Arya se convierte en nadie
Uno de los puntos más flojos de la serie fueron los capítulos donde aparecía Arya en el difícil –y aburrido– entrenamiento para convertirse en uno de los faceless men, esta misteriosa agrupación a la que pertenece Jaquen H’ghar. La historia pareció no avanzar hacia ninguna parte durante mucho tiempo hasta que Arya se niega a asesinar a una actriz a pedido del Many Faced God, lo que implica que su vida debe ser ofrecida en su lugar, y The Waif (un personaje que en los libros se llama Niña Abandonada) sale a buscarla. Arya salva su vida asesinando a The Waif, y Jaquen considera que finalmente ha logrado convertirse “en nadie”. La respuesta de la joven es todo lo que esperábamos los fans: “una niña es Arya Stark de Winterfell, y me voy a casa”.
Sonsa no more
Sansa Stark siempre fue uno de los personajes más insoportables de la serie, a tal punto que “Sonsa” parecía quedarle mejor. Sin embargo, durante la sexta temporada ha probado que el mote ya no le sienta, y de a poco, ha encontrado su fuerza interior. Desde el momento en que escapa el yugo de Ramsay Bolton y acepta los servicios de Brienne de Tarth, Sansa comienza un recorrido de afianzar lo que ha aprendido a partir de todas las malas experiencias vividas.
Sansa nos prueba finalmente que está lista para “jugar el juego de tronos”, algo que antes hubiera sido impensado: primero, oculta el apoyo de los Caballeros del Valle a Jon porque él no le presta atención a la hora de pensar los movimientos de los Bolton. Esta decisión es la que asegura la victoria Stark. Segundo, notamos un carácter decidido y frío a la hora de dirigirse a Ramsay: “tus palabras desaparecerán, tu Casa desaparecerá, tu nombre desaparecerá, todos los recuerdos sobre ti desaparecerán”. Es una de las escenas más significativas a la hora de explicar lo mucho que creció el personaje de Sansa: a él lo matan sus propios perros y ella, en vez de desviar la mirada como hubiera hecho en otras épocas, la mantiene fija en él por unos momentos, para luego irse. Finalmente, admite que sólo un tonto confiaría en Littlefinger. Papá Ned estaría orgulloso.
Justicia poética: Walder Frey, Roose y Ramsay Bolton
En la vida real no siempre vemos vencidos a los malos. Sin embargo, si en algo podemos confiar es que en Game of Thrones no importa cuán limpia o sucia esté tu consciencia: es probable que mueras de todas formas y que dicho acontecimiento sea horrendo. En el caso de Walder Frey y la dupla padre/hijo Bolton, sus muertes son hermosamente poéticas: el karma volvió para morderlos en el trasero.
Roose Bolton: es asesinado por su propio hijo de la misma forma que él mata a Robb Stark en la Boda Roja. Asimismo, la esposa de Roose y su recién nacido bebé son alimento de los perros de Ramsay, quien se asegura así de ser el Bolton al poder. Sin embargo, debería haberse preocupado por alimentar a sus perros con otro tipo de comida (¿acaso no existe el Dog Chow en Westeros?), porque la siguiente comida de los chichos fue… él mismo.
Walder Frey: muere en manos de Arya Stark (en una escena donde terminamos de comprender el recorrido de su personaje porque la vemos hacer uso de las habilidades adquiridas para ser “nadie”), no sin antes comerse una rica porción de tarta… rellena de sus propios hijos. La venganza es un plato dulce que se sirve frío, maldito squib.
Algunos héroes sostienen puertas y otros las abren
En esta temporada tuvimos la pérdida de dos personajes gigantes: Wun Wun y Hodor. No podemos evitar soltar una lágrima cuando alguien nos tiene la puerta en el ascensor. Hodor es uno de los personajes más queridos de la serie y se ganó el cariño de la audiencia a pesar de sólo pronunciar su nombre. Sin embargo, en uno de los mejores capítulos de la temporada, vemos que Hodor no siempre se llamó así, sino Wyllis, y que su comportamiento tiene una explicación: en pleno escape de los white walkers, Bran debe ingresar en la mente de Hodor para que ayude a Meera con el escape, mientras él mismo está en un viaje temporal en Invernalia donde vemos a un joven Walder. Hodor se sacrifica por sus amigos sosteniendo la puerta cuando Meera le grita “Hold the door, hold the door!”, y dada la conexión mental con Bran en su trance, el joven Walder ve su propia muerte, lo que le genera un ataque: comienza a gritar dichas palabras hasta deformarlas en “Hodor”. Este capítulo fue uno de los mejores de la serie, y la valiente muerte de Hodor fue una directiva expresa de GRRM.