­dad poé­ti­ca.

Vie­jo Ca­la­ve­ra re­fle­ja el mun­do de los ol­vi­da­dos, de los que nun­ca han es­ta­do den­tro de una so­cie­dad y a los que se les pide a gri­tos in­ser­tar­se, como si en al­gún mo­men­to hu­bie­sen sido par­te. Así, el hé­roe im­po­si­ble con el que no se sim­pa­ti­za sino has­ta el fi­nal, se pre­sen­ta como mil vo­ces que gri­tan aque­llo que can­ta­ba la Tía Rosa (Anas­ta­sia Ló­pez): wa­wi­tay, wa­wi­tay, es­toy bus­cán­do­te.

 

Para ver el dia­lo­go que tu­vi­mos con el rea­li­za­dor del film Kiro Rus­so y con el di­rec­tor de fo­to­gra­fía y mon­ta­jis­ta Pa­blo Pa­nia­gua hace click aqui.

Título: Viejo Calavera
Año: 2016
País: Bolivia
Director: Kiro Russo
Guión: Kiro Russo, Pepo Rezzari
Fotografía: Pablo Paniagua Baptista
Reparto: Julio César Ticona, Narciso Choque Calleta, Anastasia Daza López, Rolando Patzi.
Productora: Socavón Cine
Duración: 80 minutos.
Esmeralda Reynoth
Esmeralda Reynoth
Estudiante avanzada en la carrera de Artes combinadas (UBA). Estudió un profesorado en Iniciación musical en su país. Participó del proyecto UBANEX (proyecto de extensión de la UBA) en el 2016. Ha trabajado como desarrolladora creativa, actriz y músico para proyectos de arte social para fundaciones y empresas como One Drop, el Cirque Du Soleil y Oxfam Quebec. También ha incursionado como productora y gestora cultural.