La belle saison significa verano en francés, esa estación que para muchos actúa como una bisagra entre un año y otro, aunque no tan literalmente para quienes viven en el hemisferio norte; de alguna manera u otra, el verano implica darle pausa a la vida, ya sea para vacacionar o para reflexionar. El verano suele ser tiempo de revelaciones, curioso título para esta película de Catherine Corsini, que ya adelanta un poco sobre las vicisitudes de la trama y de sus dos protagonistas.
El pueblo es la tierra húmeda que te absorbe, que te embarra los pies para que no puedas moverte. El pueblo, con sus maneras, sus costumbres y sus tradiciones. Para Delphine, eso significa la imposibilidad de progresar –a no ser que decida casarse con Antoine, como sueña su madre–, de no gozar de la libertad que concede la adultez –vive y trabaja en la granja de sus padres– y de no admitir su sexualidad.
Aquí es dónde nos preguntamos cuál es el sentido de contar hoy en día, una historia ambientada en la Francia setentosa: en París conoce a Carole, mientras ésta corre junto a un grupo de feministas tocando traseros masculinos en la vía pública. No lo hacen porque lo disfrutan, lo hacen para probar un punto: que las mujeres no somos objetos y que tenemos derechos, que si un hombre no disfruta de ello, ¿por qué habría de hacerlo una mujer? Un hombre tocado se indigna y utiliza palabras harto conocidas por las mujeres que ejercen su libertad en la actualidad: las llama putas, las llama pervertidas.
Como es de esperar, Delphine se enamora de Carole, tanto como la pueblerina de la gran ciudad. En este sentido, no hay tal debate a la hora de hablar sobre la existencia de un “cine de mujeres”: las escenas sexuales están manejadas bajo una atenta mirada femenina que busca mostrar los cuerpos mientras se aman, no para el deleite del voyeur. Asimismo, los personajes están brillantemente construidos a partir del guión de la misma directora en colaboración con Laurette Polmanss.
París es la tierra dura, aquella que te devuelve la fuerza con que pisas y te impulsa a saltar. Y entre el pueblo y París está la estación de trenes: un lugar lindero a los demás donde una puede frenar y decidir qué está dispuesta a hacer, qué está dispuesta a sacrificar y por qué está dispuesta a pelear. Subirse al tren… o no. En ese sentido, todo el film está filmado entre verano y primavera, aquellos momentos donde el calor agobia y obliga a reflexionar.
Cuarenta años separan a esta historia del presente, pero las luchas siguen siendo las mismas, los argumentos también. Se han conquistado espacios, se han reconocido derechos, pero el debate continúa y afortunadamente gracias a films como este, continuará.
Trailer
Título original: La belle saison.
Año: 2015.
País: Francia y Bélgica.
Director: Catherine Corsini.
Guión: Laurette Polmanss y Catherine Corsini.
Fotografía: Jeanne Lapoirie.
Música: Grégoire Hetzel.
Reparto: Cécile de France, Izïa Higelin, Noémie Lvovsky, Jean-Henri Compete y Kévin Azaïs.
Productora: Chaz Productions y otras.
Duración: 105 minutos.