A veces la vida escupe coincidencias que ningún escritor de ficción se atrevería a copiar.
Stephen King
La historia de Madame Bovary es un clásico de la literatura realista del siglo XIX, al punto de convertir a su personaje protagónico en un prototipo: se trata de una joven casada de la alta sociedad francesa que, a pesar de su posición, se siente insatisfecha con su vida y se entrega reiteradamente al adulterio. La novela es dramática y el final es trágico, algo de lo que no escapa esta versión, que sin embargo logra matizarlo. Aquí, Martin (Fabrice Luchini), un amable panadero de un pequeño pueblo de Normandía, ve cómo sus diez años de tranquilidad sexual se trastocan con la llegada de una pareja londinense. Desde ese instante todas sus obsesiones se concentran en su nueva vecina, Gemma (Gemma Arterton), que se convierte en el objeto de sus deseos y fantasías.
Para quienes no hemos leído la versión de Simmonds, la relación con la Madame Bovary de Flaubert es claro desde el inicio y queda explicitado en boca del protagonista, quien se siente identificado con el escritor al punto de autoconvencerse de la influencia de su dirección en los acontecimientos. Esta identificación queda aclarada por los discursos del mismo protagonista que funciona como narrador de la historia. La pieza es un juego de cajas chinas encimadas: la historia se narra en primera persona con la voz de Martin como marco. Este panadero obsesionado con la literatura se ayuda del diario íntimo de Gemma, personaje a la vez ausente y presente, para contar hasta los detalles que se le escaparon. En ese movimiento, introduce la voz de la joven a la vez que se sumerge él mismo en sus recuerdos, siendo a la vez autor, observador y actor de los acontecimientos.
Para este veterano panadero, la realidad no solo no es superior a la ficción sino que se invierte la ecuación: el punto clave de su obsesión no es tanto el deseo adúltero de su nueva vecina, sino el placer de encontrar las regularidades que acercan lo real a la literatura. Martin Jouvert comprende que la vida de la muchacha reproduce las vivencias del personaje decimonónico, por lo que su manía se vuelve más profunda al punto de querer modificar lo que para él se convierte en un camino irremediable a la tragedia. De manera más interesante aún, este panadero juega con los habitantes del pueblo como un escritor lo hace con sus personajes, hasta que estos se independizan y amasan su propio final.
Trailer
[1]Discurso sobre las normas de funcionamiento del propio discurso.
Título original: Gemma Bovery
Año: 2014
País: Francia e Inglaterra
Director: Anne Fontaine
Guion: Anne Fontaine, y Pascal Bonitzer.
Fotografía: Christophe Beaucarne
Reparto: Gemma Arterton, Fabrice Luchini, Jason Flemyng, Mel Raido, Isabelle Candelier y Niels Schneider .
Productora: Albertine Productions
Duración: 99 minutos