¡Atención! El siguiente artículo devela importantes partes de la trama
COMPETENCIA INTERNACIONAL
Si existe un momento propicio para rememorar el pasado y reflexionar sobre el futuro, esa es la última quincena de diciembre. Será por la influencia del entorno mágico que crean las luces navideñas; tal vez las anécdotas en reuniones familiares, o quizás la proximidad de un nuevo año: sea cual sea el motivo, en esta época es frecuente que evoquemos nuestros pasados… y algo de esto sucede en La reconquista, film del director español Jonás Trueba, cuya producción cinematográfica es una presencia casi constante en los festivales de cine más importantes del mundo.
Manuela (Itsaso Arana) y Olmo (Francesco Carril) se encuentran al atardecer de una fría noche madrileña luego de años sin verse. Ella está radicada en Buenos Aires y ha regresado para pasar las fiestas en un ambiente más familiar, ya que le resulta extraña la calurosa Navidad argentina. Él ha vivido siempre en Madrid y está en pareja (Auda Garrido), con quien acaba de mudarse.
La reconquista es un film que sutilmente habla sobre el tiempo: el tiempo perdido y el tiempo recuperado. Manuela y Olmo hablan de sus vidas e intentan ponerse al día: ella es actriz y tuvo una relación duradera con otro hombre; él se gana la vida traduciendo libros y le gustaría tener un hijo con su novia. Sin embargo, la película también construye un triple tiempo gracias al poder de la memoria y la imaginación: uno en el cual podemos vivir el pasado ya pisado, el presente tan fugaz y momentáneo, y el futuro que soñamos durante las noches solitarias.
La película está dividida en tres partes. En la primera, Manuela y Olmo rememoran su noviazgo adolescente gracias a una carta que él le escribió a los quince años, y que ella encontró recientemente. Al principio él recuerda haberla escrito, pero no se reconoce en su contenido. Así abren una grieta al pasado que les permite reflexionar sobre la idea del amor y de su relación en particular, sobre todo, en cómo los condicionó en la adultez, mientras giran de bar en bar en la fría noche de Madrid. Hacia el final de la velada, la grita se habrá convertido en una puerta.
La segunda parte se inicia con un largo travelling –es decir, un movimiento de cámara en la que esta se mueve para seguir a un personaje– de Olmo montado en su moto camino al hogar, donde conversará con su novia sobre su noche. Esta secuencia es la más cómica en todo el film y sirve, en cierta medida, como un intermezzo hacia la tercera parte.
Olmo cae en su cama rendido del cansancio, y todo lo que La reconquista presenta a partir de allí, bien podrían ser sus recuerdos en sueños. Él y Manuela tienen quince años y están por darse su primer beso. Se escriben cartas y usan palabras grandilocuentes, como todo amor adolescente. Las preguntas que se hacen son profundas y denotan una preocupación constante por el futuro, o sea, por cómo serán sus vidas quince años después.
Jonás Trueba gusta de utilizar la música como algo más que acompañamiento. Así como hizo en Los exiliados románticos (2014), su anterior film, en La reconquista las canciones están fuertemente ligadas a la idea que se narra. Así nos encontramos con títulos como Somos siempre principiantes de Rafael Berro –quien tiene una breve participación como el padre de Manuela–, cuya letra complementa se encarga de poner en palabras aquello que les sucede a los personajes. La agudeza de Trueba en su elección musical radica en usarlas no sólo como escolta de algunas escenas, sino en colocarlas en otras para permitir así una posterior reflexión sobre las palabras.
Desde lo visual, en la primera parte predominan los rojos y azules oscuros, tonalidades típicas de cualquier sucucho donde se escuche música y se beba alcohol, mientras que, en la segunda, los tonos de la imagen son más cálidos e iluminados, propios no sólo de la estación en la que ocurre la historia, sino también del ciclo de la vida. La adolescencia, vista en retrospectiva, es un lugar idílico y lleno de luz.
“Es una película sobre el pasado o sobre el futuro, depende de cómo lo mires” dice la voz en el trailer del film. Es una historia contada desde la sencillez, sobre las ilusiones tenidas y las ilusiones perdidas, sobre las palabras dichas y las palabras escritas, y, especialmente, sobre cómo el paso del tiempo nos da la sensación de querer volver a ir allí, hacia lo que ya vivimos, para de alguna manera, reencontrarnos, reconquistarnos. “Preferí quedarme con la sensación de que las historias no terminan” dice Manuela en el inicio del film, y en este sentido –spoiler alert!– La reconquista es una narración que elige no finalizar la historia que decidió contar: eso ya es deber de cada espectador.
Trailer
Título original: La reconquista.
Año: 2016.
País: España.
Dirección: Jonás Trueba.
Guión: Jonás Trueba.
Fotografía: Santiago Recaj.
Reparto: Itsaso Arana, Francesco Carril, Aura Garrido, Candela Recio y Pablo Hoyos.
Producción: Los ilusos films / Movistar+ / RTVE.
Duración: 108 minutos.