People That Are Not Me, su ópera prima, trata sobre la soledad, la incomunicación y la intimidad. Joy —encarnada por la propia Aroya— comparte su cama con diferentes hombres, pero nada de lo que sucede allí logra satisfacer las necesidades sentimentales de la joven.
¿Fue difícil dirigir y actuar al mismo tiempo?
No. Por un lado la mayoría de la película está filmada en locaciones pequeñas y solo éramos un personaje masculino y yo. Por otro, fue fácil porque lo habíamos ensayado mucho, no tuve que dirigirme porque sabía lo que quería lograr. Yo estaba segura en cuanto al propósito de cada escena y me dejaba llevar de forma natural. En cuanto a las escenas como las del boliche, donde había más personas frente a la cámara, fueron un poco más complicadas. En esos momentos me sentí muy estresada, pero tenía otra persona que me ayudaba a dirigir. También los actores me tranquilizaban: en lugar de calmarlos yo a ellos, ellos me daban ánimos a mí [risas].
¿Cómo fue el trabajo con el resto del equipo?
Hace algunas décadas los directores de cine eran como dictadores, pero hoy ya no es así. No es necesario ser tan duro y creo que esa forma de conducirse ha terminado. La gente con la que trabajé son todos amigos que conozco desde hace mucho tiempo. Siempre antes de los ensayos dedicamos una hora a hablar de nuestros problemas personales. Me parece importante generar una cercanía con la gente del staff porque de esa forma se puede lograr transmitir esa intimidad en la pantalla. Por eso sólo trabajo con gente con la que me puedo llevar bien y comunicar en un nivel más profundo.
¿Por qué elegiste interpretar al personaje principal vos misma?
Al principio, este film iba a ser un corto de graduación que iba a estar protagonizado por otra persona. Yo no soy actriz y no lo quiero ser; nunca fue un objetivo. Trabajé con una actriz por unos meses, pero no funcionó para ninguna de nosotras; entonces me di cuenta que tenía que hacerlo yo misma. Esta decisión se tomó dos semanas antes de comenzar a rodar. Yo estaba muy asustada, pero mi asistente de dirección me calmó diciéndome que era una buena decisión. Mirándolo en retrospectiva, fue bueno que hayamos ensayado con otra actriz, de esa manera pude ver al personaje desde afuera y entenderlo desde una perspectiva que no hubiese podido de otra forma.
¿Qué aspectos de tu personalidad ves reflejados en Joy?
Se asemeja a mí cuando tenía 24 o 25 años. A esa edad, gasté demasiada energía tratando de impresionar a personas que no me eran significativas. Eso estaba relacionado con la juventud y la falta de confianza. Joy, para sentirse completa, necesita la aprobación de los demás.
¿Por qué elegiste titular tu película People That Are Not Me?
No es por una razón específica. Quería que el título no fuese denso, sino más bien liviano y joven. También era necesario que fuese en primera persona porque es un film muy personal. Tiene que ver con la imposibilidad de comunicarse. Hoy en día estamos demasiado pendientes de nosotros mismos, muy autoconscientes de una forma muy narcisista. La generación de nuestros padres estaba menos preocupada por estas cuestiones en comparación con la nuestra. No quiero hablar de la cultura de la selfie, Facebook, Instragram y todo eso, pero estamos muy preocupados por nuestra imagen, es una característica de nuestra generación. People That Are Not Me (“gente que no es/soy yo”) toca cuestiones acerca de cómo otras personas me ven, qué piensan de mí… probablemente nada, están pensando en ellos mismos.
¿Es una película que retrata una generación?
Sí, es sobre una generación que no está satisfecha y que busca la aprobación de los demás para validarse. Es una película sobre la soledad.
La soledad también está reflejada en las escenas de sexo. Pareciera que, en los momentos de mayor intimidad, los personajes no logran conectarse. La forma en que estos momentos son retratados es muy explícita y honesta.
Me gustan las películas realistas y eso es lo que intento lograr. Me gusta cuando parecen documentales pero también son cinematográficas y auténticas. Mi intención no fue ni excitar al público ni incomodarlo, sino mostrar algo realista. El sexo tiene que ser filmado de forma natural. Es patético cuando la fantasía se lleva a la realidad. Esto lo ves, por ejemplo, en el momento en que Nir cumple su fantasía: es aterrador, no sabe qué hacer, se siente incómodo y se marcha.
¿Cómo es ser una mujer cineasta en una industria que es mayormente masculina?
Desde que comencé a estudiar cine, me di cuenta que es una industria mayormente masculina y nunca entendí por qué. Comprendo que hay ciertos puestos que por cuestiones técnicas son sólo ocupados por hombres. Algunos trabajos implican cargar peso, como ser camarógrafo o encargado de iluminación; no suelen ser espacios ocupados por mujeres. A lo que nunca hallé explicación es por qué hay pocas mujeres directoras. De hecho, me parece que es un rol más femenino que masculino, ya que nosotras somos más sensitivas; vemos las cosas de forma diferente y nos es más fácil reflejarlo en el arte. En Israel hay muchas mujeres directoras, estoy muy feliz y orgullosa de eso.
¿Hay alguna directora que consideres influyente en tu cine?
Me gusta mucho Ronit Elkabetz. Ella también dirige y actúa en sus films. Es una diva; cuando entra a un cuarto nadie puede ignorar su presencia. Durante el rodaje de mi película, cuando me sentía asustada por las escenas de sexo, pensaba en ella y cómo Elkabetz lo haría porque es fuerte y confiada. También Maren Ade tiene varias películas que me gustan.
¿Y alguna película que te parezca significativa?
La vida de Adèle (La Vie d’Adèle — Chapitres 1 et 2, 2013) fue una gran influencia para mí por la forma de ser de Adèle. Ella es auténtica, la siento viva, puedo olerla. Es intensa; cuando ama lo hace completamente. Me encanta esa clase personas, tanto en el cine como en la vida real. Además, me gusta que las escenas de sexo estén filmadas de forma realista. La mayoría de las veces, odio cuando directores masculinos dirigen a las actrices cuando hacen de lesbianas, pero en este caso se ha hecho un gran trabajo.
RECOMENDACIONES
Un álbum: Anti de Rihanna.
Un viaje: Una visita a Tel Aviv.
Un libro: Una amiga estupenda de Elena Ferrante.
Una película: Paradise: Love de Ulrich Seidl.
Trailer
Título original: Anashim shehem lo ani.
Año: 2016.
País: Israel.
Directora: Hadas Ben Aroya.
Guión: Hadas Ben Aroya.
Música: Yuval Shenhar.
Fotografía: Meidan Arama.
Reparto: Hadas Ben Aroya, Yonatan Bar-Or, Meir Toledano, Netzer Charitt y Hagar Enosh.
Duración: 80 minutos.