Todo sobre mi madre (1999)
Manuela (Cecilia Roth) trabaja como enfermera en un hospital en Madrid, y vive con su hijo Esteban a quien ama y cuida pero le oculta un secreto. El día que Esteban cumple años van al teatro a ver Un tranvía llamado deseo. Impactado por la interpretación de Huma Rojo, él corre tras el auto de la actriz con el fin de conseguir su autógrafo. Desgraciadamente ocurre un accidente automovilístico y el muchacho muere. Manuela, devastada, viaja a Barcelona en busca del padre quien no sabe que ha tenido un hijo. Es en la ciudad catalana que la ex enfermera se rodea de diversos personajes femeninos que cuida y protege como si fueran su propia familia. El mundo de Manuela es retratado con el ojo inconfundible de Pedro Almodóvar quien con su estética particular presenta un film colorido y conmovedor. No nos sorprende que esta película le haya valido al director manchego un Oscar a Mejor Película Extranjera.
Quédate a mi lado (Stepmom, 1998)
Quienes crecieron leyendo Blancanieves, tienen un concepto muy claro sobre cómo son las madrastras: son, por definición, terriblemente malvadas. Sin embargo, en la vida y en las películas, eso no siempre es así. Quédate a mi lado (una pésima traducción del título original, Stepmom, que significa “madrastra”) trata los roces entre dos mujeres: Jackie (interpretada por una siempre brillante Susan Sarandon), una mujer divorciada que dejó su carrera profesional para criar a sus hijos, e Isabel (Julia Roberts), la joven novia de su ex marido (Ed Harris), quien nunca consideró ser madre. Isabel lucha diariamente por ser aceptada por Anna, la hija adolescente, y por lidiar con Ben, el inquieto hijo menor; Jackie, un tanto resentida, procura alimentar el malestar de sus hijos respecto a la novia de su ex esposo. Sin embargo, las cosas se complican cuando este le propone matrimonio a Isabel y cuando Jackie es diagnosticada con un cáncer terminal. Ante tal situación se ven obligadas a compartir la crianza de los niños y, por un momento, crean un vínculo al hablar de sus respectivos miedos: Isabel teme no poder estar a la altura de Jackie como madre, y esta tiene miedo de que sus hijos la olviden. Ante la adversidad, ambas mujeres se unen para enfrentar el futuro, y lo hacen como una familia: una donde hay dos mamás.
Carrie (1976)
Transitar la escuela secundaria es difícil, y para Carrie White (Sissy Spacek) lo es aún más debido a que sus compañeros la rechazan, y que su madre es una fanática religiosa. El hostigamiento es doble: por un lado, están los crueles estudiantes y por el otro, Margaret White (Piper Laurie), quien le reprocha a su hija que su menstruación es causada por sus pecados. Sin embargo, Carrie tiene un arma para defenderse: poderes telequinéticos. El clímax del film es alcanzado en la escena del baile de graduación, cuando Carrie es víctima de una broma que termina en desgracia. Este film, adaptación de la novela homónima de Stephen King, es una película de terror que, a causa del tiempo y el avance tecnológico en lo que respecta a los efectos especiales hoy en día, no causa miedo. Lo que realmente provoca espanto es la madre controladora a la que nadie en su sano juicio querría como pariente.
Un viernes de locos (Freaky Friday, 2003)
Por un lado, una hija adolescente que toca en una banda de rock y por el otro, una madre psicóloga y estructurada. Cómo es de esperarse la convivencia no es fácil ya que cada una pareciese hablar un idioma diferente. Luego de una pelea, la encargada de un restaurante chino les ofrece una galleta de la fortuna que va a desencadenar un hechizo inesperado. Anna Coleman (Lindsay Lohan) y Tess (Jamie Lee Curtis) despiertan al día siguiente para darse cuenta que sus cuerpos fueron intercambiados. Este es el puntapié para una serie de eventos cómicos que lleva a que ambas deban –literalmente– estar en los zapatos de la otra.
Enredados (Tangled, 2010)
La madre de esta historia es un dibujo animado, pero no por ello es menos temible. En uno de esos típicos reinos que existen sólo en las películas de Disney, “Mother” Gothel ha usado las propiedades de una planta mágica para verse joven. Sin embargo, la reina de dicho país enferma estando embarazada, y su única esperanza reside en los poderes curativos de la planta. Los soldados la encuentran y la reina se cura, y pronto da a luz a una princesa con el cabello dorado, Rapunzel. Mother Gothel entra en el castillo a medianoche, con la intención de recuperar la flor, pero descubre que el pelo de la niña posee los poderes y que al cortarlo, se pierden, por lo que decide secuestrarla y criarla como propia. Rapunzel vivirá encerrada por muchos años en una torre, alimentando la juventud de su captora, y deseando conocer el mundo exterior, algo que su madre prohíbe tajantemente con la excusa de que es “por su propio bien”. En este sentido, la canción Mother Knows Best (Sabia es mamá en su versión en español latino) es sencillamente aterradora.
