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El salvaje y silencioso oeste

Sin nada que perder (Hell or high water, 2016), excede al western y cuestiona el papel de las corporaciones y los poderes financieros, valiéndose de algunos condimentos propios del género como excusa para repasar el libreto del más fuerte ante el más débil. La ingenua rebelión implica decisiones desesperadas, incluso conociendo el desenlace.

Hell2
Dos her­ma­nos em­pren­den un via­je de­lic­ti­vo sin re­torno para sal­var la casa de su re­cien­te fa­lle­ci­da ma­dre: una se­rie de fu­ga­ces ro­bos en las su­cur­sa­les de un ban­co lo­cal es la úni­ca op­ción via­ble para pa­gar la hi­po­te­ca de la casa de la fa­mi­lia te­xa­na. Toby (Chris Pine) y Tan­ner (Ben Fos­ter) se las in­ge­nian para de­jar po­cos ras­tros y evi­den­cias: se lle­van bi­lle­tes suel­tos que im­po­si­bi­li­tan a los po­li­cías lo­ca­les el ras­treo del di­ne­ro, cam­bian cons­tan­te­men­te de vehícu­lo y rea­li­zan pa­ra­das en el ca­sino para li­qui­dar la pla­ta y apos­tar al azar y la sed del jue­go. Lue­go del se­gun­do robo, el she­riff Ha­mil­ton (Jeff Brid­ges) no se de­ten­drá has­ta en­con­trar­los.

La de­sola­ción del in­te­rior del es­ta­do de Te­xas está bri­llan­te­men­te cap­ta­da por la cui­da­da fo­to­gra­fía. Ári­dos pai­sa­jes y de­sier­tas ru­tas ro­dean a pue­blos ha­bi­ta­dos por un pu­ña­do de par­cos per­so­na­jes. Po­dría pen­sar­se en cien­tos de pe­lí­cu­las que re­tra­tan es­tos tí­pi­cos pai­sa­jes ru­ra­les nor­te­ame­ri­ca­nos, pero el re­la­to gira en torno a un fac­tor que lo tiñe de una fuer­te im­pron­ta crí­ti­ca so­cio po­lí­ti­ca: los ban­cos como ga­ran­tes de la vida de un pue­blo y las mul­ti­na­cio­na­les que des­tie­rran fa­mi­lias en­te­ras. El te­rreno en el que está la casa de la ma­dre de los her­ma­nos es zona de pe­tró­leo y una im­por­tan­te com­pa­ñía ya tie­ne todo lis­to para ini­ciar las ex­ca­va­cio­nes. La his­to­ria en­tre­cru­za de gran ma­ne­ra la dura his­to­ria de los her­ma­nos, uno re­cién sa­li­do de pri­sión y el otro en­fren­tan­do un di­vor­cio, con el con­flic­to que aque­ja al pe­que­ño pue­blo, ais­la­do del mun­do y afec­ta­do por el man­da­to ca­pi­ta­lis­ta.

El film ad­quie­re una cier­ta au­to­no­mía que lo dis­tan­cia de la tra­di­ción más fé­rrea del gé­ne­ro. El con­di­men­to wes­tern re­sul­ta inevi­ta­ble, pero la apues­ta del di­rec­tor y el guio­nis­ta mira por en­ci­ma del ca­non ci­ne­ma­to­grá­fi­co, ape­lan­do a una ac­tua­li­za­da ma­ne­ra de en­ca­rar un gé­ne­ro casi en desuso –sólo unos po­cos wes­terns de la úl­ti­ma dé­ca­da, de cor­te más “clá­si­co”, se han des­ta­ca­do, como Ap­pa­loo­sa o Djan­go sin ca­de­nas-, re­cu­rrien­do a una fuer­te im­pron­ta dra­má­ti­ca atra­ve­sa­da por el con­flic­to po­lí­ti­co y so­cial. El sound­track com­pues­to por Nick Cave y Wa­rren Ellis com­ple­men­ta de ma­ne­ra efi­cien­te con la den­sa at­mós­fe­ra del film.

Con cua­tro no­mi­na­cio­nes a los pre­mios Os­car (in­clu­yen­do me­jor pe­lí­cu­la y me­jor guión), Sin nada que per­der, cap­tu­ra la vida (o lo que que­dó de ella) en la úl­ti­ma gran cri­sis eco­nó­mi­ca nor­te­ame­ri­ca­na. La op­ción ci­vil de­lic­ti­va como acto deses­pe­ra­do y ca­tár­ti­co ad­quie­re au­ten­ti­ci­dad ante el sa­queo de los gran­des gru­pos fi­nan­cie­ros. El pue­blo es tes­ti­go de los ro­bos, pero por mo­men­tos pa­re­ce no ha­ber vis­to nada de lo su­ce­di­do. El si­len­cio es una elec­ción al mis­mo tiem­po que una im­po­si­ción.

Tí­tu­lo ori­gi­nal: Hell or high wa­ter.
Año: 2016.
País: Es­ta­dos Uni­dos.
Di­rec­tor: Da­vid Mac­ken­zie.
Guión: Tay­lor She­ri­dan.
Fo­to­gra­fía: Gi­les Nutt­gens.
Mú­si­ca: Nick Cave, Wa­rren Ellis.
Re­par­to: Ben Fos­ter, Chris Pine, Jeff Brid­ges, Gil Bir­ming­ham.
Pro­duc­to­ra: Film 44 / Odd­Lot En­ter­tain­ment / Sid­ney Kim­mel En­ter­tain­ment.
Du­ra­ción: 102 mi­nu­tos.

Juan Manuel Pasam
Juan Manuel Pasam
Es estudiante avanzado de la carrera de Artes con orientación en música (UBA) y de la Escuela de Música Popular de Avellaneda. Actualmente se desempeña como docente de guitarra, impartiendo clases teórico-prácticas a alumnos de todos los niveles.