El anti San Valentín

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El anti San Valentín

El 14 de febrero se festeja el Dia de San Valentín, es decir, el dia de los enamorados. La ciudad ya está empapelada con corazones, flores, osos, y pétalos. Todo parece teñirse de rosa. Sin embargo, como el Grinch en Navidad, existen los detractores de esta festividad. Tanto por comercial, como por edulcorada, no todos se dedican mensajes de amor en las redes y disfrutar del exceso de dulzura. Para todos los que pertenecemos al grupo anti san Valentín, no queda más que pasar esta fecha, procurando tener la mejor compañía posible: el cine.

Si bien las co­me­dias ro­mán­ti­cas, y las his­to­rias de amor, es­tán a la or­den del día en fe­chas así, no to­das los films en­ca­ran el amor ni la idea de pa­re­ja de la mis­ma for­ma. Al­gu­nas pa­re­jas pa­re­cen en­ca­rar la an­tí­te­sis del ro­man­ce.

blue valentine poster

Blue Va­len­ti­ne (2010) re­fle­ja una de esas re­la­cio­nes que es­ca­pan al es­te­reo­ti­po holly­woo­den­se de ro­man­ce. Su di­rec­tor, De­reck Cian­fran­ce, eli­ge re­tra­tar el des­mo­ro­na­mien­to de un amor, ape­lan­do a los re­cuer­dos de su ini­cio. Si para San Va­len­tín se tien­de a creer que el amor pue­de ser me­ta­fo­ri­za­do me­dian­te co­ra­zo­nes y co­lo­res ro­sas, aquí se mues­tra otra gama de co­lo­res para ello. El amor no es solo ro­man­ce, es per­se­ve­ran­cia, fa­mi­lia y tiem­po. Es de­sen­can­to y amar­gu­ra. Y es vol­ver a in­ten­tar­lo cada vez. Es un amor real. Es un San Va­len­tín azul y tris­te a la vez, am­bas son las tra­duc­cio­nes para la pa­la­bra blue, y am­bas pa­re­cen con­ju­gar aquí.

Los pri­me­ros pla­nos de sus ros­tros, tan­to de es­pal­da como de fren­te, pa­re­cen que­rer de­cir algo: que el amor no es co­mer en­tre co­ra­zo­nes, que hay desamor ahí den­tro, en el cen­tro mis­mo del co­ra­zón. Que los si­len­cios y las dis­tan­cias tam­bién for­man par­te de las re­la­cio­nes, pero eso no es lo que se ce­le­bra. Cindy (Mi­che­lle Wi­lliams) y Dean (Ryan Gos­ling) son el anti San Va­len­tín ya que mues­tra lo que na­die quie­re ver: el re­ver­so de la pa­sión. Sin em­bar­go, es el lado más ho­nes­to y des­car­na­do de una re­la­ción. Cada dia­lo­go pa­re­ce que va a ge­ne­rar una pe­lea y se sien­te la ten­sión.

Un caso si­mi­lar es el del mu­si­cal The last five years (2014), en don­de la na­rra­ción co­mien­za con el fi­nal de la pa­re­ja pro­ta­gó­ni­ca. La jo­ven Cathy (Anna Ken­drick), co­mien­za el re­la­to la­men­tan­do el amor per­di­do con una can­ción que nos hun­de, como es­pec­ta­do­res, en la an­gus­tia; lue­go, Ja­mie (Je­remy Jor­dan) cuen­ta des­de su pers­pec­ti­va el ini­cio del amor. La in­co­mu­ni­ca­ción, la mez­quin­dad, los ce­los y la en­vi­dia son los fac­to­res que obs­ta­cu­li­zan el ro­man­ce a ni­vel de la in­tri­ga. Pero aque­llo que ver­da­de­ra­men­te im­po­si­bi­li­ta la pa­re­ja es la di­so­cia­ción de sus pun­tos de vis­ta y la opo­si­ción de sus tem­po­ra­li­da­des. Cathy plan­tea un re­la­to en re­tro­ce­so, mien­tras Ja­mie lo hace de ma­ne­ra evo­lu­ti­va. Esto no es solo una for­ma na­rra­ti­va dis­tin­ta, sino que mues­tra, des­de la es­truc­tu­ra mis­ma de la cin­ta, la dis­tan­cia afec­ti­va en­tre los pro­ta­go­nis­tas

Sin em­bar­go las pa­re­jas mal­tre­chas no son lo úni­co que per­tur­ba el pai­sa­je rosa y má­gi­co de San Va­len­tín, tam­bién es­tán los sol­te­ros y los re­cha­za­dos. The lobs­ter (2015) re­fle­ja, en el mar­co de una pe­lí­cu­la de cien­cia fic­ción, la pro­ble­má­ti­ca de aque­llos que no es­tán en pa­re­ja. En un fu­tu­ro dis­to­pi­co, los sol­te­ros son lle­va­dos a un cen­tro de reacon­di­cio­na­mien­to en el que de­ben en­con­trar una pa­re­ja o con­ver­tir­se en ani­mal. Aquí la pro­ble­má­ti­ca del amor, que de­be­ría ser una elec­ción de la es­fe­ra de lo pri­va­do, se tor­na un asun­to de es­ta­do. Se for­ma­li­za un sis­te­ma que obli­ga a em­pa­re­jar­se. En este film del di­rec­tor grie­go Yor­gos Lant­hi­mos, se lle­va has­ta el ex­tre­mo un con­flic­to cul­tu­ral muy pre­sen­te -aun­que no al ni­vel del film- que es pen­sar al sol­te­ro como el ex­ce­den­te, aque­llo que so­bra, aque­llo que des­ba­lan­cea las cuen­tas.

Cada una de es­tas his­to­rias pue­den ser una op­ción para es­ca­par de esta fes­ti­vi­dad, e in­vi­tan a cor­tar con tan­ta dul­zu­ra.

Laura Ormaechea
Laura Ormaechea
Es estudiante avanzada de la carrera de Artes Combinadas de la UBA. Complementó su formación participando de los seminarios “Entre el arte y la política: la gran guerra y las transformaciones en la música, la pintura, la literatura y el cine” y “Biopolítica en el arte, ciencia y tecnología” dictados por la Secretaria de Extensión Universitaria y Bienestar estudiantil de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) y el Instituto de Investigación de Departamento Artes del Movimiento (Universidad Nacional de las Artes), respectivamente. Gracias a sus méritos académicos fue seleccionada para participar del Programa País, beca que favorece la presencia de estudiantes en el Festival de Cine de Mar del Plata. En el marco de la XI Jornadas Internacionales de Estética del Cine y Teorías Cinematográficas expuso una ponencia sobre el cine de Xavier Dolan.