Roma (2004)
Joaquín, un escritor argentino radicado en España, escribe su autobiografía con la ayuda de un joven aspirante a periodista. Esta excusa narrativa nos permite entrometernos en sus vivencias, desde la infancia marcada por la muerte del padre hasta la adultez en el exilio, pasando por una adolescencia rebelde. Joaquín pertenece a una generación atravesada por el mundo del jazz, la cinefilia, la experimentación sexual y la militancia universitaria. Durante su juventud no tiene un trabajo fijo ni una relación amorosa estable, hechos que en ningún momento son reprochados por su madre. Roma (Susú Pecoraro) es el ejemplo de amor incondicional capaz de darlo todo para apoyar los sueños de su hijo: “mi madre vivía para mí y yo vivía para mi” cuenta Joaquín cuando revisa su pasado. El film entero es un homenaje a la madre que no coarta la libertad de sus hijos ni les impone un camino a seguir, sino que lo incita a que sea feliz a su manera aunque eso implique estar a un océano de distancia.
Mamá (Mama, 2013)
Dirigida por el argentino Andrés Muschietti en base a su propio corto de 2010, este film de terror narra la historia de dos niñas –Victoria y Lilly Desange– luego de ser encontradas en una cabaña abandonada en el bosque. Su padre, un agente de bolsa que perdió toda su fortuna, asesinó a sus socios y a su esposa, para luego llevar a sus hijas hasta el desolado lugar, también con la intención de matarlas. Sin embargo, una extraña figura salva a las niñas. Al ser rescatadas cinco años después, nadie puede creer cómo es que han sobrevivido, y son dadas en adopción al hermano gemelo de su padre (interpretado por Nikolaj Coster-Waldau) y su novia Annabel (Jessica Chastain). Si bien Victoria, la mayor, comienza a interactuar con ambos adultos, Lilly mantiene un comportamiento “salvaje” y se rehúsa a acostumbrarse a la vida doméstica. La extraña figura se hace presente en la casa y Victoria le dice a Annabel que “mamá está celosa”. Ante esto, la mujer le pide a un psiquiatra que indague un poco sobre la situación, y así descubre que “mamá” no es imaginación de las niñas sino el fantasma de una mujer que fue internada en un asilo y separada de su bebé, un siglo atrás. La mujer logró escapar y recuperar a su hijo, pero fue perseguida y saltó por un acantilado. En la caída, el bebé se enganchó en una rama y falleció, y el desolado fantasma –sin saber este hecho– ha estado buscando a su hijo durante todos esos años en el bosque, hasta encontrar a las hermanas Desange… sólo para que alguien se las volviera a arrebatar. Es por ello que pretende recuperarlas cueste lo que cueste: una madre de terror.
La habitación (Room, 2015)
Room le llama Joy (Brie Larson) al mundo donde viven ella y Jack (Jacob Trembley), su hijo de cinco años. Literalmente, es una habitación, y ella logra que el niño crea que todo lo demás –lo que ven en la televisión y la única ventana que da al cielo– no existe. Pero eso no es verdad. Joy fue secuestrada siete años antes por un hombre que abusa de ella constantemente mientras Jack se esconde en un clóset. Joy intenta por todos los medios posibles que su hijo tenga una vida normal, pero un día Jack vence su curiosidad y sale del armario para interactuar con el captor. Ante el temor de lo que pudiera ocurrir, Joy le explica que “la habitación” no es todo el mundo, que hay más cosas para ver y por las que vivir. Jack no le cree al principio, pero acepta fingirse enfermo y luego muerto, para que el hombre lo saque de la casa con el objetivo de deshacerse de su cuerpo. Una vez en la camioneta, el niño escapa y logra llamar la atención de un vecino. Joy es rescatada y ambos comienzan con la difícil tarea de adaptarse a la inmensidad del mundo real. Es una historia realmente impactante, y Brie Larson –que se llevó el Oscar a Mejor Actriz en la última edición de los premios– logra caracterizar de una manera increíble a esta joven madre de veinticuatro años. Nosotros le daríamos el Oscar a Mejor Mamá.