Desde los primeros minutos del film, que funcionan como prólogo, entendemos que la narración romántica mantiene un hilo conductor de fondo: la exploración sobre el ruido. Caída del cielo trabaja sobre este concepto en un sentido amplio: tanto desde el punto de vista sonoro como sus derivaciones simbólicas. El ruido es un sonido fuerte e inarticulado, a la vez que una perturbación en la cotidianeidad de los personajes.
La primera exploración –y tal vez la más evidente– es la que tiene que ver con la exacerbación de los sonidos cotidianos: el goteo del agua, el crujido de un mueble al moverse, el murmullo de la ciudad. Todos estos elementos actúan como exteriorización del estado de perturbación anímica de Alejandro. La sensación que prima en el espectador es la de tensión, algo extraño si se piensa que ante todo estamos frente a una comedia romántica. El personaje es pequeño frente al mundo que lo sobrepasa y a los sonidos que lo envuelven. Hasta el más mínimo chirrido habitual aparece como un estruendo y la única escapatoria es tocar la batería. La solución al caos del sonido ordinario es el sonido articulado pero liberador de un instrumento musical.
El polo opuesto también aparece: el personaje de Peto Menahen es sonidista y trabaja como guardián del silencio de una obra de teatro experimental. Si el conflicto con el exceso de sonidos es una metáfora de la confusión, su falta se experimenta como soledad y melancolía. El equilibrio, tanto sonoro como psicológico, es problematizado.
Tal como el titulo lo indica, la solución a los conflictos internos del protagonista aparece como caída del cielo cuando, inesperadamente, Julia se desploma en su jardín. Aquí comienzan a tejerse una serie de interrogantes en su cabeza –¿se cayó? ¿se arrojó en un intento de suicidio? ¿dónde vive? ¿a qué se dedica?– que lo alejan de la tensión inicial. Esta situación modifica completamente el equilibrio –o desequilibrio– de su vida, a la vez que da lugar a una serie de malentendidos. La comedia se apodera de la escena a partir de la relación de esta pareja dispareja a la que se le suma, en una pequeña participación, Sebastián Wainraich como Ignacio (ex de Julia). Sin embargo, el concepto de ruido permanece de fondo, esta vez pensado como una forma de equívoco en la comunicación, que finalmente es el escollo principal para poder lograr el final feliz de estos jóvenes cuarentones.
Trailer
Título original: Caída del cielo
Año: 2016
País: Argentina
Director: Néstor Sánchez Sotelo
Guion: Leonel D’agostino, Martín Blasco, Nancy Giampaolo
Fotografía: Diego Robaldo
Música: Pablo Sala
Reparto: Muriel Santa Ana, Peto Menahem, Sebastián Wainraich, Karina K, Hector Eduardo Díaz.
Productora: Del Toro Films
Duración: 77 minutos