Como parte del programa del Talents Buenos Aires se proyectó Viejo Calavera, película que forma parte de la Competencia Oficial Internacional del BAFICI. Viejo Calavera es el primer largometraje del director boliviano Kiro Russo. El film está rodado mayormente en la mina de Huanuni (Bolivia), donde los protagonistas trabajan en situaciones de riesgo. Elmer, un joven alcohólico, luego del fallecimiento de su padre, ingresa a esta comunidad a la cual no quiere (o puede) integrarse.
Una vez que la película terminó dialogamos con el realizador del film y con el director de fotografía y montajista Pablo Paniagua. A continuación detallamos algunos tópicos que fueron abordados en este encuentro.
¿Por qué situar el relato en una mina? Kiro Russo responde que los mineros no sólo están vinculados a la historia boliviana, sino que forman parte del imaginario nacional, y de ahí nace su relevancia de ser filmados. Si bien su realidad fue retratada en varios documentales, Russo califica estas producciones como “pornomiseria” ancladas en estereotipos. Por este motivo se planteó hacer una ficción que muestre a los mineros desde un costado más humano, que incluya su idiosincrasia.
Además, el director comenta que parte de lo atractivo de filmar en una mina es la falta de luz; de hecho, su corto fue rodado ahí para poder trabajar con la menor cantidad de iluminación posible. Pablo Paniagua, encargado de la fotografía, reconoce que fue difícil filmar ahí debido a la falta de aire y la lejanía de la locación del rodaje. Como el ambiente era tan hostil y en la película hay planos secuencias de larga duración y mucho movimiento, debían planificar todo con antelación y utilizar un equipo de filmación reducido.
Años antes de rodar, los realizadores habían ido al pueblo para hablar con los habitantes y averiguar qué era lo que a ellos les interesaba que sea filmado. Durante su estadía le llamó la atención la brecha generacional entre padres e hijos. Ningún minero quiere que su hijo siga su profesión, es por eso que los incitan a marcharse a las grandes ciudades desde muy jóvenes. Cuando ellos vuelven ya no se identifican con sus raíces.
El director señaló que hay un grupo de residentes que no trabajan en la mina y que son más bien los pandilleros del lugar. Russo comentó que le interesó juntarse con estas personas y que, gracias a ello, conoció a Julio César Ticona, quien inspiró e interpretó al personaje de Elder Mamani en la película.
Cuando se les preguntó a los mineros qué es lo que consideraban que debería estar incluido en la película ellos contestaron “la brecha generacional, el folclore y las fiestas locales y los viajes”. Este último punto era importante debido a que mostraba que los trabajadores también tienen momentos de recreación.
El cineasta quiso retratar la vida de estos personajes en clave de ficción libre y sin seguir la estructura del guion clásico. Afirmó que era necesario filmar sin seguir modelos narrativos hegemónicos sino crear uno que siguiese su propia línea. Más que contar una historia, el objetivo era dar una sensación física.
Para armar el elenco se organizó un casting del cual participaron unas trescientas personas, de las cuales la mayoría eran trabajadores de la mina y habitantes del pueblo. Russo afirmó que era importante que los participantes no se convirtieran en actores sino que fuesen ellos mismos y que en la película dejaran plasmada su idiosincrasia. Donde se ve claramente esto es en el lenguaje: lo mineros hablan de la forma en que lo hacen en su cotidianidad.
El director afirmó que al haberse acercado a los mineros combatió un prejuicio de clase que supone que estas personas no tienen inclinación artística. Russo comentó que, de hecho, varios de los actores son músicos y que uno de ellos es fotógrafo y ayudó en el proceso de postproducción. Muchas personas querían participar frente a las cámaras, como fue el caso de Anastasia Daza López, quien interpreta al personaje de la abuela. Ella se enteró por la radio que se estaba rodando una película y se acercó a la producción para participar.
Si bien la película es ficción, contiene elementos de documental. Russo decidió evitar el uso de los contraplanos para dejar en su mayoría primeros planos en los cuales parezca que el personaje interpela al espectador.
Cuando se le preguntó a Russo por sus referentes cinematográficos respondió que uno de ellos es el neorrealismo italiano debido a que comparte con este la necesidad de sacar la cámara a la calle. Él, como cineasta boliviano, siente que hay muchas cosas por mostrar.
Calavera es una expresión antigua que en Latinoamérica se utiliza para denominar a los jóvenes que no quieren sentar cabeza, que es justamente lo que le ocurre a Elder Mamani. Por otro lado, Russo afirmó que además, era necesario un título que se relacione con la muerte ya que los mineros se enfrentan a ella todos los días de trabajo. Además, el título referencia a la película de Luis Buñuel El gran calavera, que también trata sobre un alcohólico –valga la redundancia– calavera. La diferencia entre su película y la del director español es que la segunda está protagonizada por un millonario.
La nota original fue publicada en el blog de Talents Buenos Aires el día martes 25 de abril de 2017.