Nosferatu (Nosferatu, eine Symphonie des Grauens, 1922)
Luego de la Primera Guerra Mundial, Alemania se vio sumida en una crisis social, política y económica sin precedentes. El cine nacional, pese a encontrarse en un contexto adverso, floreció con un esplendor inesperado al punto de que varias de los films producidos en esta época son considerados un clásico infaltable en los manuales de historia del cine. Dentro de estos títulos, uno de mis favoritos es sin duda Nosferatu, dirigida por F.W. Murnau. Esta película, basada en el libro Drácula (Dracula) de Bram Stoker (aunque con algunas alteraciones para evitar pagar derechos de autor), narra la historia de Hutter, un empleado inmobiliario que es enviado a Transilvania para cerrar un convenio con el Conde Orlock. Hutter, sin sospechar que el excéntrico aristócrata es un vampiro, le vende una propiedad en frente de su propia casa. Una vez firmado el contrato el conde se embarca rumbo a su nueva vivienda sembrando la muerte en cada sitio que pisa. Nosferatu es un ser nocturno que acecha a sus víctimas desde las sombras, debido a que la luz diurna es su enemigo mortal. Esta lucha entre luz y oscuridad –o en otras palabras, entre el bien y el mal– es remarcada en la fotografía a través del fuerte contraste del blanco y el negro.
Ya sea por su belleza pictórica o la gran influencia que tuvo en el género de terror, Nosferatu es por lejos una película que todo amante del cine debería darse el gusto de ver.
Por Karina Korn
Psicosis (Psycho, 1960)
De todas las películas que Alfred Hitchcock tuvo la oportunidad de dirigir, Psicosis es quizás la más conocida… y la más polémica de todas ellas, ya sea desde la historia que narra hasta cómo fue concebida. El film es una adaptación del libro homónimo de Robert Bloch, quien en 1959 ya hacía lo mismo que George R.R. Martin con su saga literaria Canción de Hielo y Fuego (A Song of Ice and Fire): introducía personajes simpáticos y los mataba rápidamente. Esto creaba en el espectador una sensación de inquietud y ansiedad, y era una forma de narración poco común para la época. Hitchcock mantuvo esta premisa a través de tres decisiones: según cuenta la leyenda, pidió que se retirara de la venta el libro que podía revelar el final a sus espectadores; segundo, impidió que los mismos ingresarán a la sala una vez empezada la función; finalmente, asesinó al personaje principal en la mitad de la película (algo inaudito para el momento), lo que generó esa misma sensación de incertidumbre que en el libro.
La infame escena de la ducha en la que Marion Crane pierde la vida es considerada como la escena más terrorífica en la historia del cine. Parte de su efectividad es debido a la forma en la que está editada, utilizando técnicas de montaje soviético: una sucesión de planos que se alternan entre el cuerpo de la protagonista, una mujer manipulando un cuchillo frente a la cámara y sangre en el piso de la bañera que dan a entender (sin mostrar realmente) cómo se comete el asesinato. Asimismo, la gran banda sonora de violines chirriantes compuesta por Bernard Herrmman logran que el espectador esté en el borde de la butaca durante el resto del film.
Por Delfina Moreno Della Cecca
El conjuro (The Conjuring, 2013)
Un matrimonio con sus cinco hijas se acaban de mudar a un nuevo hogar. Sin embargo, al poco tiempo de instalarse la familia comienza a experimentar hechos poco convencionales. Diversas señales nos van sacando del universo cotidiano para introducirnos en el terror. Hay un poco de todo: fantasmas, voces extrañas, posesiones, suicidios, intentos de asesinato, espíritus endemoniados, brujas, exorcismo y mucho suspenso. Por otro lado, la ambientación en la década de los setenta le da un colorido especial e inusual para los films de este género. El vestuario y la música recrean la época y resaltan al contrastar con lo tétrico de la historia.
Lo mejor es el trabajo de suspenso que comienza con primeros planos que no se centran en los rostros, de modo que dejan ver lo que se esconde a sus espaldas. Hacia el final, la cámara se libera al igual que las fuerzas del mal. Todo esto convierte a este film en un compendio de terror que va siempre en aumento. Y que, por supuesto, en el desenlace deja la puerta abierta a un nuevo comienzo.
Por Laura Ormaechea
Arrópame (Tuck Me In, 2014)
Un padre se despide de su pequeño hijo antes de dormir, pero de pronto algo inesperado ocurre que trastoca los límites de lo normal e introduce el horror dentro de lo cotidiano. Con una trama brevísima pero eficaz, Arrópame logra en un minuto perturbar verdaderamente al espectador. El español Ignacio Rodó lleva a escena el más popular miedo infantil: la idea de que el dormitorio puede transformarse en refugio de lo aterrador y desconocido durante la noche. Esta historia condensa en sesenta segundos, sorpresa y miedo utilizando escasos recursos que abren múltiples preguntas.
Este corto es una adaptación de un microcuento de Juan J. Ruiz, el cual surgió bajo la premisa “¿Cuál es la mejor historia de terror que se puede contar en dos frases?”. La obra de Ruiz fue bien recibida por el Festival Internacional de Cortometrajes Filminute, quien nombró a Arrópame como el ganador. Debido a su aterradora simpleza debe ser vista por los amantes del género.